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gobierno en funciones, aguantar hasta elecciones, cuestión de confianza o seguir en el cargo

Los escenarios que se le abren a Pedro Sánchez sobre su futuro

Foto: JESÚS HELLÍN/EP
26/04/2024 - 

MURCIA. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendió la tarde del pasado miércoles con una carta abierta a la ciudadanía en la que cancelaba toda su agenda hasta el próximo lunes "para poder reflexionar y decidir qué camino tomar" en su futuro. Un acción que se tomó horas después de que un juzgado abriese diligencias por presunto tráfico de influencias sobre Begoña Gómez, mujer del presidente, tras una denuncia presentada por Manos Limpias. Ante ello, la Fiscalía de Madrid recurrió ayer esta decisión y pidió archivar la causa

Cabe recordar que el secretario general de la organización demandante, Miguel Bernad, explicó en el día de ayer que la denuncia se produjo tras noticias vistas en medios de comunicación. Una acción con la que se lavó las manos ante cualquier posible falta de veracidad de las informaciones, puesto que insistió con el hecho de que, en caso de no ser ciertas, deberán ser los medios de comunicación que las hayan publicado "quienes deberán asumir la falsedad" de las mismas. 

En cualquier caso, tras la denuncia, Sánchez decidió cancelar su agenda durante cinco días dejando a la ciudadanía, a su formación e incluso a los miembros del Ejecutivo con serias dudas sobre cuál será el futuro del Gobierno. Además, una decisión que se produjo en un contexto marcado por el calendario electoral, a las puertas del inicio de campaña en Cataluña y cuando falta apenas mes y medio para las elecciones europeas. 

Para algunos, la carta de Sánchez puede formar parte de una estrategia electoral. Otros, por contra, alientan al líder a seguir en el cargo pese a la denuncia y tratan de movilizar a la ciudadanía de cara a visibilizar este apoyo. Mientras se produce todo este maremágnum de reacciones, sigue el suspense sobre cuál será el camino que el jefe del Ejecutivo decida tomar. Pero, ¿Qué decisiones puede tomar Sánchez?

1. Dimite y se va: Gobierno en funciones

Pedro Sánchez podría anunciar su dimisión inmediata, pero carecería de la opción de convocar elecciones anticipadas, ya que para hacerlo debe pasar al menos un año desde la última convocatoria electoral. Cabe recordar que Sánchez convocó elecciones por última vez el 29 de mayo de 2023, tras la debacle socialista los comicios autonómicos y municipales.

Lo que ocurriría en este caso es que la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, se convertiría en la presidenta en funciones "hasta la toma de posesión de un nuevo Gobierno". Es ahí cuando se abrirían dos escenarios: convocar nuevas elecciones cuando sea posible o tratar de formar un nuevo Ejecutivo con la composición actual del Congreso. 

Para formar un nuevo Gobierno sin convocar elecciones, se seguiría el mismo procedimiento que cuando se constituyen Las Cortes tras la celebración de elecciones generales. El Rey se reuniría con todos los partidos políticos y tras estos encuentros propondría a una persona candidata a la Presidencia del Gobierno. 

Para que la investidura saliese adelante, se tendría que lograr mayoría absoluta en la primera votación o mayoría simple en la segunda. De no conseguirse, se procedería a la designación de otro candidato. "Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso", recoge la Constitución Española. 

2. Dimite en diferido: nuevas elecciones, cuando se pueda

Otra opción que se plantea, aunque menos probable que la anterior, es que Sánchez anuncie que se mantendrá en el cargo hasta que sea posible convocar unas nuevas elecciones generales. Este escenario le permitiría perdurar hasta la celebración de nuevos comicios, por lo que su figura podría incluso salir reforzada de este proceso y poder ser candidato a la Presidencia una vez más. 

Con esta elección, Sánchez mantendría una relativa estabilidad de su Ejecutivo, podría seguir tomando decisiones en el Consejo de Ministros (ya que el Gobierno no estaría en funciones) y preparar el terreno de cara a las urnas. Además, seguiría siendo la cabeza visible del PSOE durante las campañas de las elecciones catalanas, en las que parte con ventaja, y de las europeas. Dentro de esta posibilidad, hay quien apunta a que su dimisión en diferido sea definitiva: es decir, que anuncie que es su último mandato cuando termine la legislatura y que no volverá a presentarse.

3. Cuestión de confianza: que el Congreso decida

La cuestión de confianza es un mecanismo contemplado en el artículo 112 de la Constitución Española y que permite al presidente del Gobierno conocer si mantiene el apoyo de, al menos, la mayoría simple del parlamento. Se puede plantear tras "previa deliberación del Consejo de Ministros". "La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los Diputados", recoge la Carta Magna. 

Tal y como recoge el artículo 174 del Reglamento del Congreso, la cuestión de confianza se tendría que presentar por escrito ante la Mesa del Congreso junto con la certificación del Consejo de Ministros. Una vez admitido el escrito, la Presidencia dará cuenta a la Junta de Portavoces y convocará al Pleno, que debatirá con "las mismas normas establecidas" que para el de la investidura, sobre la cuestión de confianza. Tras el debate, se pasará a la votación, donde deberá lograr el respaldo de la mayoría simple del Congreso.

Es una herramienta que ya ha tenido varios precedentes a lo largo de la democracia, puesto que utilizada por Adolfo Suárez y Felipe González y ambos obtuvieron el respaldo de la cámara. De tomar este camino, Sánchez podría comprobar si cuenta con el apoyo mayoritario a su figura por parte del parlamento y, en caso de tenerlo, se mantendría reforzado al frente del Ejecutivo. 

No obstante, si la cuestión de confianza no sale adelante, el Gobierno pasaría a estar en funciones y Sánchez tendría que presentar su dimisión al Rey. Tras ello, se procedería a la designación de un nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno propuesto por el jefe del Estado tras hablar con representantes de los diferentes partidos políticos. 

Para que la investidura saliese adelante, se tendría que lograr mayoría absoluta en la primera votación o mayoría simple en la segunda. De no conseguirse, se procedería a la designación de otro candidato. "Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso", recoge la Constitución. 

4. Se queda: todo sigue igual, pese a las dudas

Pedro Sánchez podría anunciar el próximo lunes que, tras cinco días de reflexión, ha decidido quedarse al frente del Gobierno y mantener su actividad de la misma manera que hasta la fecha. Una elección que le habría permitido centrar la atención en su figura durante el inicio de campaña de las elecciones catalanas, además de evitar que la atención mediática se centrase excesivamente sobre la figura de su mujer tras la apertura de diligencias. 

Aunque no parece lo más probable hasta el momento, esta posibilidad podría empezar a ganar enteros después de que la Fiscalía haya solicitado archivar la causa. En el caso de que este recurso llegue a buen puerto, Sánchez podría plantearse la opción de quedarse como si no hubiera pasado nada tras obtener el respaldo de la justicia. 

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