Bartolomé Navarro, patrón mayor de la Cofradía de Cartagena, recuerda que la lonja de Villajoyosa y dice que se encaminan a la ruina: "La crisis de 2008 se va a quedar en mantequilla con lo que viene y hay que tomar medidas serias para el sector desde el Gobierno central"
CARTAGENA. El sector pesquero sufre y mucho con la expansión del coronavirus COVID19, que llega a la mar y amenaza con provocar "la ruina" para las familias que viven de esta actividad. En la Comunidad Autónoma ya saben que "si esto no cambia habrá que parar", como ha sucedido en la vecina lonja de Villajoyosa.
Así lo explica Bartolomé Navarro, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cartagena, la cual aglutina a una treintena de barcos que siguen faenando a diario.
"En este momento están saliendo 17 de las 30 embarcaciones y las 13 que no lo hacen son de artes menores y de cerco, que están amarradas por el viento de Levante de estos días, pero el lunes lo volverán a hacer, aunque lo cierto es que estamos todos un poco asustados porque el negocio va camino de ser una ruina", dice y explica la predicción.
"La gente está dejando de ir a las pescaderías y a las tiendas locales y opta por acudir a las grandes superficies para allí abastecerse de todo lo que necesita en estos días de confinamiento. Si esta situación se mantiene no vamos ni a cubrir gastos, pues hay que costear el gasoil que consumen los barcos y pagar las cargas sociales de los trabajadores -cuatro o cinco cabezas de familia de media- y con tan pocos compradores en las lonjas no damos salida a la mitad del producto", cuenta Bartolomé con pesar.
Este profesional que está en el cargo desde diciembre de 2011 cuanfitica lo que expone.
"A la lonja de Santa Lucía acuden para comprar pescado Mercadona, El Corte Inglés y Upper, que se llevan 100 o 150 cajas cada una de esas compañías, y poco más. Teniendo en cuenta que llegan entre 800 y 1.000 cajas la mitad de ellas se quedan ahí porque las pequeñas pescaderías apenas venden y, por lo tanto, no vienen a comprar. Yo no soy nadie para decirle a la gente lo que tiene que hacer a la hora de llenar sus frigoríficos, pero se olvida que en las plazas de abastos, la de Santa Florentina en Cartagena o la de Verónicas en Murcia, por ejemplo, los precios son incluso más bajos que en una gran superficie y hay menos colas", asegura.
El representante de los marineros cartageneros asume que "la pesca es un sector primario y necesario para abastecer a la población", pero también que "si esto no cambia habrá que parar" y a ello se une un problema extra relacionado propiamente con la salud: "En algunos de los barcos los patrones son personas mayores o con patologías de riesgo y esto les impedirá navegar e igual estamos hablando de una tercera parte de los que forman la Cofradía".
Todas estas cuestiones han sido trasladadas por parte de los distintos patrones mayores de los pescadores de la Región a través de videoconferencia al consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo; y al director general de Producción Agrícola, Ganadera y del Medio Marino, Francisco Espejo.
"En la Consejería han mostrado comprensión, aunque nos han dicho que los que no fueran a salir a faenar deberán argumentar por qué no lo hacen. Nosotros, con este panorama, veremos si aplicamos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), aunque por ahora lo descartamos en Cartagena", indica Navarro, quien hace público una reclamación planteada al consejero: "Le hemos pedido que se nos aplace el pago de las cuotas de la seguridad social y que nuestro deseo es el de no dejar de realizar nuestra actividad porque no queremos fallar, pero las perspectivas son muy malas y estamos hablando de un problema nacional y ya hay lonjas que han cerrado como la de Vijalloyosa, en Alicante".
Igualmente hace referencia a "la falta de seguridad" en los barcos para evitar contagios.
"No disponemos de equipos de protección individual (EPIs), ni mascarillas, ni guantes, ni nada. En ese sentido es un auténtico desastre, pero si hay precariedad en los hospitales es de entender todo lo demás. Hemos de tener en cuenta que los barcos no son tan grandes y en ellos el contacto físico es inevitable pues a menudo no se puede ni siquiera guardar la distancia de seguridad", relata este patrón mayor. "En un 90% no se cumplen las medidas de seguridad y la solución para nosotros es difícil de encontrar pues en un barco de 25 metros de eslora en la que hay cinco personas tienen que ir esas cinco y no reducir la cifra a tres", añade.
"Todo esto hace que estemos muy asustados y el miedo viene porque la crisis de 2008 se va a quedar en mantequilla con lo que viene. Va a ser la ruina para el sector si no se toman medidas serias para el sector desde el Gobierno central", concluye Bartolomé Navarro.