SAN PEDRO. Los pescadores del Mar Menor siguen penando por la mala situación de la pesca en el Mar Menor. Si 2022 no fue un año para tirar cohetes, 2023 terminará mucho peor. La facturación ha caído un 70% respecto al año anterior, lo que habla de la crisis que vive el sector. El cambio climático ha complicado de forma notable la pesca.
"Cada año nos recortan más. Llega un momento que no te merece la pena salir a faenar, los gastos siguen subiendo y las pérdidas por momentos superan a los beneficios”, apuntaba el pasado año José Blaya, Patrón Mayor de la Cofradía de San Pedro. “Las perspectivas son malísimas. Sigue habiendo muchas medusas, cuando lo normal es que se hubieran ido ya. La situación es catastrófica”, señala ahora José Blaya a pocos días de acabar el año 2023.
Blaya ya ha solicitado una reunión con la consejera de Pesca, Sara Rubira. “Estamos esperando que no den una cita. Creemos que una solución puede ser ampliar el plazo de pesca de la anguila, porque ahora prácticamente no estamos pescando nada. El sector pesquero está muy tocado. Lo normal es que en noviembre desaparezcan las medusas, pero sigue todo igual que en verano”, apunta Blaya. “Hemos facturado un 70% menos que el año pasado. Dorada no hay…Pedimos más apoyo”, afirma Blaya. Blaya apunta que son el sector más tocado por la pandemia. “Necesitamos que se vuelquen con nosotros y nos ayuden”.
En campaña electoral, Antelo, vicepresidente del Gobierno regional, ya pidió que se quitara el “canon de las Cofradías de pescadores que lo están pasando muy mal. Lourdes Méndez, diputada nacional por Vox, criticó entonces los "impuestos desmedidos" y las restricciones que vienen "por parte de la Unión Europea con las que no pueden pescar a lo largo de muchos días en el año, refiriéndose también al canon impuesto a las cofradías. Además, la pesca de las anguilas tiene un cupo que es verdaderamente pequeño” y están mermando la diversidad marina, disminuyendo la población de otras especies y llevando a la ruina a muchas familias", apuntaba en verano.
Desde entonces, la situación sigue siendo crítica. La recuperación de la laguna salada sigue siendo lenta, mientras que el cambio climático sigue poniendo dificultades a un sector que sigue sin ver la luz y que se siente desamparado.