patrón de la cofradía de pescadores de cartagena

"Los diez primeros días fueron de infarto, pero el mercado de venta de pescado ha remontado"

10/05/2020 - 

CARTAGENA (EFE). La Cofradía de Pescadores de Cartagena, que agrupa a 30 barcos y más de 200 marineros y trabajadores, continuará manteniendo las medidas de protección sanitarias implantadas tras la conclusión de la pandemia de coronavirus.

Así lo ha confirmado a EFE el patrón mayor de la cofradía, Bartolomé Navarro, quien ha indicado que, en una primera instancia, mantendrán hasta enero de 2021 los mismos sistemas de seguridad implantados en el mar y en tierra. "No me fío y no pasa nada por mantener las mascarillas, los guantes y la distancia de seguridad", ha apostillado.

Tras reconocer que la situación que vive esta profesión ha dado un "giro de 180 grados", Navarro ha detallado que su cofradía ha tomado precauciones como guardar dos metros de distancia entre los marineros y pescadores, usar mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico y tomar la temperatura al inicio de la jornada laboral.

El patrón mayor ha resumido que el anuncio del estado de alarma hizo descender la actividad de los barcos a un 80% del total: 13 de altura (7 arrastreros, 2 cerqueros y 4 palangreros de superficie) y 17 de artes menores, con 90 tripulantes a bordo, la mayoría de ellos senegaleses.

Actividad plena en el puerto

Sin embargo, la demanda del mercado ha hecho que la actividad vuelva a ser total, ya que sus clientes no son los bares y restaurantes, que han permanecido cerrados dos meses, sino las pescaderías, las plazas de abastos y los supermercados.

"La primera semana y media fue de infarto al bajar la demanda", indicó Navarro antes de indicar que los precios fueron tan bajos durante la primera fase del estado de alarma que llegó a pensar que volverían a vivir una situación tan grave como la vivida en los años 2013 y 2014.

No obstante, el patrón mayor admitía que los precios han remontado y el mercado se está portando "muy bien" en las subastas que se celebran diariamente en la lonja, en la que los compradores deben mantener dos metros de distancia y usar material de protección, mientras que un tripulante por barco deposita en la cinta transportadoras las capturas y sale del edificio.

Finalmente, Navarro aseguraba que los pescadores cartageneros han detectado un decrecimiento del transporte marítimo en la zona, que se ha notado sobre todo en el de cruceros.

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