CARTAGENA. Tras cuatro meses de restricciones que parecían interminables y angustiosas, Los Alcázares podrá abrirse desde hoy perimetralmente y sus ciudadanos desplazarse a aquellos municipios que también se liberan de ese obstáculo, pero, sobre todo, recibir vecinos que llevaban meses y meses con la imposibilidad de pasear por su playas o tomar un desayuno o aperitivo en sus terrazas.
Los pachequeros serán los primeros en poder hacerlo sin que la policía les pida explicaciones a dónde van y porqué. San Javier, San Pedro o Cartagena deberán esperar. Pero aunque es una apertura mínima, sí que es la luz tras meses de oscuridad, cierre, pérdidas y estadísticas nunca favorables.
"Vamos con pies de plomo", advierte Alfonso Jiménez, propietario del hostal La Encarnación, un establecimiento turístico-hostelero histórico en la zona, que ha sufrido como todos el duro y doble confinamiento tanto para el municipio como para su sector. "Tenemos muchas ganas de abrir, pero también que todo continúe abierto de forma permanente", aclara Jiménez, quien tiene a trabajadores en el ERTE tanto en el hotel, los apartamentos turísticos como el restaurante. "Debemos estar preparados, pero controlando muy bien la compra de género o la contratación del personal", añade, ya que no sabe si esto será flor de una semana o, por el contrario, puede pensar a más larga distancia.
Eso sí, explica que esta nueva reapertura está llena de incertidumbre. Se plantea, por ejemplo, qué horario tiene para abrir, porque lo desconoce después de solaparse la información día tras día. "La realidad es que podemos empezar a trabajar y en un municipio como éste, eminentemente turístico, que puedan empezar a llegar vecinos de otros municipios es un respiro", añade.
"No es lo que a mi me hubiera gustado, pero de alguna manera había que empezar a trabajar", añade, por su parte, Santiago Fernández, propietario del bar La Gonga, en pleno centro del pueblo. "Tenemos ya la posibilidad de acoger nuevos clientes de otros municipios, como Torre Pacheco, pero se queda corto, porque ni desde San Javier ni San Pedro del Pinatar pueden desplazarse", añade el joven hostelero, quien dice que no ve el momento de reencontrarse con amigos y familia de su San Javier natal. "Mi madre dice que no se lo va a creer cuando venga. Lleva ya cuatro meses sin poder acercarse a mi negocio, es una auténtica pesadilla".
"Es una satisfacción sobre todo para la hostelería, que tal mal lo está pasado por el cierre perimetral en los últimos meses", explicaba para Murcia Plaza Mario Cervera, alcalde de Los Alcázares.
Dice Cervera que esta nueva reapertura perimetral, tras cuatro meses confinados y una Navidad sin recibir a turistas ni visitantes la asumen "con responsabilidad y prudencia", a la vez que esperan que esta apertura "sea permanente y no tengamos que cerrar por el irresponsable aumento del número de contagios, que conllevaría más perjuicios económicos si cabe al municipio de Los Alcázares. Nos encontramos en cifras muy estables por primera vez en mucho tiempo".
Tal y como dicen y tal y como lo han sufrido, cruzan los dedos a la espera de que esta esperanza no quede oscurecida por nuevos contagios, nuevos fallecidos, más imprudencia e inconsciencia y unas estadísticas que les han hecho vagar en una angustia permanente durante tantas semanas.