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El derbi es la fiesta del fútbol regional: las dos aficiones se comportaron y sonrió la del Murcia

El partido de rivalidad regional llenó a reventar el estadio Cartagonova con 12.500 hinchas blanquinegros y 2.500 granas y no hubo que lamentar incidentes graves

  • Aficionados del Real Murcia en el estadio Cartagonova.
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MURCIA. El derbi autonómico que enfrentó este lunes al Fútbol Club Cartagena y el Real Murcia, un partido declarado de alto riesgo que llenó a reventar el estadio Cartagonova con 12.500 hinchas blanquinegros y 2.500 granas, y fue una gran fiesta del fútbol regional con ambas aficiones comportándose de manera correcta y que terminó con la sonrisa de los visitantes al ganar su equipo por 0-1 con un solitario gol del canterano Héctor Pérez.

El encuentro, correspondiente a la decimoquinta jornada liguera en el grupo 2 de Primera RFEF, se fue calentado por parte de ambas partes en los días previos, algo lógico teniendo en cuenta la gran rivalidad existente, pero no hubo que lamentar incidentes importantes.

La hinchada visitante, que llenó 20 autobuses en el viaje organizado por la Federación de Peñas Murcianistas (Fepemur), fue escoltada por la Policía a su llegada a Cartagena y en su acceso al estadio y todo ocurrió con normalidad por mucho que se notara el pique con gritos por parte de unos dirigidos a otros y de otros. Los seguidores locales se acordaron de los visitantes y viceversa con proclamas que tenían que ver con la historia -la trimilenaria Cartagena ahí gana ante una Murcia que celebra 1.200 años- y la capitalidad, que corresponde a la ciudad del Segura. El fútbol, como suele suceder, muchas veces es el pretexto para sacar pecho y atacar al adversario, aunque en esta ocasión se hizo dentro de los cauces preceptivos.

Cuando el balón echo a rodar la tensión por lo que había en juego sobre el césped se tradujo en nervios en la grada pero de forma controlada y los aficionados de uno y otro bando animaron con ahínco a los suyos con puntos álgidos como la celebración del gol del murcianista Héctor Pérez que supuso el 0-1 en el minuto 17 y la oportunidad desperdiciada por el cartagenerista Diego Gómez para haber empatado en el tramo final de la primera parte.

La emoción siguió y de forma más acelerada en el segundo tiempo, en el que se terminaría de decidir el resultado, y ahí el estadio resonó sin llegar a estallar con el chut de Luismi Redondo que fue a la madera.

Los tres pitidos finales dieron paso a la euforia de la parroquia grana, que eran muchos y parecieron muchos más. Los hinchas que viajaron mostraron sus bufandas orgullosos mientras la plantilla se hacía la foto de la victoria debajo de la portería que defendió Giafranco Gazzaniga en la segunda parte. Mientras, los aficionados locales abandonaron sus localidades con sus futbolistas ya en el vestuario.

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