La investidura de Pedro Sánchez se está convirtiendo en una suerte de negociaciones posibilistas con la Constitución como argumento último. Sánchez necesita sacar adelante su investidura y da la sensación de que forzará todo lo que pueda para conseguirlo a pesar de recibir gritos y silbidos.
El límite de la Constitución. Es una obviedad. Es nuestra norma máxima de convivencia y parece que hay que recordarlo en todo momento. A algunos se les ha olvidado por sus propios intereses. El papel dicen que todo lo aguanta y este en especial. La flexibilidad que algunos quieren interpretar para parapetar y arropar sus negociaciones y cesiones, a veces no es tal. La Carta Magna es clara. Hay cosas que no caben de ninguna manera y lo de las interpretaciones más o menos interesadas y aviesas no hacen más que confirmar su vigencia. Querer retorcer su articulado, incluso su letra pequeña es buscar soluciones egoístas y políticas para seguir manteniéndose en el poder. El PSOE históricamente se ha sentido cómodo en la Constitución, la ha apoyado, la ha defendido y la ha utilizado estratégicamente según el momento sin pensar en un cambio radical del texto. Ocurre ahora que los números parlamentarios son exigentes. Necesita los apoyos de partidos independentistas -ERC, Junts, EH Bildu...-, que precisamente no son muy constitucionalistas y que estarían dispuestos no ya a una reforma constitucional, sino a una total derogación con cambio del régimen de Estado incluido. Alguien se quiere engañar o a su vez quiere engañar en todo un trampantojo
El arte de negociar. Arte y negociar parecen dos palabras antagonistas. El pragmatismo las debe de aunar para lograr los réditos buscados. Pedro Sánchez necesita sumar y no solo al Sumar de Yolanda Díaz porque no le llega con esos apoyos. Hemos visto una nueva ronda de contactos que finaliza hoy con sus supuestos socios más necesarios: EH Bildu y fundamentalmente Junts, el partido de Carles Puigdemont. Hemos visto en las últimas horas con la celebración del Día de la Fiesta Nacional, que Sánchez tiene una fuerte presión. En calle la gente le silba, le insulta y en su partido muchos callan porque no se atreven a decir lo que piensan en público. Se juegan mucho. Sea como fuere las negociaciones son arduas. El mantra en estos momentos, es no solo ir a por la investidura, sino que también rematar con la legislatura. Quizás demasiada ambición para mantenerse cuatro años más en La Moncloa. Y es que hay que negociar con todos, con casi todos. En esta ecuación no entran obviamente ni el PP ni Vox. Todos piden y piden y finalmente tendrán que conseguir sus exigencias, para apoyar a Sánchez. Otro hito es la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, además de las cuestiones ideológicas y sobre todo económicas que exigen los futuribles socios. Así que habrá que recurrir a la habilidad negociadora. Hasta ahora Sánchez se ha mostrado muy ejecutivo sin importarle nada las concesiones que tenga que hacer a unos y otros. Algunos piensan que en ocasiones, y parece que bastantes, recurre al trampantojo y engaña al contrario. Y Puigdemont juega con ello, con lo que en Moncloa están de los nervios y les durará hasta que llegue el último minuto. Recordemos que el plazo expira el 27 de noviembre.
El Día de la Fiesta Nacional. Vaya por delante una reflexión. Todos tenemos el derecho a protestar, criticar, analizar, discutir y afear a los políticos todo lo que hagan o incluso lo que no hagan. Sin embargo el respeto no está reñido con ese derecho a la libertad de expresión. La celebración del Día de la Fiesta Nacional se ha convertido en los últimos años en el escenario de la crítica a Sánchez por su gestión política. Silbidos, gritos, abucheos e insultos. Le va en el sueldo como presidente del Gobierno. Pero en esa jornada festejamos el día de nuestra fiesta. Disfrutamos con nuestros soldados que en innumerables ocasiones ayudan a los ciudadanos en España y en misiones internacionales. Probablemente y no nos equivocamos son uno de los colectivos más respetados no solo en nuestro país sino en el mundo. El grado de su profesionalidad es inabarcable y eso que en tiempos pasados se pensaba que no se adaptarían a la realidad democrática. Lo han hecho mejor que muchos y lo demuestran en el día a día. Preparan todos los años este desfile con mimo, cariño y ejemplar dedicación. Además este año hemos tenido un plus especial e institucional. La princesa Leonor ha debutado vestida con el uniforme de gala del Ejército de Tierra como le corresponde como Dama-Cadete de la Academia Militar de Zaragoza.
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP: "La amnistía es un disparate democrático y un fraude electoral masivo. Es inadmisible que el Estado pida perdón". ¡Las cartas boca arriba, pero desde la oposición. Es su papel, elevar la presión sobre Sánchez y el nuevo gobierno, si llega!
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones: "Tenemos que encontrar entre todos ese espacio de encuentro para formar una mayoría parlamentaria de investidura y de legislatura". ¡Esa es la necesidad, pero no todos están en eso. Será difícil cumplir la legislatura si hay acuerdo con tanta presión de sus socios!
Gabriel Rufián, portavoz de ERC: "Estamos hablando de la investidura, no de la legislatura". ¡Lo dicho, esto se puede hacer largo. Las exigencias son muchas y va veremos hasta que punto se llega!
Aitor Esteban, portavoz del PNV sobre Sumar y su propuesta jurídica de amnistía: “No sé a que viene querer ser el perejil de todas las salsas. De tanto querer meter la mano en el guiso se va a estropear” ¡La dinámica entre los compañeros de viaje de Sánchez es curiosa. El PNV atenazado por EH Bildu, se muestra displicente con Sumar. Esteban siempre tan locuaz y gráfico!
Arnaldo Otegui, líder de EH Bildu: "Nuestra formación no está en el momento de pedir un referéndum y los catalanes tampoco lo van a conseguir". ¡Esta docilidad aparente escama. Dan su apoyo aparentemente a cambio de nada. Seguro que hay unos cuantos predicados detrás. Lo de desmarcarse de Cataluña no deja de ser sorpresivo!
Fernando Clavijo, presidente de Canarias ante la crisis migratoria que vive el archipiélago: "Nadie del Gobierno nos ha llamado para interesarse". ¡Cuando lo urgente es lo importante!