Que nadie se equivoque: esto no va de informes técnicos. No va de geografía ni de competencias. Esto va de vida o muerte para una tierra que lo ha dado todo y siempre ha recibido migajas. Esto va de la dignidad de la Región y del desprecio de quienes hoy deberían estar luchando por ella, pero han elegido agachar la cabeza.
No hablamos solo de agua. Hablamos de vida. Hablamos de un derecho. Hablamos de la columna vertebral de nuestro campo, de una tierra que ha hecho de la escasez una virtud. De un modelo que ha generado empleo, riqueza y estabilidad a cientos de miles de familias, y que ha convertido a la Región en un ejemplo de eficiencia hídrica para toda España.
El trasvase es lo que ha hecho posible que nuestros productos lleguen cada día a los mercados del continente. Lo que ha sostenido a generaciones enteras que han trabajado de sol a sol para sacar adelante cultivos, explotaciones, cooperativas. Es la sangre que corre por las venas del sureste español.
Y ahora nos lo quieren quitar. Como siempre: mintiéndonos a la cara. La PPSOE se reparte culpas y se esconde tras tecnicismos. Mentira tras mentira. Y ante esto, no podemos seguir callando.
Feijóo ni está ni se le espera, y López Miras ha demostrado que no pinta nada en su partido. No se puede prometer en campaña que se defenderá el trasvase y luego no presentarse en la Asamblea Regional cuando toca dar la cara. Pero claro, ¿qué vas a defender si en una comunidad autónoma el PP dice una cosa y en otra lo contrario?
El trasvase es lo que ha hecho posible que nuestros productos lleguen cada día a los mercados del continente. Lo que ha sostenido a generaciones enteras que han trabajado de sol a sol para sacar adelante cultivos, explotaciones, cooperativas. Es la sangre que corre por las venas del sureste español.
No es un pequeño gesto. Es una declaración. Es un "no me importa" dicho con corbata y sonrisa. Es un portazo al campo, al agricultor, al trabajador del almacén, al camionero que cruza Europa con nuestros productos. Es una ausencia que grita más que cualquier discurso.
Y mientras tanto, el presidente regional, López Miras, aceptó la humillación de Feijóo. Le pareció bien: ni exigió, ni reclamó, ni mucho menos se plantó. Prefirió agachar la cabeza antes que defender. Prefirió ser leal a su jefe en Madrid antes que a su gente aquí.
PPSOE: dos siglas, un mismo desprecio. Nos han mentido durante décadas. Nos han vendido diferencias donde solo hay coincidencias. El PP y el PSOE son lo mismo: dos caras del mismo abandono y engaño hacia una Región que solo conocen para pedir, pero no para dar.
Cuarenta años de gobierno del PP en esta tierra no han servido para blindar el agua. Cuarenta años de promesas vacías mientras el campo se seca y el trasvase se muere. Cuando el PSOE impone su agenda ideológica, ¿el PP qué hace? La asume y la ejecuta. Dejando claro que piensan igual y actúan igual.
Eso es la PPSOE: mentira, abandono y desprecio institucionalizado hacia la Región.
Ambos partidos han dejado claro que la Región no importa si no da votos. Solo importa los seis meses antes de las elecciones, donde siempre muestran una falsa preocupación y promesas vacías de cambio radical.
La verdad es la que es. Quien haya pisado una finca en el Campo de Cartagena, por ejemplo, lo sabe: aquí no se vive del subsidio ni de la queja. Aquí se vive del esfuerzo. De sacar cada gota de agua como si fuera oro. De innovar, de exportar, de resistir. El campo de esta Región puede ser potencia sin renunciar a sus raíces.
Y por eso duele tanto ver cómo lo abandonan, lo traicionan y lo convierten en moneda de cambio para contentar a otras comunidades, a lobbies ideológicos, a pactos políticos. Como si aquí no hubiera personas. Como si aquí no hubiera historia, ni dignidad, ni futuro.
El agua no se pide: se defiende. El trasvase no es un regalo. Es un derecho que reconoce la necesidad de un reparto solidario. Y ese derecho lo rompen, una y otra vez. PSOE y PP son culpables activos de este desastre. Y mientras eso ocurre, la Región se seca. No solo en sus tierras, sino en su alma.
La pregunta es clara: ¿si esta Región fuera desleal, separatista o terrorista, estaríamos a día de hoy con esta problemática? ¿O estaría ya solucionada, como ocurre con otras que sí lo son?
La verdad es la que es. Quien haya pisado una finca en el Campo de Cartagena, por ejemplo, lo sabe: aquí no se vive del subsidio ni de la queja. Aquí se vive del esfuerzo. De sacar cada gota de agua como si fuera oro. De innovar, de exportar, de resistir. El campo de esta Región puede ser potencia sin renunciar a sus raíces.
Necesitamos infraestructuras hídricas reales. Pero mientras tanto, el Pacto Verde y la Agenda 2030 ahogan al campo con restricciones que condenan al trasvase y, con él, al corazón productivo de nuestra tierra. Es una batalla por la supervivencia, por la justicia de quienes trabajan la tierra.
Si Feijóo no quiere venir, que no venga. Pero que no vuelva a pedir votos.
Si López Miras prefiere callar, que lo haga. Pero que no espere respeto.
Si el PSOE quiere seguir traicionando a las Comunidades Autónomas leales a España, luego que no esperen nada de nuestra tierra.
La Región no es tierra de cobardes. La Región es tierra de quienes la construyeron con sus manos y la labraron con todo su empeño y dedicación. Es nuestro deber defenderla. O despertamos ya, o nos arrebatarán hasta el último surco fértil de ella.
Daniel Collado.
Simpatizante VOX Jóvenes Cartagena.