Opinión

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Como ayer

Algunos hitos de la telefonía en Murcia

"Mañana se cumplen 50 años de la entrada en funcionamiento de una nueva central telefónica automática, la cuarta de las instaladas en la ciudad de Murcia"

Publicado: 30/10/2025 ·06:00
Actualizado: 30/10/2025 · 06:00
  • La Central Telefónica estuvo en la calle de Zambrana.
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El viernes 31 de octubre de 1975, mañana hará medio siglo, entró en funcionamiento una nueva central telefónica automática, la cuarta de las instaladas en la ciudad de Murcia, denominada ‘Murcia-Floridablanca’ y situada en la calle Caballero del Barrio del Carmen, la cual, además de dar servicio a nuevos abonados, absorbió parte de los atendidos por la más antigua de las existentes, la de ‘Murcia-Valle’, de la calle de la Frenería.

El nuevo equipo instalado entró en servicio con 6.000 líneas, pero con capacidad para llegar a las 40.000. Con la puesta en marcha de la nueva central, los abonados cuya numeración empezaba por 21 (entonces no había que marcar el prefijo provincial en las llamadas dentro de los límites de la actual Región) y que previamente fueron notificados, pasaron a utilizar un nuevo número telefónico facilitado por la Compañía, cuyas dos primeras cifras eran el 2 y el 5.

La efeméride le trae al autor de estos ayeres el remoto y difuso recuerdo de cuando diez años antes, en el mes de mayo de 1965, los números de teléfono de la ciudad de Murcia pasaron de cinco a seis cifras mediante el sencillo procedimiento de colocar un 2 delante. Y así, me viene a la memoria el caso concreto de un número familiar y su transformación de un 11966 al 211966.

La central telefónica de Murcia ya estaba emplazada en la calle de la Trapería en 1888, cerca de la plaza de la Cruz. Por aquellos tiempos, un comerciante en carbón, cuyo establecimiento se situaba en la calle de Capuchinos, junto al Paseo de Corvera, se anunciaba en la prensa, con la llegada del otoño, para que su clientela hiciera el debido acopio de combustible, y además de la variedad de carbones y leña que ofrecía, y los precios pertinentes, ponía los encargos en bandeja, al plantear una red de establecimientos y direcciones donde se recibían los encargos sin tener que desplazarse al Barrio del Carmen.

Curiosamente, uno de ellos era la Central Telefónica, en Trapería 5, donde gratuitamente podía el público hacer sus pedidos por teléfono llamando al 13. Porque aquel empresario carbonero, como se puede apreciar, había sido un auténtico pionero en lo de instalar el nuevo y cómodo medio de comunicación.    

También usaba de este medio para dar facilidades a sus clientes un tal Víctor García, que se anunciaba como “representante único en España de los papeles de fumar marca Puerta de Alcalá de Madrid y de cerillas marca La Luna”. Su dirección era Puerta de Orihuela 42, y su teléfono, aún anterior al del comerciante de carbón, pues tenía el número 3.

Aparte del servicio público que la telefonía cumplía, cada vez mayor según se extendía por la población, para comunicar personas y empresas, debe destacarse otro del mayor interés, que se puso de manifiesto cuando mediado el mes de octubre del año 1890 se produjo un peligroso incendio en el sótano del Seminario de San Fulgencio, hoy Escuela de Arte Dramático y Danza.

Se desencadenó a la hora de la cena de los seminaristas, y acudieron a sofocarlo, en primer lugar los mismos seminaristas y profesores, y de inmediato, según las campanas de las iglesias transmitieron la alarma, a la vieja usanza, la brigada de bomberos, la guardia civil, las fuerzas de infantería acuarteladas en aquél tiempo frente al río, y hasta los pocos aguadores que iban quedando en la ciudad, según referían las crónicas. Pero también se valoró, y mucho, el auxilio prestado, “más que las campanas”, por la Central Telefónica, “comunicando avisos sin descanso”.

 

El corazón de la nueva sede de Telefónica en Murcia se situaba en la primera planta, donde se emplazaba la central automática"

 

Pasó la Central Telefónica por la calle de Zambrana antes de recalar en la Frenería, o Conde del Valle de San Juan, según los cambios de denominación de la céntrica rúa. Tuvo lugar la inauguración de la nueva central automática el 18 de mayo de 1929, un par de meses después de que desapareciera el antiguo servicio de tranvías y dos antes de que entrara en servicio el espectacular edificio de la Gran Vía de Madrid, sede central de la Compañía.

En la planta baja se habían instalado las “cabinas de previo pago” dos de las cuales servían también para las denominadas “conferencias interurbanas”. Además, ocupaban ese nivel del flamante edificio las oficinas.

Pero lo más importante, el corazón de la nueva sede de Telefónica en Murcia (nacida como empresa estatal cinco años antes, el 19 de abril de 1924), se situaba en la primera planta, donde se emplazaba la central automática.

Tras explicar el complejo entramado de cables y clavijas que permitía las comunicaciones, se detallaba también el proceso que se seguía desde que el abonado descolgaba su teléfono hasta que se le ponía en contacto con el destinatario de la llamada, siempre que no estuviera comunicando en ese momento, y se concluía afirmando que “la contemplación de todas estas máquinas produce una impresión verdaderamente fantástica. Las diversas máquinas que hemos enunciado son como poderosos cerebros de acero que sustituyeran a los de múltiples empleados, y su rendimiento de trabajo es verdaderamente asombroso”.

A pesar de lo cual, la compañía había convocado unas oposiciones para cubrir ocho plazas, para cubrir adecuadamente las exigencias que planteaba la apertura del nuevo centro.

También se dieron a conocer las mesas para comprobar las averías, las de vigilancia, reclamaciones, y las baterías de acumuladores y máquinas para su carga que se habían establecido, pues aunque la Compañía se servía del fluido  eléctrico local, adoptaba las previsiones necesarias para evitar, en caso de avería, la incomunicación entre sus abonados.

Fue, seguramente, uno de los grandes hitos de la telefonía en Murcia, como lo fue, muchos años más tarde, la entrada en servicio de la construida en el Barrio de Vistalegre. Sucedió el 30 de noviembre de 1968, menos de dos meses después de que el vecino colegio Marista ‘La Fuensanta’ fuera inaugurado e iniciara el primero de sus cursos escolares.

Contaba la central con una capacidad inicial para 6.000 líneas y sistema Pentaconta, que entonces era muy avanzado y se había usado por primera vez en España seis años antes. Para primeros del año siguiente se anunciaban radioenlaces con Granada y Madrid que mejorarían considerablemente la comunicación con ambas ciudades.

Y así, paso a paso, fuimos avanzando en la telefonía que hoy llamamos fija o mediante cables, para acabar, quién lo iba a pensar, echándonos decididamente en brazos de la telefonía móvil o sin hilos.

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