CARTAGENA. Hace tan sólo tres días que los agentes de la Policía Local de Cartagena actuaban durante la madrugada en el desalojo de un botellón ilegal en el que participaban alrededor de 600 personas en el entorno del campus de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) en el barrio cartagenero de Los Dolores. Además, se produjo una pelea en la que varios agresores atacaron a un joven, por lo que se desplazaron todas las patrullas de servicio en ese momento para zanjar el encuentro ilegal. Los congregados reaccionaron ante la presencia policial lanzando piedras y otros objetos a los agentes.
Ésta ha sido la penúltima consecuencia de la plaga de botellones que afecta a Cartagena, pero que no es algo puntual en la ciudad, ya que lo estamos viendo en todas las grandes ciudades, con especial protagonismo en Barcelona.
La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, explicaba que la situación dada durante las Fiestas de Carthagineses y Romanos hay que separarla de las propias festividades, porque es "una realidad social con la que nos encontramos todos los fines de semana". La primera edil de la ciudad apostillaba que saben que no es una cuestión que afecte al municipio de Cartagena exclusivamente, "porque vemos imágenes de botellones todos los fines de semana en todos los puntos de España", para añadir que "es una realidad con la que tenemos que convivir pero necesitamos nuevos recursos y herramientas para hacerle frente".
Insistía Arroyo que trabajan "con rigor" buscando mecanismos y herramientas nuevas para ordenarlo de otra forma para que se pueda cumplir la ordenanza en la Vía Pública. "Hemos conseguido en algún momento disuadirlos -los botellones- en determinadas zonas, pero se trasladan a otras".
Al hablar de nuevos recursos y herramientas, la alcaldesa considera que es un problema que no se corrige con más policías y sanciones, sino que es un problema complejo que requiere de una respuesta social. Algo que empieza en casa con la educación o en las escuelas y que termina en sanciones.
Mientras tanto hacía una llamada "a la responsabilidad" y que se cumpla la ordenanza de consumir alcohol en la vía pública y la ley de seguridad ciudadana.
Fuentes policiales consultadas por esta redacción explicaban que el contexto en el que se está empezando a mover el ocio nocturno está evolucionando "peligrosamente" a disturbios no ya por el alcohol sino por determinados individuos o grupos "que utilizan violencia o no quieren presencia policial porque no les interesa para sus fines", tales como consumo de drogas, trapicheo, robos y hurtos.
"La falta de efectivos generalizada en todas las plantillas está ocasionando que estos dispositivos sean muy difíciles de controlar" y como ejemplo, el de la madrugada del sábado al domingo: más de mil personas en el aparcamiento de Plaza de toros de Cartagena junto a la universidad a las cuatro de la madrugada. "Nos tiraron de todo", dicen las mismas fuentes, "se comportan igual que una masa oponente en una manifestación con disturbios. El sentido de pertenencia al grupo y comportamiento grupal junto a la bebida y otras sustancias hace el resto".