Fotos: Nacho Sweet.
CARTAGENA. La gran fiesta del cine español celebra este sábado 11 de febrero en Sevilla su 37ª edición con dos grandes favoritas, al menos con los números en la mano. 'As bestas' de Rodrigo Sorogoyen, con 17 nominaciones, y 'Modelo 77' de Alberto Rodríguez, con 16, son los dos nombres que parten con más papeletas para salir triunfadoras de los Goya 2023.
Por detrás aparecen dos pequeñas joyas, 'Alcarrás' y 'Cinco Lobitos', con 11 nominaciones cada una, que acreditan un importante recorrido hasta la ceremonia de la capital hispalense. La primera triunfó en el festival de Berlín, mientras que la segunda fue la gran revelación del festival de Málaga. La segunda, primer largometraje de la directora Alauda Ruiz de Azúa, ha logrado colocar a su cuarteto de actores entre los nominados a llevarse el gran premio de la temporada del cine español. Laia Costa optar a mejor actriz protagonista, Susi Sánchez a mejor actriz de reparto, Ramón Barea a mejor actor de reparto y Mikel Bustamante a mejor actor revelación.
Con el actor vitoriano charlamos días antes de la ceremonia para charlar sobre la paternidad y la maternidad en esta pequeña joya que es 'Cinco lobitos'. Una historia que pone al espectador frente al espejo para hacerle reflexionar sobre la familia y todo lo que conlleva ser padre.
¿Cómo está? ¿Cómo se viven estos últimos días antes de la gala de los Goya?
Pues con muchas ganas, con muchos eventos, entrevistas, promociones… Me está gustando mucho porque aprendes un montón. De momento estoy tranquilo, aunque parezca mentira. Ya me iré poniendo nervioso el día 11.
¿Repetiría nominación?
Todos los años (ríe). Si pudiera me pedía una cada año (ríe).
¿Es de los que miran las quinielas de la prensa o intenta no ver mucho?
¿Sabes qué pasa? Que no se puede no mirar. Porque te etiquetan en las publicaciones y es imposible no verlas. Para los Goya de momento no he visto ninguna y por eso estoy más tranquilo. Sin embargo, para el día de la nominación, si estaba más nervioso. El último mes mucha gente me decía que tenía opciones, pero veía tantos trabajos tan buenos y pensaba que ni de coña. De repente te empiezan a etiquetar en las quinielas y en un top 10 te ponen el séptimo, en otra el cuarto…Y yo deseando que llegara ya. Cuando anunciaron la nominación me quedé muy a gusto. Si gano va a ser genial y lo disfrutaré mucho, pero, con la nominación, ya me he quedado muy satisfecho.
Es una ilusión de que han valorado tu trabajo.
Tal cual. Además te lo valoran los académicos, que son de distintas partes, que no es de una ciudad concreta. Son gente de toda España que valora tu trabajo y es muy guay. Además, al ser para actor revelación, solo hay una bala. Pensaba que si no entraba me iba a dar bastante pena porque ya no puedes lograrlo nunca más después de haber visto pasar el tren muy cerquita. Me he quedado tranquilo porque ya estoy subido en el tren. Aunque veo complicado ganar.
¿Ve complicado ganar? ¿Por qué?
Somos los cinco tan distintos que no lo veo claro. Si lo viera claro soy muy honesto en este sentido y te diría que va a ganar este o el otro. La verdad es que no me atrevo a decir nada. Por ejemplo, los dos de 'Alcarrás' hacen un trabajo maravilloso pero no son actores. Entonces, alguien puede pensar en valorar más la trayectoria. Depende de lo que vote la gente. Luego está Telmo Irureta (‘La consagración de la primavera’), Christian (‘En los márgenes’)…Son tan distintos los trabajos que no veo un ganador claro.
Hablemos sobre 'Cinco lobitos'. Es una historia en la que cualquiera se puede sentir identificado ya sea padre, piense en serlo o simplemente lo vea en su entorno. ¿Qué le ha dejado la historia?
Mucho aprendizaje, tanto en lo profesional como en lo personal. Reflexionas mucho sobre la temática de la película. Sobre la paternidad y la maternidad. Y sobre los roles de la familia. Es inevitable llevártelo a tu familia y pensar sobre como es la relación con tus padres, como ellos te cuidan a ti durante muchos años y de repente te ves a ti cuidando de ellos. Te surgen muchas cuestiones. A mí, a nivel personal, me han ido surgiendo.
A nivel profesional, viendo dirigir a Alauda Ruiz de Azúa he aprendido mucho, trabajando con mis compañeros y compañeras, que ha sido maravilloso…Ha sido un aprendizaje grande trabajar en 'Cinco lobitos'.
Tu personaje a primera vista puede parecer el ‘malo’. Aunque solo es la primera imagen. Conforme vas viendo la película la opinión sobre Javi cambia. Simplemente es un hombre que intenta ayudar a su pareja, su familia y su hijo. ¿Se ha planteado qué haría en la situación de Javi? Porque, como su profesión, la de Javi también es bastante irregular.
Si de repente voy a tener un hijo, nace y me sale una película en Canarias, por poner un ejemplo, habría que analizar la situación pero, en este mundo de los autónomos, tampoco puedes ir diciendo que no al trabajo. En el caso de actor, creo que lo cogería de cabeza. Hasta mi chica me diría que me fuera. Es lo que decías, que el personaje plantea estas cuestiones. Alauda lo que ha hecho es no juzgar a ninguno de los personajes. Yo al principio le juzgué y pensaba: ¿Cómo se va a ir? Pero es que Aluda el trabajo que hace es poner a cuatro personas, cuatro seres humanos, con sus virtudes y defectos y haciendo lo que pueden. Todos hacen lo que pueden y quieren ayudar. Begoña (interpretada por Susi Sánchez), aunque esté todo el rato gritando y de mal humor, es su manera de ayudar. Cada uno, desde donde puede, intenta ayudar.
Hablaba de sus compañeros de reparto. ¿Cómo ha sido trabajar con dos titanes como Ramón Barea y Susi Sánchez, por un lado, y después con Laia Costa, que es una actriz con mucha verdad?
Ha sido una auténtica maravilla. Ha sido muy fácil. Desde el principio, como plantea la directora los ensayos, nos fuimos conociendo por separado. Trabajábamos mucho los vínculos entre nosotros más que trabajar los textos. En los ensayos no trabajábamos los textos para nada. Eran todos juegos de situación. Ahí ya se creaba un vínculo muy grande entre nosotros. Por ejemplo, Susi el primer día me acogió de una manera muy bonita. Bueno, en realidad con todos. Con Laia por supuesto, con Ramón me fui a comer muchos días…Hicimos una piña muy buena en el rodaje. Ha sido muy fácil comprometerte con el personaje y ser lo más honesto posible.
¿Esperaban el éxito de la película? Para una película pequeña no es sencillo lograr este éxito que han tenido.
No es que no te lo esperes, sino que no lo piensas mucho cuando estás trabajando. Si teníamos la sensación de que la manera en que nos dirigía Alauda, el guion era precioso, el material entre manos era muy bonito. A Alauda la veía con unas tablas y una seguridad enorme y, además, había un reparto enorme. Entonces pensaba que tenía que salir algo bueno seguro, aunque en absoluto te paras a pensar si va a gustar o no. La sensación de que iba a gustar si la podíamos tener, pero tanto no. De hecho, vamos a Málaga después de Berlín, donde arrasa 'Alcarrás', y fuimos sin expectativas. Sin embargo, la prensa se muestra muy entusiasmada en Málaga, nos llevamos como 8 premios…Ahí empezamos a ver que la película conecta con el público. Ha sido una pasada.
Además de actor es director y productor. ¿Cómo enriquece esta formación suya a la hora de afrontar una interpretación?
Creo que todo suma mucho. En el caso del cine, cualquier rol en el que trabajes, si además sabes como trabajan los roles de tu alrededor, ayuda a todo el engranaje. Siempre vas a poder facilitar el trabajo al resto del equipo. Es importante que todos sumen hacia la misma dirección. Si estás actuando pero también eres consciente de que lo que está haciendo el sonidista o el ayudante de dirección, tienes un poco el esquema en la cabeza. Aunque tu estés concentrado en tu trabajo quizá en alguna cosa puedes ayudar a otro compañero del rodaje.
Has trabajado con dos directores enormes como Icíar Bollaín y Álex de la Iglesia. ¿Qué viste en ellos que le ha servido después como director?
Lo de Álex de la Iglesia lo tengo puesto en mi web, pero es de mi primer año de interpretación. Fue en realidad una figuración, pero en mi primer currículum lo puse y ahí se ha quedado. No sé si es muy lícito decir que he trabajado con Álex de la Iglesia (ríe). Fue así. Estaba en primero de interpretación y se pusieron a rodar ‘Bala triste de trompeta’ justo al lado de mi escuela. Veíamos el set, las instalaciones enormes…Un día un compañero y yo pasamos por una puerta donde ponía algo así como ‘Figuración’ o algo similar. Nos miraron y les dijimos: “Somos actores”(ríe). Entonces les dimos nuestros teléfonos y nos llamaron. Acabamos haciendo de guardias civiles persiguiendo a Carlos Areces desnudo por el bosque. Esa fue la experiencia con Álex. También trabajé en otro proyecto que al final no salió. Él nos animaba mucho durante el rodaje, es muy enérgico.
De Icíar si te puedo contar más cosas de trabajar en ‘Maixabel’. Fue una auténtica gozada trabajar con ella en esa película. Es un amor de tía. Además, se nota mucho que ella también es actriz porque cuida muchísimo la interpretación y a los actores. Cuando corta durante el rodaje, aunque haya 200 personas alrededor, lo primero que hace es ir donde los actores y les dice: “Todo bien”. Luego va donde el fotógrafo, o quién sea, y dice: “Vamos a cambiar esto”. Lo primero es que el actor o actriz se quede tranquilo. Eso es muy guay. Como actor, te da mucha seguridad. Y ella luego es un genio en todo lo que hace.
¿Qué cambios ves de trabajar con Icíar, con una trayectoria más larga, a con Alauda, que era su primer largometraje?
Alauda no es una directora novel al uso. Lo que hace no es ni medio normal. Parece que llevara 15 películas rodadas. Es una seguridad, tranquilidad, claridad…Lo tiene todo controlado. Se mete en una burbuja, muy concentrada, y desde la parte de actor, que es la que me toca, para ella son el centro de la historia. Les da mucha importancia. Cuida mucho el detalle con los actores. Sobre todo, desde un punto de vista de juego, de probar. Nos escucha mucho. Te dejaba aportar tu punto creativo a la construcción del personaje. Todo desde la calma y un modo zen increíble. Porque rodábamos con bebés y era difícil a veces mantener la calma. Era inalterable. Exhibía mucha experiencia. Sé que tiene mucha experiencia en rodajes, porque ha rodado publicidad, cortos…Se le notaba ese bagaje.
¿Con esta primera nominación te ha surgido alguna idea para dirigir tu primer largometraje o te ha llegado algún proyecto?
Es un sueño que tengo. Algún día rodaré mi primer largometraje porque me encanta rodar, he rodado muchos cortos y me gusta mucho. Todavía no me he puesto al 100% en ello. He tenido varias ideas que he ido descartando, tengo incluso el guion de una película entera que escribí como en 2017. Aunque ahora leo ese guion y no me gusta nada (ríe). Sé que algún día lo intentaré, pero de momento me he centrado en la interpretación. Es un proyecto vital que algún día cumpliré.
¿Qué foto haces del cine español? Englobando por cine a toda la industria de ficción, tanto películas como series.
Necesitaríamos varios empujones. Creo que desde fuera estamos muy bien valorados. A cualquiera le dices que trabajas en el cine español y flipan. Y nosotros flipamos con los franceses. Aquí el público no termina de valorarlo. Tenemos un autoconcepto muy bajo de lo que hacemos, que es una maravilla. Esta gente que dice que el cine español es una mierda, no ha visto ni dos películas de este año. Aquí está el problema. Te tienes que poner a verlas para criticar. Mucha gente que dice: “esto ni lo veo”, se está perdiendo las joyas que hacemos.
Quizá tenemos que educar algo. Si pones un tanto por ciento grande de producción española en los cines, que en otros países existe, esto de que tenga que haber como mínimo tantas películas francesas (en Francia). Aquí se debería hacer un poco lo mismo y de esta manera educar un poco al espectador y que vean lo que se hace aquí.