HECHO A MANO / OPINIÓN

Querido diario

15/11/2020 - 

MURCIA. Te escribo otra semana más para ver si esta terapia manuscrita me acerca, aunque sea vagamente, a la paz interior y la vida excelsa que tanto ansío tener.

Esta semana empecé con el choque de la piña. Después de un fin de semana sin bares donde poder desfogarme de la rutina semanal, el lunes decidí que era el momento de ponerme a dieta para no seguir por ese camino sin retorno hacia la obesidad mórbida… Fue ingerir el primer trozo de esta fruta tropical y mi cuerpo ante la amenaza de un día de vida saludable procedió a la evacuación inmediata de todos los excesos ingeridos hasta la fecha, como al que pillan con coca. No fue suficiente. El martes había engordado, con lo que desde entonces estoy con el plan B, el choque del chocolate. Consiste en pegarle un pellizco a la tableta cada vez que se me antoja, que si bien no me adelgaza por lo menos me devuelve la alegría de vivir y me quita las ganas de suicidarme.

"Se me ha quitado el dolor de estómago. Está claro que somos animales de costumbres y cuando sales de tus rutinas el cuerpo te habla"

Una vez más he actualizado mi perfil en las plataformas de citas subiendo la PCR de la semana en curso. Lo hago para facilitar el proceso de compra y ponerle en bandeja al personal un kiki fiable. Y ya van trece, así que ni te cuento lo que llevo gastado en encontrar a alguien que me riegue el jardín… Bueno, más bien secarral a las alturas que estamos. Mira que ante la esperanza que nunca pierdo por mi naturaleza optimista, siempre lo tengo arreglado, pero claro con la que está cayendo no encuentro a alguien que se anime a valorarlo. Con este panorama estoy pensando en reducir el gasto en el láser y guardarlo para la liposucción que necesitaré después del destrozo del chocolate. Rezo para que la del anuncio de Vaginesil haya encontrado lo que buscaba… que ésta estaba peor que yo ya mucho antes del confinamiento. La que va a liar cuando la suelten.

Se me ha quitado el dolor de estómago. Está claro que somos animales de costumbres y cuando sales de tus rutinas el cuerpo te habla, así que el otro día mientras veía Informe Semanal me pimplé tres gin tonics…, que la cosa no es pa menos, y sinceramente me encuentro mucho mejor. Ya te digo, donde esté el alcohol que se quite el omeprazol.

Al camarero del desayuno que me miraba con ojos lascivos lo han metido en un ERTE y a mí me han sumido en una espiral de perroflautismo como no había vivido nunca antes. La de daños colaterales que está generando el cierre de los bares. Dándole vueltas al tema decidí que para tomarme los Nespresso en la oficina también merece la pena pintarse el morro y ponerse el tacón, así que dispuesta a darle un toque de color a mi vida el viernes me planté mis mejores galas. Lo único que conseguí es que la secretaria del director me dijera que si estaba pensando en regentar un prostíbulo… ¡Bueno, por lo menos alguien se ha vuelto a fijar en mí!

Estas son las anécdotas más destacadas de la semana, por lo que no puedo más que dar gracias por la suerte que tengo. Gracias por estar trabajando y tener compañeros aunque me hagan la puñeta. Gracias porque vivo con la ilusión de volver a ver a mi camarero que me espera todas las mañanas con el mejor café del mundo. Gracias porque debajo de mi casa han abierto un 'comidas para llevar' y ya no cocino. Gracias porque dentro de poco repondré las botellas de vino con la cesta de Navidad y turrón del duro. Gracias porque en mi familia todos tenemos salud. Y por supuesto a usted,

¡Gracias por su lectura!


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