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primavera en la cámara / OPINIÓN

¿Qué ocurriría si López Miras convocase elecciones? Volveríamos a las urnas en mayo 2023

19/03/2021 - 

MURCIA. Si López Miras decidiera convocar elecciones anticipadas, como ha hecho en la Comunidad de Madrid la presidenta Díaz Ayuso, volveríamos a las urnas el próximo mayo de 2023, es decir, la legislatura próxima apenas viviría un par de años, y no cuatro, como solíamos estar acostumbrados.

Los presidentes autonómicos cuentan con un «botón nuclear», que no es otro que la convocatoria anticipada de elecciones; derecho recogido en la Constitución Española de 1978. Sin embargo, éste sólo se contemplaba, en un primer lugar, para Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía, que accedieron al autogobierno por la disposición transitoria segunda, de carácter urgente (las tres primeras) y por la vía rápida, regulada en el art. 151.1 (el caso andaluz).

Con el paso de los años, las comunidades autónomas constituidas por la vía lenta, es decir, el resto (salvo Navarra), entre ellas, Murcia y Madrid, obtuvieron un techo competencial y unas capacidades de autogobierno mayor. Entre estas novedades, se encontró la capacidad de disolución de sus respectivas cámaras autonómicas. La problemática reside en que, a pesar de ello, no contarían con un ciclo electoral propio, que sí poseen Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía.

Esta imposibilidad de tener un ciclo electoral particular obliga a que, aunque López Miras nos convocase a las urnas en los próximos meses, habríamos de volver a ellas el último domingo de mayo de 2023, junto al resto de comunidades autónomas y ayuntamientos. Eso ocurrirá en Madrid, por lo que la nueva legislatura, nacida tras las próximas elecciones del 4 de mayo, vivirá algo más de dos años.

Este derecho que el presidente autonómico obtenía precisaba de varias restricciones, como que no podían convocarse nuevas elecciones (y, por tanto, disolver el parlamento) mientras hubiera una moción de censura en marcha (como estos días hemos aprendido), si no ha pasado un año desde la última disolución, cuando ya hay convocadas unas elecciones generales o si se está ya en el último año de la legislatura.

Así pues, ante las demandas de varios grupos políticos de convocar elecciones, incitadas más bien por un plausible rédito electoral, cabe aprender y recordar esta cuestión que siempre ha pasado desapercibida, pero que resulta más que importante. Procuren nuestros líderes no fracasar en su tarea política y eviten que tengamos que vernos ante las urnas más pronto de lo deseado. Laboren para que esta legislatura no resulte fallida.

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