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EL PASICO DEL APARECIDO / OPINIÓN

Las señas de identidad de Ciudadanos

10/09/2022 - 

CARTAGENA. Andan ahora sus dirigentes predicando que Ciudadanos (Cs) es, o aspira a ser, el único partido liberal de España. Sin embargo, cuando obtuvo su mayor éxito, en las elecciones autonómicas catalanas posteriores a la sedición de 2017, se presentaba como una formación españolista con una rama socialdemócrata y otra liberal. Esa dualidad entre lo socialdemócrata y lo liberal le permitió obtener suficientes escaños en las elecciones posteriores para pactar primero con el PSOE de Susana Díaz en Andalucía y, en el siguiente ciclo, formar gobierno con el PP en cuatro comunidades autónomas, una de ellas Murcia.

"Cs acaso tenga futuro si mantiene su coherente programa españolista, eje sobre el que debe pivotar el resto de su programa"

El punto inequívoco de Cs era, pues, su españolismo. Y, acertadamente, lo ha conservado en el decálogo de propuestas que han elaborado para guiar su refundación. Piden eliminar de la Constitución la dualidad entre nacionalidades y regiones para que solo hable de comunidades autónomas. Además, quieren suprimir el fuero vasco y asegurar la enseñanza en español en todas las zonas de España. Lo que no se explica el Aparecido es por qué, siendo tan españolista, no han propuesto modificar la ley orgánica correspondiente (y la Constitución) para que las provincias dejen de ser las circunscripciones en las elecciones al Congreso y se constituya un distrito electoral único en España. 

Uno de los éxitos de Cs en nuestra región ha sido precisamente instaurar el distrito único electoral para la Asamblea Regional, de modo que no tienen ningún motivo para no intentar hacer lo mismo en el conjunto de España. Probablemente Vox, que quiere acabar con las autonomías, apoyaría esa propuesta. Eso facilitaría la supervivencia de Cs, pues en la mayoría de las provincias, como se eligen pocos diputados, es casi imposible obtener ningún escaño si no se supera la barrera (material, no formal) del 20% de los votos. En cualquier caso, el Aparecido apoya sin reservas las propuestas españolistas de Cs, que consolidan la unidad indisoluble de la nación española y la soberanía única del pueblo español. Además, son incluso compatibles con un modelo federal para España, que tendría que basarse en la igualdad de derechos en todos los territorios y en la clara delimitación de las competencias de las autonomías y las de la nación. En resumen, Cs acaso tenga futuro si mantiene su coherente programa españolista, eje sobre el que debe pivotar el resto de su programa.

Si nadie duda de que Cs es un partido españolista, algunas dudas surgen cuando se define como liberal (al menos entre los que tienen alguna idea de qué es el liberalismo). Por un lado, Cs se comporta como un partido liberal en lo referente a las costumbres, pues apoya la libertad de expresión, la de pensamiento y la libertad sexual, entre otras. Por otro lado, no está tan claro que también sea liberal en lo económico. En su decálogo aparece varias veces la palabra "gratis" para referirse a actividades a subvencionar con cargo a impuestos. Todo liberal sabe que, en el mundo político, hay cosas baratas, caras, muy caras y gratuitas. Lo llamado "gratuito" suele ser lo más caro, pues no solo hay que pagar el servicio, sino también una legión de observatorios, asesores, administradores, etc. Y, además, lo pagamos todos, no solo los que lo usan. 

"Si quiere situarse en el campo liberal no le queda otra que superar la tentación de conceder subvenciones, por nobles que sean"

Si Cs quiere realmente situarse en el campo liberal no le queda otra que superar la tentación, tan consolidada en España, de conceder subvenciones para los más diversos fines, por nobles que sean. Un liberal compasivo acepta pagar los suficientes impuestos para subvencionar cinco aparatos estatales (Defensa, Justicia, Educación, Sanidad y Pensiones), pero considera iliberal aumentar aún más los impuestos para subvencionar otras actividades. De hecho, el Gobierno actual, compuesto por un PSOE escorado a la izquierda por voluntad del presidente Sánchez y un Unidas Podemos intrínsecamente izquierdista, está practicando una política de subvenciones masivas (bono cultural, bono a los estudiantes, bono al transporte ferroviario, etc.), para lo que, en paralelo, ha tenido que implantar otra de impuestos masivos. De ese modo se traslada la capacidad de decisión del individuo al Gobierno, que la ejerce subvencionando unas actividades y no otras. 

Un español al que le gusten los toros tiene que pagárselo de su bolsillo, pero además estará pagando impuestos para que los jóvenes que quieran vayan al cine a su costa. Un español que prefiera viajar en autobús tiene que pagarse su billete y, además, subvencionar al que haya elegido viajar en tren. Y así sucesivamente. Cuantas más subvenciones haya, más impuestos habrá que pagar, menos capacidad de elección tendrán los individuos y más arbitrariedad quedará en manos del Gobierno. Todo liberal cree que el Gobierno español está intentando comprar votos sacando dinero a los contribuyentes y repartiéndolo a su arbitrio a los votantes. Y algunos liberales sospechan que el Gobierno regional tampoco es ajeno al método de las subvenciones interesadas. El verdadero liberal odia la palabra "gratuito" porque sabe que encubre un expolio y una pérdida de autonomía. Para un liberal, "gratuito" solo significa "con cargo a impuestos".

También es dudoso que Cs esté comportándose de forma liberal en lo relativo al medio ambiente. Todo buen liberal cree que si un ecosistema se deteriora se debe a que no es rentable. Si los bosques arden es porque no ha habido humanos que, aprovechando sus recursos, lo mantengan y lo cuiden. Si la contaminación atmosférica aumenta es porque descontaminar no es rentable. Así, un liberal buscará el modo de crear negocios que ayuden al medio ambiente, diseñando, por ejemplo, sistemas para convertir el CO2 atmosférico en mercancías. Como decía Chesterton, crítico del liberalismo, un liberal es alguien que no ve en la Naturaleza cosas buenas, sino bienes. De ese modo, es más propio de un progresista que de un liberal conceder personalidad jurídica al Mar Menor, como Cs apoyó. A diferencia de los promotores de la ILP, la ONU ha pedido que las personas tengan derecho a un medio ambiente saludable y agradable. Nótese que el derecho, según la ONU, lo detentarían las personas, no los ecosistemas. En resumen, Cs tiene que decidir si quiere convertirse en un partido liberal o en uno progresista, que apoyaría ciertas libertades, pero daría múltiples subvenciones y subordinaría el bienestar ciudadano a los dogmas ecologistas.

"muchos dirigentes de Cs parecen confundir al liberalismo con el centrismo, lo que resulta alucinante: ADOLFO SUÁREZ Y ROSA DÍEZ ERAN SOCIALDEMOCRÁTAS"

Por último, muchos dirigentes de Cs parecen confundir al liberalismo con el centrismo, lo que resulta alucinante. Obviamente, no han leído a George Lakoff, quien aclara que el centrismo es propio de individuos biconceptuales, de izquierdas en unas cosas y de derechas en otras. Así, ni el Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez, ni la Unión, Progreso y Democracia de Rosa Díez, sendos precedentes de Cs, se consideraron nunca liberales, sino más bien socialdemócratas. Lejos del centrismo, el liberalismo es, en realidad, una opción bastante radical, poco popular en España. Lo más liberal que nos queda en activo es Isabel Ayuso, para que nos hagamos una idea.

En resumen, si Cs quiere estructurar sus señas de identidad puede persistir en su españolismo, pero tendrá que decidir si quiere llegar a ser un partido liberal, uno progresista o uno centrista, pues esas tres opciones son diferentes y acaso incompatibles. Un partido progresista y españolista sería inédito en España, donde la izquierda siente una irrefrenable fascinación por los separatismos. Por otro lado, un partido españolista liberal también sería inédito, vista la irrefrenable fascinación de las izquierdas y los conservadores por las subvenciones. El Aparecido les desea que acierten en su elección, pero les exhorta a definirse con claridad, pues la confusión conceptual nunca es buena base para hacer política.

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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