MURCIA. El gran andamio que cubrirá la fachada de la Catedral de Murcia durante al menos un año, mientras se desarrollen los trabajos de rehabilitación del imafronte, ya tiene una altura de más 12 metros, de los 32 que tendrá en total. Falta menos de un mes para que la intervención quirúrgica que hará que el imafronte de la Catedral de Murcia, la gran joya del patrimonio religioso del municipio, recupere su esplendor se inicie.
Ya se han instalado dos plataformas para las visitas guiadas y cinco para los trabajos de rehabilitación, de las 7 y 16 que tendrán, respectivamente. "Se trata de un doble andamiaje unido por un módulo interior, el cual separa el área de visitas del de trabajo. A pesar de del tamaño y complejidad del montaje, los trabajos se están desarrollando con total normalidad y conforme a los plazos estimados", explica el jefe de obra, Ismael Moreno.
Será a mediados de septiembre cuando empiecen los trabajos. Una vez instalado el andamio entrarán los profesionales para realizar las tareas de limpieza, protección y consolidación, que será ya a mediados de septiembre. Además los murcianos las podrán visitar a partir de septiembre pidiendo cita en la web lossecretosdelafachada.com.
La Catedral de Santa María tiene su origen en 1467 y un claustro que atesora grandes obras del patrimonio murciano. El templo tiene elementos del gótico original con añadidos renacentistas, barrocos y neoclásicos para confluir en un edificio que tiene su culmen en un imafronte de gran majestuosidad y que es lo primero que se ve al contemplarla desde la plaza del Cardenal Belluga.
Pero el paso del tiempo se nota y para devolverle su esplendor la Diócesis de Cartagena ha impulsado un proyecto de restauración que ya tiene fecha. El presupuesto será de 1,2 millones de euros y los trabajos durarán 12 meses.
Los dos grandes frentes de este proyecto de restauración son los deterioros que producen el agua y las palomas. Hay algunas zonas en la fachada, muy localizadas, en las que el agua, al descender, va deteriorando la piedra, que poco a poco se va disgregando y por eso se desprenden pequeños fragmentos. Para solucionar este problema, se incrementarán los sistemas de evacuación de agua, mediante unas cornisas de zinc. El otro gran problema son las palomas y sus excrementos. Con este proyecto, de la Hoz asegura que se conseguirá eliminar el anidamiento, "el posado es más difícil porque se tendría que proteger cada centímetro y eso sería imposible". Para luchar contra las palomas se utilizarán cinco sistemas, dependiendo de las necesidades de cada zona: trampas, redes, pinchos, sistema electroestático y halcones.
La intervención que se propone consiste en la protección de todos y cada uno de los elementos que componen la fachada, ya sean escultóricos o arquitectónicos. Para ello se incluye la limpieza general, la reparación y protección de las cornisas; la aplicación de consolidantes de agua de cal; la restauración de elementos deteriorados; la reparación de balaustradas; y la limpieza y protección de las vidrieras, así como varios sistemas para evitar que las palomas aniden como lo hacen actualmente. Se incluirán también algunas instalaciones de iluminación, además de otras para facilitar las tareas de mantenimiento futuro.
La fachada tiene prácticamente mil metros cuadrados de superficie si se mide en plano, pero esta cifra se incrementa de forma exponencial dada la enorme riqueza decorativa y formal que presenta, con cornisas salientes, frontones, portadas, huecos, hornacinas, etc. Lógicamente, la actuación es completa, por lo que hay que colocar el andamio en toda la superficie de la fachada e ir actuando en su totalidad.
Previamente, también se han encargado una serie de trabajos y estudios, que han servido de base para la toma de decisiones en el proyecto técnico. Durante este tiempo, se han realizado multitud de análisis, que se han incorporado al proyecto, con el fin de llevar a cabo las actuaciones más adecuadas e inocuas para la fachada.
Gracias a esto, se han podido identificar las diferentes tipologías pétreas, así como posibles canteras históricas, además de ensayar el comportamiento de todos los materiales para asegurar su idoneidad y que no perjudican de ninguna forma al monumento. Se han estudiado varias canteras históricas, sobre todo gracias a los escritos de Elías Hernández Albadalejo, con resultados satisfactorios en cuatro de ellas, pues se da una elevada semejanza entre sus características petrográficas y físicas: la Cantera de Mayayo, al sur de la ciudad de Murcia (con tres frentes de cantera); la Cantera de Los Garres, al sureste de la capital (con dos frentes); la Cantera de Cuello de Tinajas, al sur de la ciudad de Murcia; y la Cantera de El Partidor en Abanilla.