El domingo supimos que Cultura ha iniciado el procedimiento para la delimitación del entorno del Paseo del Malecón de Murcia, estableciendo una banda de protección de 40 metros a ambos lados del Bien de Interés Cultural. Una franja dirigida a preservar los valores patrimoniales, paisajísticos y visuales del monumento, así como a garantizar su contemplación e integridad.
En este caso, el área de protección es, considerando que hablamos de un Bien que se extiende a lo largo de más de un kilómetro y medio, desde el corazón de la ciudad hasta la huerta de La Arboleja, de unos 150.000 metros cuadrados.
De lo que se trata es de evitar que cualquier intervención pueda alterar el carácter arquitectónico o paisajístico del Malecón, en cuyo entorno se encuentran otros bienes protegidos, como la portada del Huerto de las Bombas, el Colegio de los Hermanos Maristas y varios chalets situados en el lado sur del paseo.
Es una acción necesaria, porque el Malecón, aparte de su antigua función protectora o de su condición de lugar de paseo o para la práctica del sencillo ejercicio de andar o correr, es el cordón umbilical que mantiene a una Murcia cada vez más poblada y extensa, con sus orígenes huertanos, y es la forma de que los murcianos se reencuentren con la huerta en pocos minutos con el sencillo procedimiento de caminar unos cientos de metros.
Pero es una acción que ya no remediará un daño irreparable producido hace medio siglo, cuando el trazado del primer tramo de autovía con que contó la Región, en su circunvalación de la ciudad por su lado oeste, cruzó el Paseo del Malecón pocos metros por encima de los viandantes, causando el impacto visual, auditivo y estético que todos padecemos desde entonces.
El proyecto para sacar el tráfico de paso de la ciudad, al menos en la conexión norte-sur, era una verdadera urgencia, a la vista de la cada vez más complicada circulación existente en el interior, que la Gran Vía y las Rondas no lograban aliviar, menos aún cuando el paso por el Barrio del Carmen seguía siendo obligado para dirigirse al litoral de Cartagena y el Mar Menor, hacia Lorca y Andalucía o camino de las tierras del Noroeste.
El proyecto de la primera fase, el tramo entre la actual Ronda Norte y las carreteras de Alcantarilla y El Palmar, se llevó al Consejo de Ministros el 23 de junio de 1972, y la inauguración tuvo lugar el 7 de junio de 1976.
Los últimos meses de aquella gran obra los pude seguir de cerca, porque el curso 1975-76, aquél en el que empezamos con Franco como jefe de Estado y terminamos con Juan Carlos como Rey, lo cursé en el colegio marista de La Merced, a dos pasos del triple viaducto que salva (es un decir) el Malecón y destruyó para siempre la contemplación de la torre desde la ‘Sartén’ del Malecón, ese anchurón que da paso a la segunda parte del paseo.
Pero es una acción que ya no remediará un daño irreparable producido hace medio siglo, cuando el trazado del primer tramo de autovía con que contó la Región, en su circunvalación de la ciudad por su lado oeste, cruzó el Paseo del Malecón pocos metros por encima de los viandantes, causando el impacto visual, auditivo y estético que todos padecemos desde entonces.
El proyecto de la Ronda Oeste que se presentó al Consejo de Ministros en junio de 1972 se dividía en tres fases. La primera de ellas, la más urbana, comprendía un trazado que iba desde el acceso que partía de la avenida dedicada al Ministro Solís Ruiz, hoy Ronda Norte, hasta el enlace con la carretera de El Palmar, cerca del cruce con la carretera de Santa Catalina.
La obra planteaba varios aspectos de importancia, y entre ellas los pasos elevados sobre el ferrocarril y la carretera de Murcia a Alcantarilla, un nuevo puente sobre el río Segura y el controvertido, pero al parecer inevitable, paso sobre el Malecón. Como sabemos, en las cercanías de este nuevo paso nace un ramal de penetración que llega hasta el Plano de San Francisco, y como también sabemos, sólo ofrece acceso en dirección Cartagena-Albacete, pero no al revés.
El fundamento, como quedó apuntado al principio, y como se relataba en una crónica suscrita por Ismael Galiana en el diario ‘Línea’, era que el tráfico hacia la ciudad sería más fluido. La primera llevaba directamente al centro; la segunda, a la zona norte, junto al acceso por la carretera de Espinardo. “Estas dos nuevas vías servirían eficazmente a descongestionar el tráfico por el barrio del Carmen”. Además, y vinculado a lo anterior, “con la puesta en marcha de la Ronda Oeste se solucionará en gran parte el problema que plantea en la actualidad el cierre de barreras de ferrocarril en el Rollo”.
En total, la nueva Ronda Oeste, en esta primera fase, tendría una longitud de unos tres kilómetros, aproximadamente, y el ramal de acceso al Plano de San Francisco un kilómetro escaso. El presupuesto de ejecución se fijó en 1972 en unos 240 millones de pesetas, que el día del estreno, cuatro años más tarde, eran 600 millones.
Pero el proyecto total de la Ronda Oeste era mucho más amplio y costoso, y no se completó, enlazando con el nuevo acceso norte de Murcia, hasta 1988, y con el arranque del Puerto de la Cadena hasta 1993, con lo que quedó completada la comunicación por autovía entre la capital regional y Cartagena.
El presupuesto de ejecución se fijó en 1972 en unos 240 millones de pesetas, que el día del estreno, cuatro años más tarde, eran 600 millones.
El día de la inauguración, el ministro de Obras Públicas, Antonio Valdés, se refirió a su confianza en la inmediata licitación de las obras de la autovía Murcia-Alicante, pero lo cierto es que la conexión completa por autovía no llegó hasta 1990, como tantas cosas que para la Región se han hecho, y mucho, de rogar. Ya puestos a anunciar, también afirmó que el Trasvase se pondría en marcha ese año, “con toda seguridad”, y aún hubo que esperar a 1979 para que se produjera el feliz alumbramiento.
El alcalde de Murcia, Clemente García, escribió su carta a los Reyes Magos aprovechando la visita ministerial, reclamando soluciones para problemas sobre los que, en algún caso, medio siglo más tarde todavía se habla y en otros hubo que aguardar largos años: paso a nivel del Rollo; acceder con urgencia a las obras de la Ronda Sur; dar una solución a la entrada a Murcia por Espinardo; nueva estación de autobuses para la zona Sur de la capital… Como ayer.