El camino de la vida de un líder rara vez es una línea recta. Hay subidas espectaculares, pero también bajadas bruscas y dolorosas. Es justo en esos descensos, en esos fracasos, donde se revela quiénes somos realmente y de que pasta estamos hechos. Pero, sobre todo, es ahí donde tenemos la oportunidad de forjar el verdadero liderazgo. 

En palabras del reconocido profesor de Harvard Abraham Zaleznik, "los líderes son individuos que nacen dos veces". Esta segunda vida comienza después del fracaso, en el momento exacto en el que la caída te deja sin nada: sin cargos, sin prestigio, a veces sin dinero y con la autoestima profundamente tocada. Pero ese vacío tiene un valor inmenso. Porque, aunque pocos lo admitan, ahí comienza la transformación real. 

Los líderes que han tocado fondo, que han vivido su particular "noche oscura", saben que en esa experiencia no solo se pierde, sino que también se gana. Se gana perspectiva, humildad y, sobre todo, autenticidad. Ya no se trata de buscar la validación externa, sino de reencontrar un propósito genuino. De construir desde el significado profundo y no desde la apariencia. 

Su legado sigue muy presente entre quienes tuvimos la suerte de conocerle"

Francisco Provencio, Paco para los amigos, fundador del Foro Ilusionando, era un ejemplo vivo de este liderazgo doblemente nacido. Paco nos dejó en agosto de 2024, pero su legado sigue muy presente entre quienes tuvimos la suerte de conocerle. Ilusionando no fue solo un grupo de networking empresarial, fue y sigue siendo una red de apoyo vital para aquellos que entienden que emprender y liderar implica enfrentarse a momentos difíciles y a errores. 

El nacimiento del grupo se produjo de una forma muy espontanea. Con motivo de una comida entre amigos, allá por el lejano mes de abril de 2010. Surgió como una auténtica comunidad de empresarios, emprendedores, y líderes con una férrea voluntad por ayudarse mutuamente, especialmente cuando todo parece desmoronarse a su alrededor. Desde el corazón que lideraba este movimiento, Paco siempre tuvo algo muy claro: recuperarse de un fracaso no es un acto heroico, ni mucho menos aislado, sino un proceso íntimo que siempre necesita la compañía y el apoyo de otros para salir triunfante. 

El fracaso siempre va acompañado de una emoción intensa y difícil de manejar: la soledad. En nuestra cultura, la reacción natural al fracaso es esconderse, guardar silencio y aparentar que todo va bien. Pero —como bien decía Paco—, esto lo único que hace es empeorar la situación, que ya de por sí es difícil. Él era de la opinión de romper el silencio y buscar un grupo de personas que puedan entender realmente el lenguaje del fracaso. No para encontrar respuestas, sino para saber que no estás solo, que hay personas con quienes se puede compartir la empatía del desastre y la comprensión necesaria para sentirse apoyado. 

Fracasar no es perder, fracasar es aprender"

Todavía me parece escuchar a Paco decir, una y otra vez: “Fracasar no es perder, fracasar es aprender”. Esta forma suya de pensar le permitió afrontar las crisis, trasmitiendo este poderoso mensaje a todos los que estábamos en el Foro Ilusionando. Los fracasos nunca se deben de esconder, ni tampoco disimularlos. Más bien, todo lo contrario: hay que saber afrontarlos abiertamente y presentarlos como valiosas lecciones que se debían aprender, si se quiere alcanzar cualquier tipo de éxito en el futuro. 

Los líderes que han experimentado el fracaso, pero se recuperan, emergen transformados y con más sabiduría que antes, tal como decía Henry Ford. Además, son líderes que ya no buscan aplausos efímeros ni validación. Su liderazgo es más humano y también más lúcido, saben dónde se equivocaron la última vez y no quieren repetir la experiencia. Por ello, se levantan con más sabiduría para alcanzar el nuevo reto, sin perder la ilusión después de su último fracaso.

Sin embargo, esta ilusión no se recupera por sí sola. Surge del contacto con otras personas que están atravesando una experiencia similar, en espacios seguros donde se pueda hablar con franqueza y seguridad, como era el espacio que creó Paco, en su Foro Ilusionando. Era una filosofía de vida que invitaba a volver a soñar, a creer, a reintentarlo con más experiencia. En el mundo de los negocios, la gran mayoría de las personas —me arriesgo a decir— no se va sin ser tocada por el fracaso. Por ello, es muy importante saber gestionarlo, para regresar con mayor sabiduría, fortaleza e ilusión.

Nuestro querido amigo Paco entendió que levantarse del fracaso no era un acto heroico, sino algo muy humano. Tan humano como aprender andar los primeros pasos, después de habernos caído muchas veces. Él dejó un legado que sigue muy vivo, recordándonos algo fundamental: detrás de cada persona que renace después de un fracaso, existe una red que lo apoyó y lo sostuvo en los momentos más críticos. Así que, si en algún momento te sientes abatido, porque has fracasado en algo en la vida, recuerda que no estás solo. Busca tu red de apoyo, pon el foco de nuevo en tú propósito y vuelve a ilusionarte. Esto es realmente lo que marca la diferencia, como diría el poeta estadounidense John Sinclair: tú decides si el fracaso es solo un moratón o un tatuaje permanente. Estoy seguro de que nuestro querido Paco, desde donde esté ahora, sonríe sabiendo que su mensaje sigue vivo y que, en la vida, unas veces se gana y otras se aprende.

Dr. Pedro Juan Martín Castejón

Miembro del Consejo Directivo de Marketing y Comercialización (CGE)

Profesor de Marketing en la Universidad de Murcia y ENAE Business School