MURCIA. Existe una leyenda que dice que en la noche en la que la luz recupera terreno a la oscuridad, el momento en el que Horus vence a Seth es un eterna lucha por el control de la existencia, es cuando se abren las puertas de las dimensiones de ambos mundos y los "seres de arriba" se pueden poner en contacto con los "seres de abajo". Se trata de una tradición que nos habla de uno de los momentos astronómicos más importantes del año en el que la noche es la más corta. Hecho que ha provocado, a su vez, cientos de leyendas relacionadas con esta noche en donde los ritos que se realizan se encuentran destinados a hacer desaparecer las entidades negativas de nuestro mundo; el mal en definitiva.
La Región de Murcia no se encuentra aislada de estas leyendas y tradiciones y en las próximas líneas os mostramos algunas de esas historias que han pasado de generación en generación.
Uno de los lugares más emblemáticos para pasar la noche de San Juan es en Bullas, en El Salto del Usero, en donde se dice que al caer la noche el espectro de una joven musulmana revive desde tiempos inmemoriales el drama de un amor imposible con un cristiano y se lanza a una poza donde muere ahogada. Es tal la fuerza de esta leyenda que en cada noche de San Juan los bullenses conmemoran la 'Bajada de la Mora'.
Se dice que en tiempos de las Cruzadas, vivía en las cercanías Bullas, un rico musulmán, quien tenía una bellísima hija, la cual era pretendida por casi todos los hombres de la ciudad aunque ella no deseaba casarse. Sucedió que una tarde, durante un paseo por las orillas del río Mula cerca del paraje conocido hoy como salto del Usero, se encontró con un joven cristiano cuyo caballo estaba bebiendo agua. De ese encuentro, nació un amor tan Intenso que enseguida decidieron contraer matrimonio.
Los jóvenes fueron a pedir permiso al padre de ella, que se negó rotundamente a la boda y ordenó que el joven fuera expulsado de su casa y encerró bajo siete llaves a su hija. Desesperado, el joven le hizo llegar un mensaje de despedida a su amada y embarcó hacia Tierra Santa a luchar en Las Cruzadas. La joven esperó en vano meses y meses el regreso del caballero. Jamás volvió a tener noticias suyas y tampoco jamás quiso casarse con ninguno de los pretendientes que su familia le propuso. Su padre amenazaba, su madre rogaba, pero nada podía convencerla de que tomara esposo.
Un día su padre ordenó que fuera encerrada en una cueva de pastores y que sólo se le diera para alimentarse pan y agua. No consiguió absolutamente nada. La joven no opuso resistencia alguna y se dejó encerrar. Encerrada siguió llorando y anhelando el regreso de su amado.
Al cabo de unos meses los sirvientes que llevaban la triste comida la encontraron muerta. Se dice que un ángel se le apareció y le comunicó que su amado había fallecido en la guerra contra el infiel, dándole la posibilidad de estar con él por toda la eternidad si antes acababa con su vida, cosa que no dudó en hacer.
Cada año en la fecha de partida de su caballero, el espíritu de la joven mora aparece en lo alto de algún otero con la vista fija y perdida en el horizonte esperando ver el regreso de su amado.
Se menciona la leyenda de una mujer, una joven princesa musulmana, de largos cabellos dorados y un vestido blanco no para de peinarse cerca de la “Cueva de la Encantá”, muy próxima a un manantial natural en donde se lava la cabeza y la cara. La cueva se encuentra en la antigua torre de vigilancia del castillos de Coy y se decía que la gente del lugar no salía en la noche de san juan de su casa ni paseaba por el entorno debido al miedo de quedar preso en otra dimensión arrastrados por el propio espectro de la dama blanca.
Encontramos a otra princesa mora Fátima fue raptada por un dragón de siete cabezas que la hace presa en un álamo. Todas las noches de San Juan ella se aparece cantando y lamentándose ante los enamorados dentro de una abertura del tronco del álamo.
Uno de los enclaves más mágicos es la Isla Mayor o del Barón en el Mar Menor. Son cientos los testimonios de marineros y pescadores del lugar atestiguan la aparición en la madrugada de San Juan de una joven rusa y noble bañándose desnuda en las cálidas aguas del Mar Menor. También se dice que aparece su silueta en los desaparecer en el agua o en el palacio del Barón.
Según la leyenda podría tratarse bien de la mujer Barón de Benifayó, mandada asesinar por él mismo, o bien el ánima de mujer que fue enterrada en la isla, en una pequeña cala junto a la Cueva del Contrabandista.
En la noche de San Juan el agua y el mundo vegetal se convierten en protagonistas de multitud de rituales y ofrendas que se entremezclan entre la realidad y la superstición. Como hemos podido apreciar en el caso de Coy. En esta noche destaca en nuestra tierra la aparición de seres sobrenaturales, especialmente las encantadas.
Los lugares en donde se dejan ver son naturales cargados de vegetación, junto a yacimientos arqueológicos de gran importancia y, sobre todo, en torno a las aguas de diferentes puntos de la cuenca del río Segura, ya sean estas pozas, ríos, fuentes, etc. Estas encantadas son similares a otros seres mitológicos de la Península Ibérica como las lavandeiras gallegas, xanas asturianas, guajonas cántabras, lamias vascas o encantades pirenaicas.
Entre los ritos más destacados podemos señalar los siguientes:
-Pedir un deseo mientras se salta una hoguera.
-Meterse al mar mirando a la luna, para obtener buena suerte en el año próximo.
-Hacer una lista de malos recuerdos y lanzarla a una hoguera, para sanar la mente.
-Tirarse de espaldas en la playa siete veces, a las doce de la medianoche, para despojarse de la mala suerte.
-Bañarse con flores en la playa, para ahuyentar la mala suerte.
-Un ritual purificador consiste en dejar, durante toda la noche, una mezcla de hierbas aromáticas, incluido laurel, en un bol con agua y, a la mañana siguiente, lavarse la cara con esta solución.
-Con una rama de laurel también podremos purificar nuestra alma, pasándola por todo nuestro cuerpo, de arriba a abajo y, posteriormente, lanzándola a la hoguera, hasta que el laurel se convierta en cenizas.
* Santi García es responsable de Rutas Misteriosas y autor del libro 'Murcia, Región Sobrenatural'