MURCIA. Es momento de estío, de relajarse y de disfrutar con los amigos y la familia de unos días de playa. Si te encuentras en el Mar Menor es muy posible que estés pisando restos de pecios hundidos de otras épocas y que, tal vez, nunca hubieras sospechado que estaban ahí, en donde disfrutas de un merecido descanso. ¿Quieres descubrirlos? Hagamos, pues, un viaje en el tiempo y en el espacio y, como los antiguos mercantes, con navegación 'de cabotaje', desde San Pedro hasta Cabo de Palos. ¡Sube! ¡Que nos vamos!
Nuestro viaje comienza con accidente geográfico bastante cercano a la superficie y que ha provocado múltiples naufragios desde época púnica. Nos referimos a los Esculls del Mojón con restos de época romana republicana (S. I aC) y que Julio Mas interpretó como un fondeadero próximo a un poblado de pescadores (El Mojón, datado en el S. I dC).
Continuando nuestra navegación hemos de hacer una parada en La Torre Derribada, con restos de un posible pecio ('El David') y materiales de los siglos II y I aC. Cercano a él nos encontramos con el Puerto de San Pedro del Pinatar en donde Julio Mas pudo documentar restos de un fondeadero que daba suministro a los marineros del S. I aC – I dC, con grandes Dolias (hasta 2.000 litros) y más de 300 ánforas.
Seguimos en nuestro barco y nos paramos en La Barra a 7 m de profundidad. Excavado por Victor Antona y Belén Martínez en 1987, fueron recuperados más de 200 materiales datados entre el S. I aC y S. I dC; a pocos metros vemos El Pecio de San Ferreol, un mercante de flota romano de 20 m de eslora (largo) con más de 5.000 fragmentos de materiales localizados en el S. I aC (un peine de madera y una tablilla de pizarra para extender cremas, etc). Al interior vemos Las Duna del Pinatar, con restos en dispersión de los siglo III aC - I aC.
PECIO SAN FERREOL. FUENTE: ARQVA
Pero continuemos por el mar y nos paramos ante la primera excavación subacuática que se hizo en España con metodología moderna: la zona de El Mojón y el Pecio de Punta de Algas, excavado también por Julio Mas y su equipo. Ubicado en una zona de entradas de aguas del Mediterráneo, presenta 25 m de eslora a 10 m de profundidad. Los materiales, datados en el S. I aC, se encuentra esparcidos en un área de 50x25 m. Otra zona muy peligrosa es El Pudrimel, al sur de Punta de Algas y con 3 pecios constatados: uno del S. I aC, otro del S. III aC y otro entre S. I – II dC.
PECIO PUNTA DE ALGAS. FUENTE: ARQVA
Muy curioso es que a lo largo del Mar Menor hallamos múltiples yacimientos en superficie como son los ejemplos de El Castillo (S. I aC), Los Espines (S. II – II dC) y gran material de época romana republicana a lo largo de todo el litoral del Mar Menor.
Los Nietos, por su parte, poseenecrópolis y poblado, que nos eleva la cronología al S. VI aC. Justo enfrente encontramos la Isla Perdiguera en donde el pecio Guadalupe nos lleva al S. I dC.
En el otro acceso a la laguna interior del Mar Menor, en el canal del Estacio, tenemo 2 pecios (Escolletes) del S. II aC – S. I dC; aunque con restos dispersos del S. VI aC hasta S. XVIII.
Siguiendo nuestro viaje descubrimos el Bajo de La Campana, lugar de refugio en con 3 pecios (S. VII-VI aC, S. II aC y S. I dC). Otros naufragios contemporáneos los tenemos en Las Brisas, Las Sirenas y La Embestida, en donde se documentaron quilla y cuadernas del S.XIX, dedicados al comercio de cabotaje.
Terminando el recorrido localizamos Las Amoladeras, prospectadas por Javier García del Toro, de época Eneolítica; así como la zona de Playa de Levante y el Faro de Cabo de Palos (construido sobre una torre vigía de plata hexagonal del S. XVI), también lugar de resguardo y peligroso al terminar la cordillera Bética (a 5 metros bajo la superficie). Destacamos una gran cantidad pecios hundidos desde el S. VI aC hasta el más reciente, El Sirio, que en 1906 naufragó con 500 pasajeros.
Atracamos en Cabo de Palos y terminamos así nuestro viaje en el que habrás podido comprobar que el Mar Menor encierra muchos secretos: de nosotros depende que permanezcan ocultos o sean descubiertos pero, sobre todo, que sigan existiendo para futuras generaciones.
Foto: ARQUA
