José Luis Álvarez-Castellanos tomó posesión recientemente de su escaño como diputado regional por Izquierda Unida-Los Verdes. Pasó así a formar parte del Grupo Mixto con María Marín, su compañera de Podemos. Persona respetada y de larga trayectoria municipalista, Castellanos nos ha obsequiado con un artículo a favor de la financiación singular catalana. Se refería a lo que los amantes de la claridad venimos llamando el cupo catalán, un sintagma que significativamente no aparecía en su texto. Dada la influencia de Castellanos en la izquierda murciana, considero que su opinión refleja la de ese sector político. Aunque tomaré su artículo como guion, así lo aceptaré para no personalizar esta crítica.
Afirman nuestros izquierdistas que las comunidades autónomas de Valencia y de Murcia son las peor financiadas, valoración con la que concuerdo. Y lo atribuyen a que su población, siendo relativamente joven y concentrada en municipios, no se ha beneficiado de las mejoras financieras que el acuerdo vigente vincula al envejecimiento y la dispersión. Y también en eso estoy de acuerdo. Añaden que la reforma del Sistema de Financiación que se llevó a cabo en 2009 no subsanó nuestra infrafinanciación. Y sigo estando de acuerdo con ellos. En suma, concuerdo con nuestros izquierdistas en buena parte de su diagnóstico de la situación actual, pero no creo que implantar en Murcia un modelo similar al cupo catalán la mejoraría. Por el contrario, es fácil demostrar que la empeoraría. Basta, de momento, con señalar que ni Illa, ni Sánchez han pedido que se extienda el cupo a Madrid, pues saben perfectamente que eso colapsaría por completo el sistema de redistribución financiera a las demás regiones. Pero, dejando para un próximo Tibio el análisis de fondo de las consecuencias económicas de los cupos, veamos en este solo los argumentos colaterales que aducen nuestros izquierdistas.
El cupo no ha abierto ningún nuevo debate sobre la reforma de la financiación, sino que se ha incorporado a un debate que ya estaba abierto"
Según ellos, el debate sobre la financiación singular catalana es beneficioso porque abre una oportunidad de reformar el sistema de financiación. En realidad, ya diversas fuerzas políticas habían reiterado la necesidad de reformarlo desde bastante antes de que Izquierda Republicana de Cataluña y el Partido Socialista Catalán acordasen solicitar el cupo a cambio de investir presidente de la Generalidad al nacionalsocialista Illa y presidente del Gobierno español al cambiante socialista Sánchez. El cupo no ha abierto ningún nuevo debate sobre la reforma de la financiación, sino que se ha incorporado a un debate que ya estaba abierto.
También afirman nuestros izquierdistas que vamos hacia un modelo federal. La realidad es bien distinta. En primer lugar, las formaciones políticas separatistas no están apostando por ningún modelo federal, sino que aspiran a que sus regiones, que ellos llamas naciones, se segreguen de España. En ese sentido, interpretan el cupo catalán como un paso más hacia la independencia que ya proclamaron en 2017. Ni siquiera el acuerdo entre el PSC y ERC está hecho en clave federal. Si hablaron de financiación singular fue para recalcar que Cataluña se saldría del régimen común, en el que permanecerían el resto de las comunidades. Y tenía un par de cláusulas claramente antifederales. En primer lugar, la ordinalidad, un principio según el cual las comunidades recibirían en proporción a lo que diesen, es decir, más las más adineradas y menos las menos adineradas. Nuestros izquierdistas defienden la progresividad fiscal en el seno de cada región, pero la regresividad en las relaciones entre distintas regiones. En segundo lugar, tampoco es muy federal el principio de que Cataluña solo daría dinero a las regiones que implantasen un nivel de impuestos semejante al suyo. ¿Y por qué no guiarnos por los impuestos de Murcia? En suma, solo los izquierdistas de fuera de Cataluña ven ese modelo federal, en un intento, loable, pero estéril, de disfrazar el supremacismo de sus colegas catalanes.
Con la misma finalidad, han obviado nuestros izquierdistas la historia previa del cupo: fue la negativa del presidente popular Rajoy a conceder el cupo fiscal a Cataluña que le pedía el presidente catalán Artur Mas lo que desencadenó el proceso separatista que culminó en 2017. Lo que el Gobierno popular de España le negó entonces a los separatistas quiere ahora concedérselo el Gobierno de coalición entre los socialistas y Sumar. Y en ambos casos, en 2017 y ahora, está por medio Izquierda Republicana de Cataluña. ¿No ven los izquierdistas murcianos la íntima relación que hay entre el cupo catalán y la construcción de un Estado propio, ajeno al español, en Cataluña? O bien están de acuerdo con el Estado Catalán, o bien su tesis de la plurinacionalidad les impide ver esa relación.
Defender España no fue cosa solo de franquistas, sino que antes lo había sido de muchos republicanos y ahora lo es de los demócratas que nos identificamos con el fruto de la transición de 1976"
Dicen los izquierdistas que solo nos oponemos al modelo plurinacional los que sentimos nostalgia del franquismo, explicitando así el error, tan frecuente en su sector, de confundir España con la dictadura. Puesto que se declaran republicanos, les recordaré que fue el presidente de la Segunda República quien ordenó sofocar la rebelión que, el 6 de octubre de 1934, promovió Luis Companys, de IRC, tras declarar el Estado Catalán. Así que también los gobernantes republicanos españoles, que no solo los franquistas, defendieron, incluso con las armas cuando fue preciso, la unidad de España. De hecho, el general Batet, que por orden del presidente de la República liquidó la resistencia de los Mozos de Escuadra rebeldes, fue luego fusilado por los franquistas. Defender España no fue cosa solo de franquistas, sino que antes lo había sido de muchos republicanos y ahora lo es de los demócratas que nos identificamos con el fruto de la transición de 1976.
Dicen nuestros izquierdistas que no hay nada que temer porque el cupo catalán pasará por el Congreso y por la Conferencia de Sectorial de Política Fiscal y Financiera. Sabiendo que Sumar está decidida a seguir en el Gobierno a toda costa, los Comunes están a favor del cupo porque son nacionalistas catalanes, y en la Conferencia le bastaría al Gobierno español el apoyo de Cataluña para que la medida prosperase, todo dependerá de lo que voten Podemos, Compromiso y Juntos. En cualquier caso, si esto no prospera no será por mérito de los izquierdistas murcianos, que no han alegado nada en contra del cupo.
También han omitido nuestros izquierdistas la pista manchega y la asturiana. El presidente socialista Page se opone radicalmente al cupo catalán porque gobierna en Castilla-La Mancha y sabe que el cupo mermaría sus presupuestos. La misma posición y por los mismos motivos ha adoptado el presidente socialista Barbón en Asturias. ¿No les llama la atención a nuestros izquierdistas que los socialistas apoyen el cupo catalán en las regiones donde no gobiernan, como Murcia, Valencia y Andalucía, pero lo critiquen allá donde gobiernan, como Castilla-La Mancha y Asturias? Pues deberían preguntarse por qué se da esa diferencia tan llamativa.
Por último, acusan los izquierdistas murcianos de oportunismo político a los que se opongan al cupo. En ese caso, sus copartidarios asturianos serían unos oportunistas, pues han votado en contra del cupo. En realidad, no lo son, sino que les preocupa el cupo porque están gobernando y saben que perderían recursos para sus proyectos. En cambio, los izquierdistas murcianos, como están en la oposición, no hacen esas cuentas y se permiten el lujo de disparar con pólvora del rey. Y eso que son republicanos. Quizás les iría mejor a los trabajadores murcianos si les representase Izquierda Española, que defiende la igualdad de todos los españoles no solo en cada región, sino también entre regiones.