Fotos: EFE Y ATP TOUR
MURCIA. Doble campeón de Indian Wells, el Masters 1.000 considerado como el quinto Grand Slam tenístico. Carlos Alcaraz Garfia revalidó el título en el desierto de California ganando en la final al ruso Daniil Medvedev por 7-6 (5) y 6-1 en 1 hora y 41 minutos. Lo hizo tras comenzar con un 0-3 en contra y mostrando una vez más de lo que es capaz. Es su primer título de la temporada y el decimotercero de su carrera en la ATP, que le reporta 1,1 millones de dólares como premio.
Sobre la superficie dura de la pista central del Tennis Garden, con 16.000 personas llenando sus gradas, el partido arrancó mal para Alcaraz y muy bien para Medvedev. El de Moscú se llevó su primer saque en blanco y acto seguido logró el break en su segunda bola para hacerlo. No se paró ahí y, de nuevo al servicio, estiró su ventaja hasta el 0-3 levantando tres posibilidades de quiebre que el español no acertó a concretar en ningún caso.
El inicio evidentemente no fue el esperado para el número 2 del mundo ante el 4 pero ni mucho menos se vino abajo. Tras haber fallado mucho más de la cuenta supo reaccionar y empezó a sumar. Esa resistencia, además de evitar lo que hubiera sido un resultado casi concluyente en la primera manga, fue en la que se basó Carlos para, en la siguiente vez que le tocó restar, conseguir su propósito y desde ahí se ordenó para igualar a 3 con un tenis mucho más controlado que el de los primeros compases de la final.
El encuentro entró en esa fase de equilibrio con cada tenista por fin anotándose el saque y eso dio lugar al 4-4 y luego al 5-5. El pupilo de Juan Carlos Ferrero, que dispuso de una opción para cobrar ventaja por primera vez en el encuentro -hubiera sido el 4-5-, siguió apretando a Medvedev. Con un gran juego de saque-red forzó el tie break y lo hizo logrando el 6-6 en blanco.
Esa dinámica la mantuvo en la muerte súbita, en la que cobró una renta de 3-0 pero dos errores no forzados metieron a su rival en la pelea (3-2). Lo asimiló bien y continuó firme para no ceder la iniciativa con el 5-2 aunque dos fallos más del murciano mantuvieron las dudas y Daniil, siendo agresivo, empató a 5. Con varias bolas en la línea por parte de uno y otro el set se decidiría por la mínima y cayó del lado del español por 7-5 siendo esta vez el ruso el que no precisó sus tiros.
Tras 1 hora y 9 minutos de intensa batalla, seguramente con más errores de los que se podían prever y con alternativas constantes, CA se lo llevó siendo resiliente, una cualidad tan importante o más como la de destacar con la derecha o el revés.
El segundo parcial lo inició el palmareño superando un 0-30 adverso para, con cuatro puntos seguidos, llevarse el saque y colocar el 1-0. Enfrente, a Medvedev se le notaba algo tocado en lo anímico. Carlos también lo debió apreciar y fue a por él. De hecho, tuvo un 15-40 y luego otra bola de break que por fin confirmó con un derechazo ganador para el 2-0.
El moscovita estaba a merced del palmareño, que logró el 3-0 dominando con solvencia y así siguió en el inicio del cuarto juego de esta manga, en el que tuvo un 0-30 al resto. Medvedev, echándole arrestos, resistió pero Carlos no aflojó un ápice con su servicio y así llegó al 4-1 con otro juego en blanco. El título estaba más cerca y mucho más después de que se anotara una nueva ruptura. Sacaría para conquistar el título ante un rival desquiciado y que le dio por animar al público. Carlos Alcaraz, mientras tanto, a lo suyo para ganar con un rotundo 6-1 después de otros 32 minutos de un partido en el que sumó 80 puntos por los 61 de su oponente.
Ocho meses después de su anterior título, el de Wimbledon, levantó su trofeo número 13 con 20 años -cumplirá 21 el 5 de mayo-. No es como para ser supersticioso precisamente. Este éxito lo logró con su victoria frente a Medvedev y antes contra el italiano Matteo Arnaldi (6-7 (5), 6-1 y 6-0), el canadiense Felix Auger Aliassime (6-2 y 6-3), el húngaro Fabian Marozsan (6-3 y 6-3), el alemán Alexander Zverev (6-3 y 6-1) y otro italiano como Jannik Sinner (1-6, 6-3 y 6-2).
"Te quiero, Indian Wells", escribió en la cámara al término del choque y luego se mostró exultante ante el micro de la organización del torneo. "Significa muchísimo para mí. Unas semanas antes del torneo no estaba entrenando casi y tenía muchísimas dudas dos o tres días antes del debut", declaró.
"La exigencia es alta y no me encontraba nada bien y no sabía si podría dar mi nivel pero estoy contento de haberme sobrepuesto a esos problemas y por ir encontrándome en cada partido mejor, ronda a ronda", añadió.
"Ganar un Masters 1.000 siempre es un orgullo y conquistar cualquier título da confianza para lo que viene y más si esta tan importante como éste", apostilló quien ya debe estar pensando en triunfar en otro Masters 1.000, el de Miami, y es que esto no para y menos para este chico de El Palmar que sigue empeñado en demostrar que está para seguir haciendo historia.