Cartagena

La Torre Oviedo de La Puebla, a un paso de definir su entorno de protección tras casi una década de reivindicaciones

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La modificación del bien de interés cultural, con categoría de monumento, Torre de Aredo o Torre Oviedo, en La Puebla (Cartagena), para su definición y establecimiento de su entorno de protección se encuentra en el último escalón antes de que se apruebe dicha modificación. La Dirección General de Patrimonio Cultural de la CARM ha abierto período de información pública (20 días), a fin de que cuantas personas, físicas o jurídicas estén interesadas en este asunto, puedan acceder a la información contenida y aduzcan cuanto estimen procedente.

Se concluirá, por fin, un expediente que lleva años en el cajón y por el que han peleado asociaciones cartageneras en defensa del patrimonio cultural y arqueológico del municipio como Daphne Cartagena o Asociación Cartaginense. Pero, aunque manifiestan su satisfacción porque finalmente la deteriorada Torre Oviedo consiga por fin un entorno de protección, por otro lado muestran su desolación tras años de lucha para que desde el organismo autonómico “cumplieran con una clara obligación legal”, aseguran los promotores de la propuesta.

Y es que ha costado que se movieran las administraciones regionales demasiados años -hasta nueve- de cara a cumplir con una clara obligación legal. En marzo de 2015 se envió una carta dirigida a la Dirección General de Bienes Culturales advirtiendo de la situación y pidiendo que se dotara a la Torre Aredo de un entorno de protección adecuado acorde con la ley 4/2007 de 16 de marzo.

El pasado 9 de octubre, el Jefe de Patrimonio Histórico, adscrito a la Dirección General de Patrimonio Cultural, pidió a la Real Academia Alfonso X el Sabio, en base a la ley antes citada, un informe para ser incluido en el expediente para definir el entorno de protección del monumento. La contestación es la "conveniencia de establecer el mencionado entorno BIC de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley 4/2007, por lo que se emite informe favorable”.

De la misma manera dictaminó la catedrática del Departamento de Historia del Arte de la UMU, María Griñán Montealegre, e indicaba que el “entorno de los monumentos estará constituido por el espacio y por los elementos en él comprendidos, cuya alteración puede afectar a los valores propios del bien de que se trate”. Tras sus correspondientes argumentaciones, emitía también un informe favorable, por lo que Patrimonio Cultural, tras esto, no ha tenido más remedio que aprobar dicha modificación de la Torre Aredo o Torre Oviedo. “Nos causa cierta vergüenza que desde Patrimonio hayan tenido abierto este expediente nueve años, cuando tan solo había que cumplir la ley”, añaden desde la Asociación Cartaginense, acostumbrados a pelear con la administración y con el tiempo cada expediente.   

Construida en 1678 por un mercader y una de las numerosas casas refugio con torres del litoral

Tal y como señala Braulio Pérez Lizán, en su estudio Historia y Estado de Conservación de las Torres Vigías y Defensivas del Litoral, publicado en 2019, la Torre de Oviedo fue construida por el mercader Nicolás Toya Monserrate en 1678, aunque más tarde pasaría a la familia de los Oviedo, de la que toma su nombre, como una de las numerosas casas-refugio con torres construidas por todo el litoral murciano en el siglo XVIII.

Denominada también como la Torre del Chichao, se encuentra entre las localidades de La Puebla y Los Urrutias. También se le denomina por error como Torre Aredo, una equivocación o falsedad que pudo deberse a la transcripción de algún topógrafo participante en el levantamiento de la planimetría de la zona.

Es un edificio de planta rectangular adosado a una vivienda dentro de una unidad agrícola con aljibe, patio y dependencias anexas, formándose así un complejo que se adapta al entorno. La torre muestra una visión “monolítica” que, junto a sus pequeñas aperturas, le otorgan una sensación de fortaleza. Sus dimensiones exteriores son de 6,1 x 7,3 metros.

Añade Braulio Pérez que su construcción es a base de muros de mampostería de piedra caliza sin carear y mortero de cal para los elementos verticales, utilizando vigas de madera para los horizontales. En las esquinas se pueden apreciar diversos materiales, tales como el ladrillo, bastante común en otras construcciones. Las bóvedas del primer piso se realizaron a base de colañas de piedra. El techo de la segunda planta estaba construido con vigas de madera con aspecto de rollizos sin elaborar.

Recordaba, por último, Pérez Lizán que en la actualidad la torre se encuentra en pésimas condiciones, debido a la falta de medidas de prevención y conservación. Causando que parte del cuerpo superior del edificio se desplomara, desapareciendo así su terraza y almenado. Por ello, se encuentra en la lista roja de Hispania Nostra desde julio de 2018.

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