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Nueva vida para los murales de Hernández Carpe

16/02/2023 - 

MURCIA. Nos contaba la prensa local, hace unos días, que los dos grandes murales que realizó el polifacético artista murciano Antonio Hernández Carpe para el gran vestíbulo del desaparecido Hospital Provincial han sido restaurados para su recolocación en el centro sanitario que ocupó el lugar de aquél, o lo que es igual, en el 'Reina Sofía'.

Los espectaculares murales fueron desmontados, aferrados a sus respectivas paredes, cuando se derribó el Hospital Provincial, en el año 1999, y almacenados en espera de ocasión y destino para volver a emplazarlos en algún espacio capaz para albergar su monumentalidad, cifrada en 8 metros de altura por 6 de anchura cada uno.

"el pintor murciano, prematuramente desaparecido, fue un artista reconocido en españa"

Es una buena noticia, sin duda, porque habrá de saber el lector, si no era ya consciente de ello, que este pintor murciano, prematuramente desaparecido, ya que falleció en 1977, a los 56 años de edad, fue un artista reconocido en el ámbito nacional, y su condición de excelente muralista le llevó a contar con obra en numerosos lugares de toda España.

A título de ejemplo, la Residencia de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander; el Colegio Mayor Menéndez Pelayo, de Madrid; el Hotel Reina Cristina, de Algeciras; diversas obras para Castellón de la Plana, Cuenca o Vitoria; el Banco Mercantil e Industrial de Écija; el Banco Mercantil, de Bilbao; la Iglesia de San Severiano, de Cádiz; la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; la Universidad Laboral de Logroño; o el Centro de Promoción Social en Linares.

Todo ello, sin perjuicio de los murales realizados para Murcia, como los del Colegio Mayor Ruiz de Alda, en el Barrio del Carmen; el primitivo edificio de la Hermandad Farmacéutica; el de la Torre de Murcia; además de los espectaculares trabajos que llevó a cabo, en un tiempo de plenitud creativa, para la que se llamó Casa de la Cultura, hoy Museo Arqueológico, y en el citado Hospital Provincial.

El mural situado a la izquierda del amplio vestíbulo por el que se accedía al centro hospitalario presentaba, en la zona superior, dos ángeles sosteniendo el dibujo de la portada del antiguo Hospital de San Juan de Dios, cuya demolición propició la construcción, en su solar de la Diputación Provincial, hoy Consejería de Hacienda, y del Gobierno Civil, la actual Delegación del Gobierno.

La zona central del mural lo ocupa una bordadora rodeada de referencias a oficios tradicionales de la Región, como la alfarería, el esparto, el hilado o el bordado. Bajo la bordadora, tres barcos de vela y redes colgadas evocan el carácter marítimo de la tierra, simultaneándola con la transformación de las materias primas. Todo el conjunto está rodeado de referencias a la vegetación de la zona: palmeras, girasoles, moreras, cereales, lechugas, frutales…

A los pies de este mural se situó a partir de la Navidad de 1973 el belén que las Hijas de la Caridad, las monjas del hospital, venían instalando desde 15 años antes en la iglesia del centro. Hará por tanto en las próximas celebraciones navideñas, cuando se anuncia la vuelta de los grandes murales de Hernández Carpe al edificio que ocupa el lugar de aquél para el que fueron creados, 50 años justos de la primera vez que los misterios del Nacimiento se expusieron enmarcados en aquél murcianísimo telón de fondo.

El mural situado a la derecha de la entrada exhibía tres escenas, con la figura del Crucificado ya muerto, atendido por una pareja de ángeles, que hacía referencia a la paliación del dolor; dos huertanos sosteniendo la fachada del nuevo hospital, y bajo ellos un cesto con capullos de seda; y, en la escena inferior, un labrador con una pareja de bueyes. Toda la decoración que rodea a esta figura es vegetal.

Sería incompleta esta reseña sobre la feliz recuperación de los murales sin citar otros dos muy relevantes pintados el mismo año para la Casa de la Cultura, en la Gran Vía de Alfonso X el Sabio, cuyas obras acabaron en 1953.

Los dos trabajos que formaban parte del salón de actos de la antigua Casa de la Cultura, dedicada a Saavedra Fajardo, estaban dedicados al rey Alfonso X. El uno, centrado en la conquista de Murcia por el aún infante de Castilla, en el año 1243, medía 4 metros de alto por 9,25 de ancho, y el otro representaba a la unos músicos medievales, 3,80 metros de alto y 7,75 de ancho. Estaban situados el primero en la cabecera del salón y el otro en torno al balcón principal del edificio.

Como describía Juan García Sandoval, director del Museo de Bellas Artes, en el catálogo de la exposición de homenaje al pintor celebrada el pasado año, ambos murales recogen la esencia del sentido decorativo de estilo gótico de las cantigas alfonsíes y enaltecen la figura histórica de un rey tan vinculado a Murcia y a la Cultura.

Así, en el primer mural se ve cómo el futuro Rey Sabio lleva a la grupa de su cabalgadura a la Virgen de la Arrixaca, mientras le dan escolta maestres militares y se destacan al fondo las tiendas de un campamento. En el segundo mural, a modo de acompañamiento del primero, grupos de músicos cristianos y árabes están cantando a la entrada de las tropas castellanas. Los dos conjuntos son una sinfonía de color y trazo y muestras patentes de los momentos álgidos del muralismo de Hernández Carpe.

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