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Los vecinos no entienden la doble vara de controlar el botellón en las playas y en el centro de Cartagena

9/07/2020 - 

CARTAGENA. "Recordamos a toda la ciudadanía que el consumo del alcohol en la calle está terminantemente prohibido por la normativa municipal, pero a esto hay que sumar que la situación sanitaria no es la más adecuada para realizar reuniones multitudinarias, especialmente si no se cumplen las medidas de distanciamiento ni se utilizan mascarillas", indicaba el concejal Juan Pedro Torralba a la hora de explicar las medidas de control que han puesto en marcha en La Manga y Cabo de Palos para evitar el botellón descontrolado en las zonas costeras de Cartagena.

Ante estas manifestaciones los vecinos de la ciudad que se ven afectados por el que consideran descontrol municipal en el consumo de alcohol en las calles, especialmente del casco antiguo de la ciudad, se han echado las manos a la cabeza ante lo que consideran una "doble vara de medir" por parte de este Ayuntamiento que tras el primer fin de semana de incidentes en Cabo de Palos ha reforzado la seguridad en las playas, mientras que en el centro de Cartagena este tipo de encuentros se producen cada fin de semana, sin que las autoridades actúen con la celeridad y contundencia que se ha podido ver en este caso.

"Exigimos a este Ayuntamiento", indican los vecinos del centro de la ciudad, "que las medidas que ha adoptado tan rápido y rotundamente para Cabo de Palos, las aplique de igual manera durante todo el año en la casco histórico de Cartagena y no nos infrinja un agravio comparativo".

Cabo de Palos viene sufriendo desde hace muchos veranos el incesante goteo de jóvenes que se concentran en espacios abiertos para practicar el botellón, algo que ha levantado enorme cantidad de quejas desde las asociaciones de vecinos de la zona, veraneantes y visitantes. En esta oportunidad, el Ayuntamiento ha tratado de actuar con celeridad para que este problema no se vuelva crónico durante todo el verano y la imagen de la costa cartagenera pueda actuar negativamente hablando a la llegada de turistas sobre todo en el ámbito nacional.

Basta con recordar los casos de positivo por coronavirus en Galicia -detectados tras las fiestas de San Juan- para tratar de evitar que esto se pueda reproducir en La Manga y pudieran adoptarse medidas muy restrictivas que dejasen tocada a la ya de por sí maltrecha economía del sector turístico y hostelero. 

Hace tan sólo unos días, la Asociación SIR Cartagena, el mayor exponente en la ciudad a la hora de defender el descanso de los vecinos del centro, decía en una nota de prensa que "el alcohol es una droga, lo dice el Plan de Prevención de drogas de nuestra Comunidad Autónoma. Y dice que el excesivo consumo fomenta dependencias. Y que tienen que proteger a la adolescencia y a la infancia. Y además establece que en los cascos urbanos se debe de tender a evitar la excesiva concentración de locales de venta de bebidas alcohólicas". 

AL NO CUMPLIR ESTRICTAMENTE LAS ORDENANZAS Y LA LEY DEL RUIDO,"HAN CONVERTIDO EL CASCO HISTÓRICO DE CARTAGENA, CABO DE PALOS Y PLAYAS DE NUESTRO LITORAL EN UN BAR NOCTURNO", DICEN LOS VECINOS DEL CENTRO DE LA CIUDAD

"Fue una premonición, y ha sido curiosa y rápida la respuesta del Ayuntamiento a través del señor Torralba, Concejal de Seguridad Ciudadana y Festejos, ante los hechos ocurridos el pasado fin de semana en Cabo de Palos", explican desde esta asociación, cuando "los vecinos del Casco Histórico llevamos años reivindicando lo mismo, sus declaraciones parecen sacadas de las leyes que hemos expuesto en nuestras instancias", subrayan desde la asociación vecinal contra el ruido.

Explican que este hecho de Cabo de Palos es sencillamente la "consecuencia de las desafortunadas decisiones, permisividad continuada, relajación en cumplir y hacer cumplir las Ordenanzas y demás leyes que no han sido derogadas por parte de este Ayuntamiento. Esto ocurre cada fin de semana en el casco histórico de Cartagena: con meados, vómitos, etc. y excesivo ruido, que en esta desescalada ha aumentado más de un 30% y el Ayuntamiento no toma decisiones tan contundentes".

Al no cumplir estrictamente las ordenanzas y la Ley del Ruido,"han convertido el Casco Histórico de Cartagena, Cabo de Palos y playas de nuestro litoral en un bar nocturno, donde la música la denigran y se usa como publicidad subliminal para fomentar el excesivo consumo de alcohol", añaden
.

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