MURCIA. No hay nada como echar una mirada al pasado para comprobar cómo han cambiado las cosas. Muchas veces con la añoranza que despiertan paisajes desaparecidos -y, con ellos, escenas de tiempos pasados-, pero también con la satisfacción de reconocer y revivir lugares comunes que permanecen en la memoria. La fotografía antigua ofrece el mejor de los billetes para emprender un viaje por el tiempo, que en este caluroso verano, y como en otras muchas ocasiones, parte de la 'estación' del Archivo General de la Región de Murcia (AGRM). Y es que aprovechando que es tiempo de playa, esta institución que vela por el patrimonio documental de la Región ha preparado una de sus galerías temáticas para 'refrescarnos' la memoria.
Aquí hemos seleccionado una serie de imágenes en blanco y negro del AGRM protagonizadas por algunas de las numerosas playas y calas que se pueden encontrar en Cartagena, Águilas, Lorca, Mazarrón, La Unión, Los Alcázares, San Javier y San Pedro del Pinatar. En ellas, se pueden encontrar paisajes completamente transfigurados, más que por el paso del tiempo por la acción del hombre; así como ejemplos del tradicional veraneo familiar y del turismo de sol y playa. Son instantánea de playas vírgenes o atestadas de bañistas, de chiringuitos, balnearios, casas de veraneo, casetas y toldos... De todo un poco para darse un chapuzón en el pasado.
En esta serie de imágenes antiguas hay varias que muestran La Manga del Mar Menor cuando era prácticamente una zona virgen, antes de que el fenómeno del turismo comenzara a demandar la construcción de hoteles y segundas residencias para las vacaciones de verano. En esta de 1963, por ejemplo, se puede ver la carretera de la Gran Vía sin apenas edificaciones a su paso.
"Nunca había visto nada comparable a La Manga, un lugar mágico, y allí estaba yo solo en una duna infinita en mitad de dos mares", dijo Antonio Bonet Castallena, el arquitecto que soñó con una Manga del Mar Menor muy diferente de la actual y que dejó algunas de sus edificaciones más emblemáticas, como el Conjunto Hexagonal (1961), los Bungalows Malaret (1964); el Edificio Babilonia (1967); o el Club Náutico Dos Mares (1965), entre otras muchas.
Según relata el cronista oficial de Cartagena, Miguel Ángel Pérez Adán, entre 1933 y 1936 un zepelín alemán sobrevoló Cartagena más de medio centenar de veces, causando gran expectación entre los vecinos que presenciaban tan colosal artefacto surcando los cielos. A veces, la sorpresa tenía lugar en una playa de Cabo de Palos llena de bañistas (la de Levante, concretamente), como lo demuestra esta imágenes.
Cuentan que una vez se vio una sirena por el Mar Menor. Y era cierto, ya que la actriz de Hollywood Esther Williams -famosa por sus películas con números acuáticos- se bañó en el balneario del hotel Los Arcos de Santiago de la Ribera. "Es la mayor piscina natural del mundo", dijo la estrella sobre la laguna salada. Cabe recordar que el hotel Los Arcos fue construido por el aristócrata y político Adrián Viudes Guirao.
Cartagena es durante todo el año escala de numerosos cruceros, que llenan de turistas la ciudad portuaria. Esta imagen de 1965 muestra el crucero de pasajeros holandés Nieuw Amsterdam atracado en el muelle de La Curra del Puerto de Cartagena. Muy distinto de los que llegan ahora. Como dato, Puerto de Cartagena recibirá este verano más de 75.000 turistas, principalmente ingleses y estadounidenses, a bordo de 37 cruceros programados para los meses de julio, agosto y septiembre. Esta oleada de turistas no solo dinamiza la economía local sino que también reafirmaa Cartagena como un destino turístico importante en el Mediterráneo.
Los jóvenes de finales de los sesenta también se divertían y como curiosidad llama la atención la fotografía de un concierto que el grupo pop Fórmula V ofreció en la Plaza de Toros de Murcia durante la Feria de Murcia, demostrando que los tiempos han cambiado... pero no tanto. Hoy en día, los festivales de música se han convertido en una marca para la Región de Murcia y una fuente de ingresos importante para los municipios donde se celebran. Y es que, además de ser un motor económico, son "escaparate" para la proyección turística y cultural. De hecho, los festivales de música que se celebran en la Región de Murcia concentran una afluencia de más de 600.000 personas y tienen un impacto en la economía regional que se estima por encima de los 40 millones de euros anuales. Festivales como La Mar de Músicas y el Rock Imperium de Cartagena, el Warm Up y Murcia On en la ciudad de Murcia, el Cante de las Minas en La Unión o el Jazz de San Javier son algunas de las citas más destacadas.