ORIHUELA. Orihuela pierde a su oriolano más ilustre desde Miguel Hernández. Bernardo Ruiz, el mito del ciclismo español, el pionero que abrió todas las puertas y el primero en dedicarse a este deporte como profesional, falleció a los 100 años de edad. Deja una trayectoria única. Fue el primer español en subir al podio del Tour de Francia (tercero en la general de 1952). Fue también el primer ciclista de nuestro país en ganar una etapa en el Giro de Italia (1955). Se proclamó tres veces campeón de España en ruta y una de montaña, aunque su mayor logro fue la Vuelta que consiguió en 1948, la carrera que siempre consideró como "la más divertida de todas, más que el Tour". Su icónica llegada al Santiago Bernabéu (entonces estadio de Chamartín) quedó inmortalizada por las fotografías de los diarios deportivos.
Su hijo Bernardo, la persona que guardaba con mimo todos sus recuerdos deportivos, anunció esta mañana la triste noticia: "Lamento tener que comunicar el fallecimiento del hasta hoy decano del ciclismo internacional. Un abrazo para todos los amantes del ciclismo". El pasado 8 enero de este año, cuando Bernardo Ruiz cumplía cien años, Orihuela, la ciudad que le vio nacer, la misma cuyo nombre llevó por toda España, por Francia e Italia, por Argentina y por Marruecos —por todo el mundo en realidad—, quiso honrarle con un emotivo homenaje en el auditorio La Lonja ante más de un centenar de autoridades, vecinos y, por supuesto, su propia familia. También le dedicó una exposición sobre su vida. "Se ha levantado nervioso como un niño de seis años", confesaba entonces su hijo, que leyó un discurso reivindicando la figura de su progenitor. Aquel día, su último gran homenaje público, Orihuela volvió a demostrarle que no le olvidaba.

- Homenaje de Orihuela a Bernardo Ruiz.
- Foto: AYUNTAMIENTO
Pero al margen de los campeonatos, el legado de Bernardo Ruiz fue más allá. En una época en la que no había clubes deportivos y todos corrían por selecciones, el oriolano fue el primer corredor profesional. Firmó un contrato de 600.000 francos, llegó a percibir un millón de pesetas e incluso ganaba más que las estrellas del fútbol del momento. "Más que Di Stéfano y Kubala", como contaba el propio Ruiz en El País. Aunque él, humilde, siempre dijo que el mejor era Fausto Coppi. Pero él fue la primera leyenda de España: Ruiz, en años donde no había ciclistas gregarios ni tácticas de equipo y se recorrían carreteras de baches, abrió el camino a todo el ciclismo español. Después llegarían Bahamontes, Ocaña, Perico e Induráin.
Se ha marchado uno de los primeros grandes iconos del ciclismo español. Descanse en paz Bernardo Ruiz. Un fuerte abrazo a familiares y amigos del mito de Orihuela. pic.twitter.com/vo0kzpihuC
— Alejandro Valverde (@alejanvalverde) August 14, 2025
Estraperlo entre Orihuela y Cartagena
El mito nació en los 80 kilómetros que separan Orihuela de Cartagena. En plena postguerra, ayudaba a su familia en el campo, haciendo de espantapájaros, y con una antigua bicicleta comenzó a dedicarse al estraperlo, cargando con 50 kilos de comidas, bebidas y todo tipo de productos. Ahí se forjó la leyenda, en la carretera entre la capital de la Vega Baja y la ciudad portuaria cartagenera. Siempre más rápido que el resto de los mortales, "en las salidas con los amigos siempre se escapaba", recuerda su hijo. También fortaleció sus piernas en las empinadas cuestas del Seminario de Orihuela, en el monte San Miguel, con pendientes de hasta el 25%. Lo hacía con una bici Alcyon de 500 pesetas, regalada por su tío Tomás, que fue combatiente tanto de las Brigadas Internacionales como de la División Azul (lo hizo para que le conmutaran la pena). A los 16 años venció en una ruta de aficionados y al ver el premio, 25 pesetas, se dio cuenta de que quería dedicarse al ciclismo. 25 pesetas suponía el triple de lo que cobraba su padre en un mes.
Tras los éxitos como corredor, Ruiz dirigió varios equipos y después montó un establecimiento de bicicletas y motocicletas en Orihuela. Pero permaneció vinculado al deporte de su vida. Ya jubilado, "seguía todavía viendo resúmenes y no se perdía ninguna gran carrera", como así rememoraba su hijo. El Pipa, como así le llamaba su familia, fue nombrado en 2015 Hijo Predilecto de Orihuela, dio nombre al pabellón municipal y al jardín del parque de La Ocasara. Y en el día en que se conocía su adiós, el Ayuntamiento decretaba dos jornadas de luto. Las banderas ondean a media asta. Su nombre perdurará para siempre con letras de oro en la historia del ciclismo español.
Descanse en paz.