Opinión

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El eurocristiano tibio

El Distrito Único Universitario bajo ataque

"Tiene tarea Luján para impedir el desmán en la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas"

Publicado: 16/03/2025 ·06:00
Actualizado: 16/03/2025 · 06:00
  • El rector de la Universidad de Murcia, José Luján.
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En estos días hemos sabido que han promovido al profesor Luján, rector de la Universidad de Murcia, al puesto de vicepresidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas. Me alegro por él, pero sobre todo me alegro por la CRUE, que ha hecho un buen fichaje para su órgano de dirección. La verdad es que, como primer presidente de la CRUE, me siento orgulloso de lo logrado desde 1994, año en el que la fundamos. Todavía recuerdo bien la reunión que mantuvimos unos veinte rectores en la Universidad de Salamanca, convocados por Julio Fermoso, a la sazón su rector, para crear la CRUE. Culminó allí un proceso iniciado años atrás, al que yo me había incorporado incluso antes de que me eligiesen rector de la Universidad de Sevilla, pues mi predecesor, el profesor Javier Pérez Royo, me invitaba a asistir en calidad de vicerrector. Y también recuerdo las tres condiciones que pedí para aceptar el reto de fundarla, dotarla de personalidad jurídica y presidirla en su primera etapa: 1) Entrarían todas las universidades de España, fuesen públicas o privadas, para evitar que se fraccionase la representación de las universidades; 2) Imponer unas cuotas a las universidades que se incorporasen para garantizar la independencia económica respecto del Ministerio de Universidades y de las empresas. 3) Mantener la independencia y autonomía respecto del Gobierno español, comprometiéndonos a colaborar con el Ministerio tanto cuando gobernasen los socialistas como cuando lo hiciesen los populares.

No sé si fue porque los pillé por sorpresa, pero se aceptaron las tres condiciones por unanimidad, aprobándose también mi candidatura por pleno consenso. De inmediato contratamos como secretario al eficaz socialista Félix García Lausín y echamos a andar. Incluso logramos que ni siquiera hiciese falta votar si adoptaría el nombre actual o el de Conferencia de Rectores de las Universidades del Estado Español. ¡Se aceptó que figurase el gentilicio de “españolas” aunque había, obviamente, rectores catalanes, gallegos y vascos! Y también se aceptó que la lengua de la organización fuese el español. Sendos milagros desde la perspectiva actual, pero que ayudaron decisivamente a que la CRUE representase con eficacia los intereses de nuestras universidades, cuya cohesión podría haberse visto dañada de habernos dejado seducir por la idea de que España no era una nación, sino un Estado plurinacional. Y cuando entró el siguiente presidente nada de eso se modificó, y eso que se trataba nada menos que del rector de la Universidad Autónoma de Barcelona.

 

¡Los comunistas catalanes a favor de segregar a los estudiantes españoles por sus orígenes regionales!"

 

Uno de mis primeros objetivos fue garantizar la permanencia del Distrito Único Universitario en España. Gracias a ese criterio, todos los estudiantes españoles que cumplan los requisitos pueden matricularse en cualquiera de las universidades españolas, lo que cohesiona a la nación y confiere a los candidatos una libertad que de otro modo se vería muy limitada. La alternativa era crear barreras regionales a la libre movilidad de los estudiantes, a lo que me opuse radicalmente. Y ganamos la batalla. De haberla perdido, los estudiantes de los institutos de la región de Murcia solo podrían haber cursado estudios universitarios presenciales en la UM, la UPCT y la UCAM, estándoles vedadas las universidades madrileñas, valencianas o catalanas, por poner los tres destinos más solicitados. Desde mi punto de vista, una aberración contraria al verdadero espíritu universitario. Si a través del programa Erasmus nuestras universidades recibían alumnos de otros países europeos, ¿cómo no iban a poder moverse de unas regiones a otras?

Pues bien, lamento tener que informar de que, a rebufo de la ola plurinacional que defienden todos los partidos de izquierda (con las honrosas excepciones de Izquierda Española y de Frente Obrero), ya ha empezado el ataque separatista al Distrito Único Universitario. Los lectores quizás recuerden a la CUP, la Candidatura Unitaria Popular, el partido separatista catalán al que debemos haber elevado al ínclito señor Puigdemont a la presidencia de la Generalidad de Cataluña, desplazando a Arturo Mas, súbita pero infructuosamente convertido en Artur Mas. Pues bien, la CUP ha presentado una moción para que el 70% de las plazas en las Facultades de Medicina catalanas queden reservadas para estudiantes de los institutos catalanes. Se quejan de que el 46% de los estudiantes de Medicina en universidades públicas catalanas provienen de fuera de Cataluña. Eso siempre ha molestado al Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Cataluña, cuyos dirigentes prefieren médicos nativos catalanes, en coherencia con su ideario separatista, como demostraron apoyando activamente la intentona de 2017. Es normal que Juntos por Cataluña e Izquierda Republicana de Cataluña, sendos partidos separatistas, votasen a favor de la moción de la CUP, pero ¿qué me dicen de que también lo haya hecho el partido de los Comunes? ¡Los comunistas catalanes a favor de segregar a los estudiantes españoles por sus orígenes regionales! ¡Tócate la hoz y el martillo!  La moción ha sido rechazada gracias a los votos del Vox, PP y ¡oh, maravilla! del PSC. No obstante, el precedente queda ahí, siendo previsible que se incrementen pronto los ataques al Distrito Único. Tiene tarea, pues, Luján por delante para impedir tal desmán. Y estoy seguro de que no defraudará a la afición.

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