"Cometer una injusticia es peor que sufrirla" (Platón, 'Diálogos entre Sócrates y Polo')
MURCIA. Pocos saben, incluso en Murcia, quién es Mariano Martínez Bastida, otro genio de El Palmar como Carlos Alcaraz, uno de los mejores jinetes de salto de España, número dos en el ranking nacional, probablemente número uno en nada tras su reciente éxito en Casas Novas, La Coruña, ganador de su Gran Premio celebrado este pasado sábado, en un CSI 4*, lo más parecido a un GP de Fórmula Uno en el mundo hípico. Mariano es, además, el número 69 en la clasificación FEI internacional representando a España, y ocupa el segundo lugar en el listado de españoles que compiten internacionalmente. Solo dos jinetes españoles entre los cien primeros.
"Mariano atesora un talento extraordinario inexplicable"
No sabemos qué les dan de comer y de beber a estos murcianos de El Palmar pero, como Alcaraz, Mariano atesora un talento extraordinario inexplicable si contamos con la vida novelesca de este jinete único, hecho a sí mismo, fruto del sueño de un niño humilde que quería "saltar grande" como aquel otro jinete épico murciano, que fue Pedro Sánchez Alemán, al que atendía entonces, precisamente, el padre de Mariano como mozo de cuadra. Me dijo Mariano alguna vez, hace ya tiempo, que salir a la pista de concurso para ver el recorrido al lado de su padre y de Perico fue sin duda su primera escuela, germen de una enorme ilusión y de su actual ambición deportiva, además de ser su profesión, su único medio de vida, pues la vida de Mariano se resume en eso: en ganar a toda costa, en viajar con su camión por todo el mundo y en elegir y preparar para el salto los mejores caballos de deporte a los que entiende como si su alma y su cuerpo no fueran sino la prolongación del animal más bello del mundo. Una conexión total.
España se ha clasificado para los Juegos Olímpicos de París, enorme éxito si pensamos en las ausencias de convocatorias pasadas que demuestran la dificultad que supone llegar a la máxima y más prestigiosa competición deportiva. Si no fuera por el reciente fallecimiento de su padre, que en cierto modo dio la vida por su dedicación a los caballos, habría sido un año fantástico para este jinete único, con resultados extraordinarios en Campeonato de Europa y el más destacado entre los españoles en los recientes Grandes Premios Copa del Mundo. Sin embargo, con enorme polémica para quienes seguimos este deporte, el jinete de El Palmar no ha sido convocado para representar a España en los Juegos Olímpicos de París. Lo han sido otros tres jinetes muy por detrás de él en la clasificación internacional, con cien o doscientos puestos de diferencia. Uno de ellos se rebeló inicialmente ante semejante injusticia, en un gesto encomiable. Tienen todos mi respeto, pero resulta asombroso.
"eS el único deporte que no distingue entre edades ni sexos, compitiendo juntos por igual"
Así, con una subjetividad que se convierte en tradición, sin control alguno por la Real Federación Hípica Española, en manos de un cuerpo técnico impostado que ha aprovechado la inexistencia de normas claras para decidir una selección olímpica en esta modalidad de salto, se comete un patente y público agravio contra un jinete ejemplar, lo que finalmente solo conseguirá perjudicar al deporte español y a la credibilidad de nuestras instituciones deportivas. Una decisión que el COIE no debería permitir. Es, por otra parte, reflejo fiel de una Federación nacional que nunca ha conseguido poner en valor todo lo que arrastra este deporte exigente y disciplinado que nadie conoce, el único deporte que no distingue entre edades ni sexos, compitiendo juntos por igual, y que aún se confunde con un entretenimiento elitista, sin darle la visibilidad y difusión que merece. Tan evidente es la torpeza de la Federación que a este fenomenal jinete no le conocen ni en su ciudad de nacimiento. Qué injusticia. Este asunto puede quitar valor a todo lo bueno que también hace la Federación.
Sin embargo, mientras la sociedad se entretiene con conceptos tan genéricos como la "sostenibilidad", tan apropiados en este contexto, Mariano sí que es sostenible. Por sí mismo, aunque calle, elegante, atento a sus caballos.
Como dice algún amigo que Mariano y yo conocemos: "Que hagan lo que les parezca y se retraten ante España".