Caravaca apuesta por el arte urbano: Miriam Rubio y José Alberto López firman un nuevo mural en la ciudad

MURCIA. El Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz apuesta por el arte urbano para embellecer y poner en valor espacios públicos del municipio. La última acción en esta materia ha sido la creación de un nuevo mural, que ya luce terminado en el apeadero de autobuses de la avenida de Los Andenes-Gregorio Sánchez Romero, con diferentes motivos alusivos al patrimonio natural y monumental de Caravaca y a sus fiestas patronales de Moros, Cristianos y Caballos del Vino.

El mural, diseñado y ejecutado por los jóvenes artistas caravaqueños Miriam Rubio y José Alberto López, forma parte de las iniciativas promovidas por la Concejalía de Juventud del Consistorio caravaqueño para dar a conocer la Ordenanza Municipal de Arte Urbano y promover el talento de creadores locales emergentes.

El alcalde, José Francisco García, junto a los concejales de Turismo y Juventud, José Santiago Villa y Salvador López, respectivamente, visitó este último mural, que se suma a los realizados con anterioridad en el Complejo Deportivo Francisco Fernández Torralba, en el Pabellón de Archivel, en el Barranco de San Jerónimo y en las casetas de la luz de distintos parques del municipio.

José Francisco García avanzó que, en colaboración con el Gobierno regional, se está trabajando en un nuevo proyecto para "seguir transformando otros lugares del municipio en espacios abiertos a la expresión artística". Asimismo, detalló que "los trabajos de mejora en el apeadero de autobuses continuarán en estas próximas semanas con la instalación de un módulo de aseos públicos, que quedará de forma permanente en este espacio con el fin de mejorar los servicios que ofrecemos al visitante".

Por su parte, el edil de Juventud señaló que "a través de estas iniciativas, buscamos mostrar que el arte urbano, o los conocidos popularmente como grafitis, no tienen que ver con el concepto de pintada incívica que afea el entorno".

En 2021 el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz aprobaba su primera ordenanza reguladora de la práctica del gratifi, una normativa pionera en el municipio que sanciona aquellas conductas incívicas y recoge numerosos aspectos y novedades, como la creación de un registro de grafiteros, un listado de espacios públicos y privados para su correcta utilización previa solicitud formal y la realización de concursos y encuentros que contribuyan a embellecer lugares urbanos degradados con un arte integrado en el entorno.