CARTAGENA. Desde esta misma semana ha salido a licitación el nuevo edificio administrativo que la Autoridad Portuaria de Cartagena construirá en el barrio de Santa Lucía. La inversión prevista, recordemos, es de 9.437.518,96 euros. Será éste un nuevo edificio más compacto con una superficie de ocupación de 2.500 metros cuadrados que concentrará toda la actividad, eliminando las edificaciones dispersas y con un aparcamiento subterráneo, lo que liberará 11.000 metros cuadrados para crear un entorno amable que ganará el peatón: un ambicioso proyecto que abre el espacio a los vecinos y peatones.
El edificio se compone de dos volúmenes perfectamente maclados y que deben su forma y altura a la función que cada uno desempeña. El más bajo de todos es el más extenso en ocupación. Se trata de un cuerpo rectangular, dividido longitudinalmente por un patio-pasillo que ocupa su eje central, quedando a ambos lados las diferentes áreas y sectores de trabajo. El segundo cuerpo, más elevado, debe su altura a la labor de control y seguimiento que se realiza sobre las embarcaciones que cada día arriban o abandonan la ciudad (Sala de Control).
El actual edificio administrativo de la Autoridad Portuaria situado en el Paseo del Muelle 12 de Santa Lucía (Muelle de Santiago), es el afectado por este proyecto al quedarse dichas instalaciones obsoletas, no tanto por lo antiguo del conjunto sino por lo ineficaz de la actual construcción. Por ello la APC se ha planteado realizar una remodelación o reconstrucción de las instalaciones, en la línea emprendida por este organismo, para ordenar y mejorar el frente marítimo.
El complejo actual está formado por diferentes edificaciones que se han ido agregando en base a las necesidades que la actividad portuaria iba demandando en el tiempo. Sobre una edificación o nave taller se han ido solapando y ampliando diferentes construcciones que han permitido mantener una creciente actividad portuaria. Las principales funciones desarrolladas en estas instalaciones son: labores de Control Portuario, Cruz Roja, Policía Portuaria, Guardia Civil del Mar, FRONTEX, SASEMAR, GEAS, sindicatos, aulas de formación e informática, oficinas y despachos, marinería, talleres, almacenes, archivo, aparcamiento de vehículos al aire libre, etc. Todas estas actividades ocupan diferentes edificaciones desperdigadas por la parcela, de algo más de 11.000 metros cuadrados.
Todas estas actividades se han ido solapando a la edificación original mediante añadidos y ampliaciones de resultado estético poco adecuado. Diferentes intervenciones en el tiempo han derivado en un edificio que presenta distintos materiales en su fábrica, con diferentes acabados en texturas y colores, explica José Manuel Chacón, director del proyecto. Sin embargo, ese caos arquitectónico no sólo afecta a la cuestión constructiva. "Difícil es conseguir organizar un edificio, complejo en su función, que ha crecido según las necesidades, sin que se vea mermado su orden interno", añade el arquitecto. El espacio interior no es diáfano ni fluido. Las circulaciones son laberínticas y no permiten conectar las diferentes áreas o secciones. Nos encontramos con zonas interiores como circulaciones y espacios que no poseen luz ni ventilación natural. Es el resultado de implementar a un edificio existente nuevos usos introducidos de manera forzada.