No sé si alguno de ustedes ha pasado por el psicoterapeuta, pero es un ejercicio tanto o más sano que el crossfit y menos arriesgado… Bueno, según se mire, porque a veces asoman por ahí unos demonios, que ríase usted del “murph”.
El caso es que en la intimidad del diván y para calmar la ansiedad, el loquero te invita a que vayas a un lugar real o imaginario donde sientas paz y tranquilidad. Aunque no den crédito, ese lugar existe: el sofá donde los sábados disfruta de esa ansiada siesta que no se puede permitir entre semana, el momento de la cervecita dominical al solecito, aquella playa infinita de Santander en bajamar, o cualquier otro sitio en el que piensa y se queda ensimismado por unos segundos.
Y es que, en la visualización, las ondas gamma de nuestro cerebro empiezan a coordinarse como en natación sincronizada. Baja la frecuencia cardíaca, se acompasa la respiración. Paz… silencio… vacío… Eso es Collados Beach para mi: un bálsamo para mi alma.
Allí me quedo pillada, ante la maravilla de la naturaleza y la arquitectura del hombre"
Sí, ya, ya, no me lo digan: un bálsamo un poco caro. Pero ¡qué bien sienta!, al menos una vez al año darte un lujo en un sitio donde te sientes como si fueras una marajá. Ibiza al alcance de tu mano. Impecable blanco, arena y mar. Playa y salitre. Luz y brisa. Allí me quedo pillada, ante la maravilla de la naturaleza y la arquitectura del hombre. Collados es verano. Es libertad.
Por supuesto que el chiringuito playero está muy bien, pero tal y como se está poniendo el tema, que para una cerveza con unas aceitunas también necesitas reserva, el camarero que te mira en plan, “relaja la raja bonita, que mira cómo tengo el quiosco” y los precios que se han puesto nivel Dios, pues qué quiere que le diga: por un poco más, como con mantel y unos señores muy agradables que me preguntan si está todo a mi gusto. ¡Mari Trini, ole tú!.
Lo sé, pensarán, ¿de donde viene este artículo discordante en su fulgurante línea editorial? (ja ja já, me rio yo sola). Ante la posibilidad de que este año no abra sus puertas Collados Beach, se ensombreció mi alma. Como cuando te enteras que tu novio de toda la vida, el que te dejó hace tres meses porque no se siente preparado para el compromiso, se casa en otoño con otra que no eres tú. Entonces, en ese mismo momento sentí la necesidad de escribir sobre ese lugar que me hace soñar y me lleva, como la canción de Frank Sinatra, a volar a la luna.
Esto es un homenaje. Por esos sitios que nos reconectan con nosotros mismos, que son buena vibra, que nos recargan las pilas y nos dan un chute de energía para afrontar la vida.
Cierre los ojos… Visualice.
Gracias por su lectura.