MURCIA. Ante una pared en blanco, Kraser (Cartagena, 1977) siente respeto. "El blanco es un color muy bonito y no me asusta", apostilla este artista urbano, que vive desde hace una década en Milán. "Normalmente trabajo con ideas, centro esa idea en el soporte y dejo fluir la mente hasta generar un resultado que sea de mi agrado", explica. Algo que han podido comprobar en vivo aquellos que se acercaron días pasados al Museo del Teatro Romano de Cartagena, donde el artista ha realizado un mural in situ inspirado en las carreras de caballos. Ésta y otras obras de inspiración grecorromana componen la muestra Eikon, que permanecerá en este espacio museístico hasta el 13 de enero.
"Tengo la suerte de que mi obra alcance a más cantidad de personas porque gran parte de ella se desarrolla en la vía pública", dice Kraser, cuyo trabajo se puede ver en medio mundo. Una obra, además, que es difícil de encasillar, donde aparecen elementos oníricos e irónicos, y en la que se pueden encontrar diferentes técnicas. "Todo lo que procesa mi ojo influye en mi mente", explica este artista que ha abierto en su ciudad natal una puerta que comunica directamente con un Olimpo personal y lleno de colorido.
- La exposición Eikon cierra una serie de actividades con la que Cartagena le ha querido rendir un homenaje por sus treinta años de trayectoria. ¿Se siente profeta en su tierra?
El significado de esta palabra tiene muchas connotaciones que yo creo que no he adquirido aún. Me siento halagado por la gente que se vuelca con mi trabajo, por ese apoyo incondicional de los compañeros de trabajo -ya sean, artistas, gestores culturales o instituciones-, y por tantos otros pequeños matices… pero no profeta.
- Modestia aparte, usted puede que sea uno de los artistas cartageneros más internacionales...
Para mí, ser artista engloba todos los sectores de la cultura. En el tejido cultural de Cartagena hay artistas que hacen música, fotografía, arquitectura, danza, pintura, escultura, etcétera, que están haciendo un trabajo internacional como yo. Así que no me considero el más internacional ni mucho menos. Quizás, tengo la suerte que mi obra alcance a más cantidad de personas porque gran parte de ella se desarrolla en la vía pública.
- ¿Qué ha querido expresar en esta muestra que se puede visitar en el Museo del Teatro Romano y para la que se ha inspirado en el clasicismo grecorromano?
La escultura es una espina que tengo clavada desde hace mucho tiempo y que aún no me he quitado. En alguna ocasión, he incorporado algún fragmento (pintado) de esculturas clásicas en mi obra, pero sin darle ese protagonismo que se merecía. Cuando hablé con la directora del Museo Teatro Romano de Cartagena decidí que era el momento para desarrollar todo un proyecto en base a este tema. Así que he interpretado esas obras clásicas atemporales desde mi visión.
- Ha pintado un mural in situ en el Museo del Teatro Romano, dedicado a las carreras de caballos y homenaje a los juegos olímpicos griegos. ¿Qué papel juega el live painting dentro del arte urbano?
El live painting es un pilar fundamental en mi trabajo. La gente aprecia poder contemplar in situ el proceso de creación. En esta ocasión hemos realizado un vídeo del proceso de esta obra, que se podrá ver en unas de las salas de la exposición para que el que no haya podido asistir en vivo pueda verlo posteriormente.
- ¿Qué siente cuando se enfrenta a una pared en blanco? ¿Y cuando su obra ya no es sólo suya, sino del espectador?
El blanco es un color muy bonito y no me asusta, pero me genera respeto. Normalmente trabajo con ideas, así que centro esa idea en el soporte y dejo fluir la mente hasta generar un resultado que sea de mi agrado. Claro está que, cuando un proceso de creación se desarrolla en la calle, hay opiniones para todos los gustos. En general, el espectador lo acoge sin más, lo aprecia y lo hace suyo, ya que va a formar parte de su barrio y de sus vidas. Y si la aceptación es buena, me voy de esa ciudad con muy buen sabor de boca, sabiendo que dejo un poco de mí en buenas manos.
Si la aceptación es buena, me voy de una ciudad con muy buen sabor de boca, sabiendo que dejo un poco de mí en buenas manos
- Para esta muestra ha tenido que documentarse sobre hallazgos procedentes de la antigua Carthago Nova. ¿Qué opina como cartagenero de la puesta en valor del patrimonio de la ciudad?, ¿qué cree que se debería mejorar?
Esto es básico en una ciudad como Cartagena, donde tenemos una cultura milenaria y donde hay mucho patrimonio por recuperar y conservar. Siempre se puede mejorar. ¡Esta claro! Pero no se puede si el dinero se pierde antes de llegar a Cartagena. Aquí están haciendo una gran labor con cañicas y palitos. Cartagena necesita más recursos, pero el castigo que recibimos en el Cantón parece interminable.
- ¿Ha querido establecer un puente entre el mundo antiguo y la creación contemporánea?
Sí. Tenemos que tener en cuenta que cuando vamos a los museos y vemos esas esculturas que parecen un espejo de lo pulido que está el mármol, en el momento de su creación no eran así. Para que fuesen mas realistas, los griegos las pintaban. En las interpretaciones que he realizado para esta exposición he pintado esas esculturas que me han gustado desde que las vi por primera vez y las he intervenido con pintura actual. Si yo fuese Antonio Canova y hiciese esa escultura hoy, la pintaría así.
- Usted vive desde hace una década en Milán. En su caso, ¿por qué se fue a vivir fuera, no sólo de la Región sino de España? ¿Cree que los artistas urbanos necesitan salir para poder desarrollar su creatividad?
La vida da muchas vueltas. Pero estoy mucho por aquí, o para ver a la familia o por algún proyecto en España, y me dejo caer. Cartagena la llevo en el corazón esté donde esté. Viajar ayuda a cambiar la mente, a crecer y a mejorar como persona. Creo que es necesario para todos, no solo para los artistas.
- ¿En la Región de Murcia y en España, en general, se valora y se apoya suficientemente a los artistas?
Pregunta peliaguda. En la Región hay algunas concejalías o departamentos de algunas ciudades que sí hacen un buen trabajo, pero si te soy sincero, en general la respuesta es que no. Y en España, depende de la comunidad autónoma y la ciudad. Conozco muchos casos en que las instituciones apoyan de verdad y ante todo a sus artistas; y después al resto. Hay muchas fórmulas para apoyarlos, pero aquí se ve que no encuentran ninguna. En la Región se gastan mucho dinero en traer cosas de fuera y lo regional es por amor al arte o casi como eres de aquí solo tengo x para ofrecerte. Promocionar a un artista es sinónimo de promocionar una ciudad o región y cuanto más promoción se haga más turismo recibe.
A donde yo voy, va marcado con fuego Made in Murcia
Cuando una región promociona a un artista, al final a ese artista lo llaman de otras regiones o de otros países. Es algo simbiótico. A donde yo voy va marcado con fuego Made in Murcia. Si un artista se nombra fuera, al final la gente viaja para buscar su trabajo, esté donde esté. Y si no hay nada de él en su propia región, es un destino al que no irán. También hay que tener en cuenta que en estos últimos años el sector del arte ha cambiado mucho, pero todavía muchas instituciones tiene una mentalidad un poco primitiva.
- Lo bueno del arte urbano es que no depende de galerías e instituciones,… ¿o sí?
La gran mayoría de los proyectos vienen de privados o de instituciones, aunque esos proyectos lo gestionen los propios artistas o gestores culturales. Evidentemente, si yo quiero salir a pintar ahora mismo por placer o para pasar el rato con algún amigo que ha venido a verme, es cosa mía.
- Dice que no se resiste a meter algunas letras en su obra… Háblenos de las diferencias entre grafiti y street art.
Durante 20 años he estado haciendo grafiti puro y duro, me sentía cómodo y disfrutaba manipulando esas letras, hasta que dejé de hacerlo. Aún así, estas letras se han convertido en algo iconográfico que utilizo en mi obra actual aunque sea de forma sutil. La gran diferencia entre grafiti y street art son las letras. El grafiti son letras puras y duras, hay mil formas de hacerlas, funcionan solas de por sí o pueden ir acompañadas de algo de figurativo. En alguna ocasión, el artista las ha transformado tanto que se podrían meter en la categoría de street art. Sin embargo, el street art, aunque no me gusta nada este término, es mucho más amplio y sobre todo es figurativo, aunque siempre hay excepciones como las abstracciones, obras con materias, etcétera.
- ¿Está a favor de que desde las instituciones se intente organizar el arte urbano para embellecer las ciudades?, ¿cree que se puede perder algo de autenticidad bajo esa tutela?
Como ya he comentado anteriormente, es algo habitual, pero la buena pregunta es: ¿Bajo qué condiciones se organizan estas actividades?
Me considero un observador nato. Mi influencia es la vida: la sociedad, la pintura, la música, la arquitectura, la danza,...
- ¿De qué fuentes artísticas ha bebido?, ¿qué influencias se pueden apreciar en su obra?
Yo bebo de todo... menos alcohol. Me considero un observador nato, me gusta y disfruto haciéndolo. Mi influencia es la vida: la sociedad, la pintura, la música, la arquitectura, la danza,... Todo lo que procesa mi ojo influye en mi mente para generar ideas, a las que posteriormente daré forma. Actualmente, mi obra es difícil de encasillar. Cualquier persona que la observe, vera composiciones con muchas técnicas juntas que fluyen en armonía o, por lo menos, para mí.
- ¿La crítica social es inherente al arte urbano? ¿Nos puede poner algún ejemplo de crítica en su obra?
No siempre tiene esa critica social e, incluso, a veces es de forma más sutil. En Bucarest, pinté un retrato de un oso pardo atrayente con cara de no haber roto un plato en su vida y con una sonrisa pícara. ¿Por qué? En ese momento el gobierno de Rumanía para solucionar el problema que tenía por el acercamiento de los osos a la población, decidió ofrecer a sus amigos más de mil permisos para cazar indiscriminadamente osos pardos, como si no hubiese otras alternativas para solucionar ese problema.
-¿De qué obra que tenga por el mundo se siente más orgulloso? ¿Y de las que se pueden ver en Cartagena?
Me siento orgulloso de todas, porque les doy cariño. Al final es una parte de mí que voy diseminando a donde voy y hasta que no estoy a gusto con la obra no dejo de trabajarla. Además, cada vez que veo una, me vienen a la mente muchos recuerdos y experiencias. Es muy difícil elegir una.
-¿Volverá a Cartagena alguna vez… para quedarse?
Estoy seguro que sí.