PERFIL

Marcos Ros: de opositor del proyecto de La Paz a la voz de los murcianos en la Unión Europea

3/02/2020 - 

MURCIA. Una etapa se cierra y otra se abre para Marcos Ros Sempere (Murcia, 1974) con casi 2.000 kilómetros de distancia. El profesor de Urbanismo deja las aulas de la Escuela de Arquitectura de Cartagena para embarcarse en un avión con destino Bruselas. Acaba de convertirse en el sexto murciano en la historia que ocupa un escaño en el Parlamento Europeo y toma el testigo de Ramón Luis Valcárcel y Lola Sánchez, los dos últimos representantes de la Región en la Eurocámara. Una de sus predecesores, Cristina Gutiérrez-Cortines, que ejerció durante tres legislaturas (desde 1999 hasta 2014), ya se ha ofrecido para ayudarle a sobrevivir por los laberintos del Hemiciclo que le esperan en su nueva etapa.

El Brexit allanó el camino –irónicamente- para este europeísta convencido: Marcos Ros, que figuraba en el número 22 de la lista, se quedó fuera en las elecciones europeas de 2019, al cosechar el PSOE 20 escaños. Sin embargo, la salida del Reino Unido de la Unión Europea obliga un nuevo reparto de escaños, del que España gana cinco eurodiputados, uno de ellos para el PSOE. La vacante y la renuncia de Josep Borrell para ser comisario propiciaban la gran oportunidad para Ros. La noticia era inminente, cuestión de tiempo, pero se demoró mucho más de lo previsto: el Brexit, en su enésimo requiebro, se prorrogó el 31 de octubre y alargó la espera. Pero ahora sí, ya es definitivo: el lunes recogerá su acreditación en el Parlamento Europeo.

Arquitecto de profesión y militante socialista desde su juventud, Marcos Ros regresa a la primera línea de la política tras un paréntesis de nueve años. Desde 2003 hasta 2011 ejerció como concejal en la oposición de Murcia en los tiempos del rodillo del alcalde Miguel Ángel Cámara. "Fueron años muy duros", rememora. "Había una mayoría muy fuerte del PP y coincidió con todo el boom urbanístico y la burbuja". Ros se ocupó de los temas relacionados con el urbanismo, su especialidad: "Hice oposición a ese modelo especulativo que luego se ha demostrado que no era el modelo que necesitaba Murcia ni tampoco la Región", relata a Murcia Plaza.

Uno de los mayores quebraderos de cabeza fue su batalla contra el proyecto residencial del marginal barrio de La Paz que impulsó el promotor López Rejas. "Era inviable, no contaba con un respaldo público y no era una acción para dinamizar el barrio", cuenta Ros, que enarboló la oposición para frenar aquel proyecto. "Era una demolición total de un barrio para sustituirlo por otro que nada tenía que ver con la fisonomía de La Paz. Aquello no tenía ni pies ni cabeza, desde el punto de vista urbanístico, social y político", sostiene.

Su andadura en el Ayuntamiento terminó en 2011, pero no su implicación en política, pues en 2012 fue elegido secretario general de la agrupación socialista Murcia Puertas de Castilla, un cargo orgánico que desempeña actualmente y que piensa compatibilizar con sus tareas en el Europarlamento. "Porque pretendo estar pegado a mi territorio", incide, convencido de que no quiere ser como "algunos eurodiputados murcianos que se marcharon a Bruselas y nunca más se supo de ellos". Él se compromete, dice, "a ser un europarlamentario que venga a Murcia y rinda cuentas". En sus planes cuenta con que los viernes no son días hábiles en la Eurocámara, por lo que podrá aprovechar los fines de semana para volver a la Región.

Empieza ya en el Parlamento Europeo pero aún no ha tenido tiempo para organizar "la contingencia diaria" que le viene encima. Por eso los primeros quince días tendrá que recurrir a hoteles, mientras se adapta a su nueva rutina. Además, la segunda semana toca pleno, y se celebra en Estrasburgo. Pronto conocerá sus competencias y las comisiones que le encargarán, aunque en las conversaciones con el grupo socialdemócrata –en el que está integrado el PSOE- ya ha dejado claro que le gustaría desenvolverse en su campo: agenda urbana, desarrollo territorial, movilidad urbana sostenible, urbanismo, vivienda…

El idioma no será un problema, pues sabe inglés y se defiende en francés. Asegura que no siente vértigo. Al contrario: es un reto que le ilusiona. Al final, la política es una cuestión de escalas, expone, recurriendo a su profesión para ilustrar por qué no le asusta la responsabilidad: "Los arquitectos usamos muy bien la escala: lo mismo nos da para diseñar un tornillo o un mueble que para hacer la ordenación del territorio de una comunidad autónoma". Y ahora se trata de llevar "las prioridades del PSOE" al Europarlamento. Esos pilares son "la defensa de la igualdad de oportunidades y la Justicia social, así como la defensa de la emergencia climática y la lucha por la mitigación de sus efectos".

Le ilusiona además porque siempre ha creído en Europa. "Recuerdo muy bien la firma de Felipe González del Tratado de Adhesión, en el 85, y recuerdo la Nochevieja del euro y cómo todos fuimos al cajero". Su vocación política se despertó en aquellos años de los ochenta, en los que España se asentaba en el proyecto común y él se apuntaba al consejo escolar de su instituto de El Carmen, en Murcia. "Siempre tuve inquietud política. Y siempre me he sentido identificado con la socialdemocracia: desde pequeño me alegraba cuando ganaba el PSOE". Su juventud coincidió con los Ejecutivos socialistas que gobernaban España y la Región. "Felipe González es un referente que marca personalmente". 

Vecino de la murciana calle Correos, fue alumno del colegio público San Isidoro -hoy denominado María Maroto-, antes de pasar al instituto. Estudió la carrera de Arquitectura en la Politécnica de Madrid y se doctoró en la Complutense. En 2000 volvió a Murcia, comenzó como autónomo y desde 2001 hasta 2005 trabajó como arquitecto-director de una oficina de Rehabilitación de la Comunidad. Allí empezó su vinculación con Cartagena, que se prolongó por sus labores de docente en la UPCT. En 2011 logró una plaza como profesor contratado doctor, con dedicación exclusiva; un puesto del que ahora ha pedido la excedencia. Y durante tres años –desde 2016 hasta 2019- fue vicerrector en la Universidad Politécnica.

Ahora tendrá menos tiempo libre para sus aficiones. Apasionado de las novelas de Haruki Murakami, del que confiesa que lo ha leído prácticamente todo, se declara fanático de Joaquín Sabina. Acaba de presenciar su último recital en Madrid y lo cuenta entusiasmado, como sólo se puede salir de un concierto del genio de Úbeda. "Fue espectacular", resume. "Espectacular", insiste. "Procuro no perderme ninguna gira de Joaquín Sabina". Y sin embargo siempre le emociona, pero Peces de ciudad adquiere otra dimensión en la voz de Sabina. La natación, presente durante toda su vida, y el senderismo también ocupan su tiempo libre. Pero sobre todo su pasión, más que la política, es la docencia. "Y espero volver a reencontrarme con mis alumnos cuando acabe la actividad política".

-Una pregunta política: ¿Cuál será su primera iniciativa para la Región?

"Una iniciativa concreta no, pero sí tenemos claro lo que vamos a hacer: el Mar Menor", responde, mientras inicia una reflexión sobre la situación de la laguna y la importancia del papel de la Comisión Europea, por su aportación de fondos y también por su función de vigilante. "La Comisión tiene que visitar la Región para que tenga conocimiento de lo que está pasando", apunta. El Mar Menor está sujeto al amparo de varias directivas europeas. "Y si las directivas no se cumplen, se aplican sanciones". Lo dice quien será la voz de los murcianos en el Parlamento Europeo.

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