MURCIA. Continúa el proceso de reestructuración de la compañía molinense Azor Ambiental, que culminará con la toma de control por parte de la cotizada catalana Grupo Griñó, tal y como dicta la sentencia judicial que puso fin a la disputa con los anteriores propietarios. Ahora, uno de los pasos a acometer es la simplificación de la estructura empresarial.
En consecuencia, todas las sociedades que hasta ahora conformaban el negocio de Azor se unificarán en una sola, Rator Capital SL, que venía ejerciendo las labores de matriz del grupo. Por tanto, absorberá al resto de filiales y recibirá en bloque todo su patrimonio.
Por el contrario, Recuperación Integral de Cataluña SLU, Sociedad Andaluza de Producciones Sostenibles SLU, Eurgestión de Autorresiduos SLU, Azor Ambiental SLU y Elacon SA serán disueltas e integradas en Rator Capital. Destacan sobre todo estas dos últimas, pues Azor Ambiental era la mercantil que aglutinaba la mayor parte de la facturación y Elacon gestionaba las propiedades patrimoniales del grupo.
Esta operación, en lugar de ser realizada por los propietarios de Azor, ha sido ejecutada por el experto en reestructuración que gestionó el caso de la empresa molinense, KPMG Asesores, y que cumple así con uno de los acuerdos alcanzados.
De esta forma, Azor Ambiental podrá integrarse de manera más sencilla en la estructura de Grupo Griñó, pues tan solo operará a partir de ahora como una única sociedad.
La cotizada catalana logró el visto bueno judicial a comienzos de mayo para hacerse con el control de Azor Ambiental, según la sentencia dictada por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Murcia, que aprobó entonces el plan de reestructuración con el apoyo de los bancos.
De acuerdo con el fallo, la deuda financiera del Grupo Rator, la matriz de Azor, era de 48 millones de euros. Sin embargo, el plan de reestructuración aprobado contempla que las entidades bancarias cederán parte de su posición financiera a Griñó por una cantidad fija de 12 millones de euros y otra variable de hasta 5 millones de euros. Dicho de otra forma, el pasivo de la sociedad se reducirá a través de la capitalización de la deuda.
Sin embargo, la familia Gil Buendía, fundadora del negocio y actual propietaria, se opuso de pleno a esta solución como remedio para la situación de endeudamiento de la sociedad, alegando que Azor no estaba en situación de insolvencia y que esta estrategia no aseguraba la viabilidad de la empresa. En consecuencia, ambas partes llevaron a juicio esta disputa.
En concreto, los propietarios de Azor argumentaban que este movimiento "tiene un marcado carácter inversor y especulativo" y que se trata de "un uso estratégico del derecho de insolvencia, para fines ajenos al saneamiento de la sociedad". Asimismo, tachan el plan de "inmoral y expropiatorio", pues aseguran que los bancos apoyaban esta solución porque mantienen negocios de inversión con el Grupo Griñó que han condicionado su postura en este caso.
Por su parte, desde Griñó acusaban a los gestores de la empresa molinense de haber desatendido todos los intentos de buscar un inversor que pusiera fin a la deuda de la sociedad y de llegar a una solución pactada. Asimismo, las entidades financieras remarcaron en este proceso el "apoyo" que se prestó a Azor "durante años, con las oportunas novaciones y esperas".