CARTAGENA. No es sencillo caer a los infiernos (en sentido figurado) y volver de la forma que lo logró Pastora Soler. La artista sevillana ha conocido todas las caras de la vida, la felicidad de cumplir un sueño y la necesidad de poner en pause ese sueño. Superado con creces ese parón en su carrera, la artista sevillana continúa con la gira de su último álbum, Sentir, que la covid-19 frenó el pasado año. Este domingo estará en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia (20h.).
Decías recientemente en una entrevista: “Cuando echo la vista atrás veo un camino tortuoso”. Entiendo que sí, pero ¿por qué ha merecido la pena?
Cuando llevas 25 años de carrera tiene que haber de todo. Momentos buenos y momentos malos. Altibajos, porque no puedes estar 25 años al mismo nivel. Ha merecido la pena con creces. Cuando tienes tanta vocación por algo, por amor a la música, a cantar, a comunicar, siempre merece la pena. Siempre equilibrando la balanza. He tenido momentos de crisis por perder ese equilibrio. Hay que tener amor por lo que haces pero también poder vivir, disfrutar.
Preparando la entrevista y escuchando tus canciones, hay unas frases en el tema, Aunque me cueste la vida que me llamaron la atención. "Me prometí no volver a ser mi enemiga"; "Aliviaba mi dolor mirando para otro lado". ¿Ves reflejada en esas letras ese período de tu vida en el que tuviste que parar tu carrera?
Sí. Esa parte de la canción la compuse yo. El tema está compuesto junto a Lorena Gómez y David Santiesteban. Ya no sólo basándome en esa época que comentas, sino todos cuando tenemos un problema intentamos primero solucionarlo mirando para otro lado. Estuve algún tiempo así. Cuando alguien comienza a tener problemas de inseguridades y salud mental, lo principal es afrontar los problemas. La primera solución que ponemos es mirar para otro lado, ya sea una relación o cualquier otro problema es mirara para otro lado a ver si se soluciona. Y no es la solución.
¿Te costó dar ese paso?
No. Cuando di el paso estaba convencida de que parar era lo que me liberaba y lo que me pedía el cuerpo. Lo que me iba a hacer feliz. Todo resultó que se encaminó a un desenlace positivo, pero en ese momento tampoco yo pensé mucho. Sabía que las cosas no iban bien y te pones a tirar millas y ya está.
Y vuelves acompañando a Alejandro Sanz en el concierto +Es+ cantando Si hay Dios.
Sí, así fue. ¡Menudo lugar! No fue mal regreso. El mejor sitio y con la mejor compañía.
Estuviste en Eurovisión con el tema Quédate conmigo, quedando en décima posición. ¿Qué te ha aportado a tu carrera?
En mi caso, muchísimas cosas. Viéndolo con perspectiva ahora diez años después, fue un punto de inflexión en mi carrera. La gente, al estar representando a tu país, te sigue más. Todo el mundo te dice algo, te cuenta que estuvo conmigo. Significó mucho tanto para mí como por el tipo de canción que llevé, que era lo que yo quería. Di un pasito más hacia otros sonidos, hacia otro tipo de registro vocal en el que el público no me conocía. Que esa apuesta saliera bien fue un antes y un después en mi trayectoria.
Has mencionado que "ahora eres dueña de tu carrera". ¿Por qué antes no lo eras?
Cuando empiezas tan jovencita es inevitable que estés muy dirigida. Yo empecé con 14 años. Hacía lo que me gustaba, que era cantar, pero en todo lo demás no tomaba decisiones. No tenía el conocimiento para hacerlo. Siempre he preferido aprender de los que saben y dejarme llevar en momentos determinados cuando era muy joven. Después, evidentemente, tú coges las riendas de tu carrera y decides lo que quieres y lo que no quieres. Hasta que llega ese momento pasa mucho tiempo. A algunos nos cuesta más y a otros menos. A mí me ha costado tiempo hasta poder ser dueña de mis propias decisiones. Ahora puedo decir que me equivoco yo y tengo la seguridad de que puedo hacerlo.
Dices que eres tímida. ¿Es una cuestión de valentía subirse a un escenario? También has dicho que en un escenario te transformas.
No es tanto un acto de valentía. Simplemente esa pasión y ese amor por la música te permite tener esa transformación. No tiene nada que ver la persona que soy en un escenario y la que soy fuera de él. No sé de donde sale ese cambio. A veces veo actuaciones mías y me extraño porque no soy así, esa mujer fuerte y segura en mi vida normal pero la pasión por lo que haces te transforma.
Varios compositores me han comentado que cuando trabajar para otro artista les gusta poder conocerlo y saber que busca ese intérprete. ¿Cómo es el trabajo con los compositores de tus temas?
Hay de todo. Hay gente con la que ya tienes una amistad y una complicidad, les cuentas lo que te apetece, de que quieres hablar…Hay otros que me han mandado temas ya terminados que me cuadraban en ese momento. Otros que me mandan una letra y me dejan que le ponga la música, que la hagamos a medias…Hay de todo. Lo que vas buscando es que te cuadre y sea una canción redonda en la que creas. El trabajo de un intérprete es buscar trajes a medida que sabes que vas a tener que estar cantando durante mucho tiempo y tienes que estar muy convencida del tema.
Tienes una voz con una potencia casi única en el panorama nacional. ¿Cómo se cuida un instrumento como la voz tan particular como el tuyo?
Aunque tengas una materia prima muy buena, como me ha pasado desde muy pequeña, conforme van pasando años tienes que recurrir a la técnica. Es inevitable y necesario. Desde que empiezas a hacer pinitos en esto hay que cuidar la técnica. Creo que se descuida bastante y es muy necesaria. Tener una técnica pulida, cuando tienes muchos conciertos, te permite mantenerte bien. Saber respirar, conocer tus cuerdas vocales, te permite ganar registros tanto de agudos como de graves. Es una cuestión de gimnasia vocal. De la misma manera que entrenas otro músculo, la garganta es lo mismo. Mientras más la entrenas más capacidad tienes. Esa es mi principal baza. Luego, además de todo esto, el cuidado que todos sabemos que es cuidarte. Llevar una vida saludable, antes de los conciertos descansar mucho y hablar muy poco, beber mucha agua…Pero la técnica es esencial.