MURCIA. Es habitual entre las conversaciones de bar escuchar “lo caro que están los pisos en Murcia”. Y es que conseguir un piso en propiedad en el municipio de Murcia se antoja complicado si lo que se busca es algo que englobe las llamadas tres ‘B’ cuando se va a comprar cualquier cosa: bueno, bonito y barato. El precio medio del municipio se sitúa en los 1.102 euros el metro cuadrado, un 2,6% más que en diciembre de 2021. Solo las pedanías del este ( Algezares, Alquerías, Beniaján, Casillas, El Raal o La Alberca) y las pedanías del oeste (El Palmar, Aljucer, Guadalupe o Javalí Viejo), registran caídas en sus precios medios respecto al último mes de 2021 (-0,7 y -1,2% respectivamente). En un contexto de inflación como el actual, el incremento de los precios dificulta el acceso a la vivienda para muchos sectores de población.
Por zonas, la más cara se sitúa en la zona norte, única en constante expansión, que registra los 2.214 euros por metro cuadrado, siendo un 2% superior al registrado en diciembre de 2021. "Ahora mismo, la zona norte de Murcia es lo que está más cotizado. Es lo que más demanda la gente. Luego también centro, pero ahí es más encontrar viviendas para reformar y sin garaje. Casi todo el mundo se está marchando a la zona norte", señala uno de los promotores que participó recientemente en la feria inmobiliaria ‘Reside’. "El centro se va ampliando. Aquí en Murcia la huerta inmediata ha desaparecido. Ya todo es ciudad. Los planes parciales nuevos son pura ciudad", contaban desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Región. Tras la zona norte, la otra localización para comprar una vivienda en Murcia es el centro, que registra los 2.150 euros por metro cuadrado.
En el otro extremo se sitúan las pedanías del Este y Oeste, con el metro cuadrado en los 872 y 913 euros respectivamente. Por encima ya se da el salto a los 1.000 euros, siendo el Campo de Murcia la que más crece de entre el ‘club de los 1000’, con 1.292 euros el metro cuadrado (un 20% más que en diciembre de 2021).
Con estos precios, el ciudadano tiene que elegir entre la periferia o gastarse el bolsillo, algo que dificulta la entrada a la propiedad, especialmente para los jóvenes. En la última feria inmobiliaria de la Región, 'Reside', el consejero de Fomento de la Región mencionó uno de los grandes retos a los que se enfrentan las instituciones en materia de vivienda. "Debemos poner en marcha medidas para facilitar el acceso a este sector de población, que es el más demandante de vivienda, ya que son los jóvenes los que suelen lanzarse a la compra de vivienda para empezar su proyecto de vida", manifestó José Ramón Díez de Revenga. Pese a que la Región de Murcia se sitúa como el tercer lugar más factible tanto para comprar casa (33,1%) como para alquilar (51,8%), los problemas para acceder a una vivienda para los jóvenes de la Región, tanto en alquiler como de compra, conforman una tormenta perfecta: salarios bajos, escasez de oferta inmobiliaria y precios desorbitados.
Según datos del Instituto de la Juventud, la cifra de personas de 16 a 29 años que residen fuera de su hogar de origen en la Región de Murcia ha disminuido un 24,16% en apenas un año. Este retroceso de la emancipación residencial se debe en buena medida a un empeoramiento significativo de la situación de los jóvenes en el mercado laboral. La Región soporta una de las tasas de empleo más bajas de España entre la población joven de 16 a 34 años, además de una muy elevada tasa de paro. La población joven ocupada presenta unos altos porcentajes de subocupación, jornadas parciales y temporalidad. Esta vulnerabilidad de los jóvenes en el mercado laboral se refleja en un débil poder adquisitivo, que dificulta las posibilidades de comprar o alquilar una vivienda libre.
Esta incapacidad para acceder a una vivienda tiene consecuencias sociales y económicas, según recoge otro informe elaborado por el Instituto de la Juventud en 2020 en el marco de la Agenda 2030, según el cual "la juventud se ha visto excluida del derecho a la emancipación y al ejercicio de una vida autónoma". El mismo informe refleja que los jóvenes se emancipan con 29,5 años, pero si en 2010 un 53,3% de jóvenes entre 18 y 34 años vivía aún con sus padres, el porcentaje subió en 2019 hasta el 64,5. A ello se agrega la "imposibilidad de acceder a una vivienda estable siquiera en régimen de alquiler" cuando la vivienda en propiedad, "que constituye un complemento a la pensión del que disfruta la inmensa mayoría de la tercera edad de nuestro país, está vedada de facto a toda nuestra juventud, lo que añade aún mayor incertidumbre a su futuro".