Se denomina catarro a la irritación e inflamación de las vías aéreas superiores y cuando desciende y afecta a los bronquios, se convierte en bronquitis que tiene una mayor repercusión clínica, especialmente en personas mayores de 70 años o pacientes con patología de base crónica, fundamentalmente EPOC, Cardiacos (valvulopatías, arritmias, coronarios), metabólicas (Diabetes, Obesidad), Inmunodeprimidos onco-hematológicos y pacientes en tratamiento con inmunosupresores biológicos.
Estos procesos se presentan con más frecuencia en otoño-invierno, relacionados en gran medida con las epidemias gripales o por otros virus (rinovirus, adenovirus, parainfluenzae etc), solo requieren tratamiento sintomático. Cuando afectan a estos grupos de pacientes, las connotaciones clínicas se asocian con mayor numero de complicaciones que aumentan su gravedad y el riesgo de sobreinfección bacteriana. En estos casos, se necesita tratamiento antibiótico combinado con corticoides que ayudaran a disminuir el grado de actividad inflamatoria facilitando la mayor penetración de los antibióticos en los bronquios, acortando la vida media del proceso y disminuyendo su gravedad y morbi-mortalidad.
En verano, los factores de riesgo de mayor importancia son los cambios bruscos de temperatura, el aire acondicionado < 25ºC y la polución atmosférica. En estos casos, la manifestación clínica más frecuente es el dolor de garganta y cabeza, mal cuerpo, congestión nasal y en ocasiones tos seca de tipo nervioso, con ausencia de fiebre. Cuando este proceso se desarrolla en el grupo de pacientes antes señalados, con cierta frecuencia >35%, esta irritación e inflamación de las vías aéreas superiores, se irradian a los bronquios, desarrollando tos con expectoración mucho-purulenta, fiebre de bajo grado y afectación general.
Es decir induciendo la producción de neumonías, que precisan de tratamiento antibiótico dirigido a los principales patógenos respiratorios, fundamentalmente S pneumoniae(Neumococo), seguido de Hemophilus influenzae y en el área mediterránea la inclusión de Legionella pneumophila, en combinación con corticoides (Urbason) y con una duración prolongada 14-18 días.
Así, os contaré mi experiencia personal. El día 11 de mayo volvimos en avión desde Viena, donde fuimos para ver cantar al eximio divo-tenor Roberto Alagna en Tosca. Solo al entrar en el avión de Iberia, sentí un frio tremendo, notando que el aire acondicionado estaba muy bajo, precisando ponerme una parca encima para poder aguantar el vuelo de tres horas de Viena a Madrid. Al día siguiente, tenía dolor de garganta, congestión nasal y un poco de tos seca de forma esporádica. Con mi patología de base, operado de CIA grado avanzado por el maestro de la CCV doctor Ramón Arcas en 1995, en el HUGM de Madrid, y después he recibido unas seis cardioversiones por flutter paroxístico, con Ablación del mismo en 2019(Dr P. Peñafiel) Unidad de Arritmias del HCUVA, que reapareció al cabo de cuatro años con otra característica flutter 4:1.
En 2021 tuve COVID severo con ingreso hospitalario en MI-Infecciosas (doctora Elisa García) de HCUVA, con buena respuesta al tratamiento con ciclos de urbason a dosis elevadas, con alteración pulmonar radiológicamente que desapareció a los 6-8 meses después.
Los catarros del verano se complican más que los de invierno porque no se considera su importancia, no estando pendientes hasta que empeoran y llegan las complicaciones: Neumonías. Junto con el aire condicionado por debajo de 25-26ºC, los cambios climatológicos bruscos, la polución y los componentes alergénicos de cada zona, constituyen los principales factores sobre los que tenemos que actuar en su prevención.
En la actualidad cardiologicamente me encuentro de forma estable en tratamiento con Amiadarona, Enconcor y Eliquis ajustado. Por todo ello y teniendo antecedentes cercanos de otros catarros previos y uso previo de Levofloxacino, consideré iniciar precozmente tratamiento con Levofloxacino 750mg/d + Urbason 4mg 2comp cada 8 horas y Bisolgrip(anticatarral) durante cinco días, mejorando mucho y quedando casi asintomático. Sin embargo, unos días después, noté distermia por la tarde -temperatura 36,9ºC-, me encontraba como acalorado y ese fin de semana entre 23-24 de mayo, comencé con tos frecuente y expectoración mucopurulenta, que en la noche del sábado alcanzo su máximo grado de purulencia extrema con un color amarillento dorado como el sol, en mi opinión, muy sugestivo de Neumococo. Como había tomado en dos ocasiones previamente levolfoxacino, consideré la probabilidad de resistencia parcial al mismo, por lo que modifiqué el tratamiento antibiótico seleccionando Axetil Ceuroxima(Zinnat 500mg un comp cada ocho horas+ Urbason 4 mg 2 comp cada 8 horas +Acetil-cisteina 500mg/8h, solicitando al doctor Dani Rodríguez, experto de la Radiologia pulmonar, en el HUVA realizarme un TAC de alta resolución, indicando tenia pequeño infiltrado LII con inflamación notable de vías aéreas finas a dicho nivel.
Fui mejorando de forma muy lenta, cediendo la febrícula y expectoración a partir del quinto-séptimo día del nuevo tratamiento que cumpli a la dosis señalada durante diez días y después continué disminuyendo dosis de antibiótico (Zinnatt 500 un comp cada 12 horas), Urbasón 4mg 2comprimido cada 12 horas 5 días y luego 2 comprimidi dia-5 días, y luego un comprimido dia otro 5 días y suspender. Acetil Cisteina 500mg/12h hasta el final del tratamiento: un total de 21 días.
Los catarros, bronquitis del verano son peores que los del invierno, ya lo decía nuestro inolvidable doctor Constantino Molina de Abarán y está escrito en el histórico libro del Pedro Pons en el volumen VI de Infecciosas. Tienen una mayor dificultad diagnóstica, mayor frecuencia de complicaciones y necesidad de tratamiento prolongado, adaptándolo siempre a la epidemiologia de la zona y valorando mucho el uso previo de antibióticos, que estudiamos hace algunos años, como uno de los principales factores de riesgo en la predicción de resistencia clínica a los antimicrobianos.
Los catarros del verano se complican más que los de invierno porque no se considera su importancia, no estando pendientes hasta que empeoran y llegan las complicaciones: Neumonías. Junto con el aire condicionado por debajo de 25-26ºC, los cambios climatológicos bruscos, la polución y los componentes alergénicos de cada zona, constituyen los principales factores sobre los que tenemos que actuar en su prevención.
Así, tenemos que estar preparados y evitar los cambios bruscos de temperatura, el aire acondicionado alrededor de los 26ºC, para las situaciones de alta polución usar mascarillas, especialmente los pacientes con enfermedades crónicas y finalmente, tratar de evitar las fuentes de potencial sensibilización alergénica dependiendo de los antecedentes personales y familiares.
Como elementos terapéuticos de índole natural, para los síntomas más frecuentes de estos casos, pueden utilizarse con eficacia:
1.- Molestias de garganta y sensación de secreciones altas a dicho nivel: a) Enjuagues con agua (vaso de 300ml) y media cucharadita de café de sal, hirviéndola previamente y una vez tibia utilizarla varias veces al día. b) Infusiones de manzanilla con unas gotas de limón y unas hojitas de orégano. Tras hervirlo, decantarlo y añadir una cucharadita de miel de romero. Realizarlo preferentemente en la cocina de inducción o gas butano, con un cazo y vertiendo un vaso grande de agua.
2.- En los casos de tos seca frecuente o productiva, se aconseja infusiones como lo señalado anteriormente, pero en lugar de orégano usar tomillo.
3.- El tratamiento sintomático de mal cuerpo, febrícula y/o congestión nasal, puede utilizarse con buena eficacia y tolerancia la combinación de paracetamol, fenilefrina y clorfenamina.
Finalmente, es necesario recomendar elevar las defensas inmunitarias:
1.- Especificas (Vacunas especialmente la Neumococica).
En los pacientes de >65-70 años o con enfermedades crónicas de base que pueden favorecer estas infecciones, tiene su indicación máxima Vacuna neumocócica conjugada, en la actualidad P-20 un vial IM es la más adecuada, al englobar los 20 serotipos más frecuentes e importantes de las neumonías neumocócicas que son las de mayor impacto clínico y garvedad.
2.- Elevar tasa de inmunidad general
a.- Vitamina D para tener unos niveles superiores a 50 ng/ml.
b.- Vitamina C 1gr/d por sus propiedades antioxidantes especialmente recomendada en estos procesos, así como su combinación con zinc o selenio.
c.- En los casos de déficit de inmunoglobulinas severos IgG <600 precisan administración de gammaglobulina endovenosa(IV) 400mg/kg cada 3-4 semanas iv. En los casos no severos, el uso de inmunoferon durante varios meses, puede favorecer la disminución de los episodios de estas infecciones.
Como pregunta o cuestión final, ¿Cuándo utilizar antivirales? Primero confirmación de los virus, mediante detección de antigeno o de PCR en frotis nasal. Actualmente tenemos tratamiento específico, frente al virus virus de la gripe y coronavirus. En el primer caso puede utilizarse oseltamivir y en segundo nirmatrelvir y siempre precozmente en las primeras 48 horas del inicio de la clínica,
Finalmente, podemos resumir, señalando que en los pacientes con patología de base grave y alto riesgo de complicaciones, precisan la valoración de un médico muy clínico que analice en profundidad el proceso del enfermo, porque no olvidemos que la medicina es ciencia, pero precisa del arte del médico, para conseguir el máximo beneficio para el paciente, que no es otro que lograr su curación.
Dedicatoria: Al doctor José Mensa, gran amigo y Maestro Máximo de la Terapéutica Antimicrobiana, con sincera gratitud por sus enseñanzas y amistad.