CARTAGENA. La Muralla de Carlos III de Cartagena no pasa por su mejor momento, o al menos no está lo suficientemente bien atendida por aquellos que deberían velar por su perfecto estado de conservación. Si no se recuerda mal, hace unos meses Patrimonio —organismo dependiente de la CARM— obligó al Ayuntamiento de Cartagena a suprimir las obras ilegales que efectuó la administración municipal en la Puerta del Socorro, ya que se realizaron sin el permiso necesario para acometer las actuaciones. Esta intervención y su consiguiente derribo han resultado muy costosos: más de 200.000 euros entre la primera y la segunda actuación.
Ahora nos encontramos con otro problema más. Patricio Sánchez López, director general de Patrimonio Cultural, dependiente de la consejería de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes de la CARM, ha enviado un requerimiento al Ayuntamiento de Cartagena en el que afirma que existe "el hecho constatado de la falta de conservación" de la Muralla de Carlos III, e indica los pasos a seguir tras los daños causados y denunciados -por la Asociación Cartaginense- en la coronación del tramo amurallado entre Cavite y el Hospital Naval.
El pasado 16 de agosto de 2024, el Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Patrimonio Cultural recibió el registro de entrada de la asociación, en el cual se solicitaba una inspección urgente del coronamiento del último tramo de la Muralla de Carlos III, entre Cavite y el Hospital Naval, debido a la corrosión de la estructura metálica superior, que provoca desprendimientos de hormigón y grietas en la misma, generando daños en el Bien de Interés Cultural.
La titularidad de la Muralla de Carlos III en este tramo corresponde al Ayuntamiento de Cartagena, que se considera sujeto responsable de garantizar la integridad del Bien de Interés Cultural y evitar su destrucción o deterioro. Advertido, pues, Patrimonio de esta situación, esta administración ha dado un plazo de alegaciones al Ayuntamiento de Cartagena para que, en diez días, aporte ante la Dirección General de Patrimonio Cultural las consideraciones oportunas y las medidas de actuación que se puedan llevar a cabo. Desde Patrimonio apostillan que el reconocimiento del mal estado de conservación del inmueble por parte del titular responsable "conlleva el requerimiento para el Ayuntamiento de Cartagena, con carácter urgente y prioritario, de actuar mediante un proyecto adecuado para la debida conservación del Monumento, que se autorizará por Patrimonio Cultural".
La corrosión de la estructura metálica, explicaban en su escrito desde la Asociación Cartaginense, es la causa principal de "inminentes desprendimientos de hormigón y de la aparición de grietas profundas a lo largo de todo el primer tramo de la muralla. Este deterioro no solo compromete la integridad del monumento, sino que también representa un peligro grave para los ciudadanos que transitan bajo esta histórica estructura".
Añaden desde la misma asociación que es importante recordar que, según una sentencia firme del Tribunal Supremo de 13 de mayo de 2008, las obras de coronación o remate de la muralla en este tramo fueron declaradas ilegales. Por lo tanto, no se puede proceder a reparaciones convencionales. La sentencia obliga a las autoridades a retirar el coronamiento sin sustituirlo, preservando la muralla en su configuración original. Esta situación jurídica limita las opciones de intervención, "haciendo aún más urgente una acción que prevenga una desgracia".
La situación de la Muralla de Carlos III en Cartagena no solo refleja el deterioro físico de un monumento histórico, sino también las carencias en la gestión y conservación del patrimonio cultural. Más allá de las responsabilidades compartidas entre administraciones, lo que está en juego es la seguridad de los ciudadanos y la preservación de una pieza clave del legado histórico de Cartagena.