CON LAS GAFAS DE CERCA  / OPINIÓN

Las fiestas del pueblo: Villarriba contra Villabajo

20/04/2021 - 

MURCIA. ¡Ya estamos en plena fiesta de la democracia en la Comunidad de Madrid! ¡Viva!

Ante la inutilidad de la cita, con una proyección de solo dos años, y la manifiesta intención de convocarla solo con fines partidistas, nos vemos una vez más en una campaña simplista, apocalíptica y engañosa.

Según se desprende de las manifestaciones de los contendientes y los análisis que realizan los medios de comunicación, nos enfrentamos a dos bloques enfrentados, herméticos e irreconciliables.

Y me vuelva a surgir la duda que me ronda en todas las convocatorias electorales. ¿Por qué?

Por lo visto, la 'izquierda' y la 'derecha' tienen una frontera tan infranqueable como la que divide a las dos Coreas. No hay más opciones que el "sanchismo comunista bolivariano" o el "fascismo de la foto de Colón". Pues les digo con mucho cariño: ¡Váyanse a hacer puñetas! Cuéntenme un relato con un poquito más de enjundia.

"Cuando cs decide desmarcarse de esa simpleza y quiere desmontar el ficticio dilema de izquierdas y derechas, es cuando más castigo recibe"

No se puede menospreciar a los creadores de semejante esperpento. Nos han convencido como auténticos pardillos. Todos los cálculos que se realizan, y así se refleja en los resultados de las encuestas, muestran los datos de bloques por encima de los resultados de cada uno de los partidos que concurren. Los mensajes más machacones de cada candidato apuntan a ser los únicos valedores de su frente contra el otro. Todos contemplamos con naturalidad que las únicas alianzas que se pueden dar es el PSOE con Más Madrid y Podemos y el PP con Vox.

Curiosamente, el único partido que se presenta al margen de esta pantomima de bloques es el que parece que va a recibir el castigo más fuerte. Ciudadanos no se ve representado en ningún sitio de esta simple línea donde todos quieren identificar de uno al otro extremo la posición de cada partido. El posicionamiento político es más complejo que un alarido vehemente para cerrar filas. Cuando Ciudadanos quiso entrar en esa línea, señalándose o dejando que los demás lo señalaran, alcanzó el mayor porcentaje de seguimiento. Cuando decide desmarcarse de esa simpleza y quiere desmontar el ficticio dilema de izquierdas y derechas, es cuando más castigo recibe. Prefiero pensar que le ocurre fruto de sus errores pasados a que cada vez menos personas queremos huir del relato que nos imponen.

El nivel de coincidencias entre partidos moderados y pragmáticos frente a populistas y dogmáticos de cualquier índole es muy alto. Los dos grandes partidos que representan esas ideas moderadas, junto con el espacio reformista y liberal, engloban más de un 70% de la población. Cualquier negociación de buena fe entre ellos nos llevaría un día para conseguir redactar un acuerdo de gobierno ¿Quién nos ha metido esa idea de que son espacios infranqueables? ¿La alternancia en el poder en estos 40 años de democracia en España se basa en una pócima que aliena a 'fachas' y a 'rojos' para que voten lo contrario o a que el ciudadano de a pie vota lo que le da la gana con un límite a las consignas para que lo haga siguiendo una dirección única?

¡Cómo es el ser humano! Necesita siempre un referente y una sombra. Y fruto de ello, recibimos constantemente mensajes e impactos de dualidad para ayudarnos a crear nuestra identidad. Y en base a ello, nos presentan un panorama simple donde decidir con o contra. Casi siempre definiendo mejor la identidad del enemigo que la propia.

El error de los bloques se complementa con otro aun peor: el tipo de liderazgo que la sociedad valora. Nos gusta enaltecer a perros de presa, comunicadores psicópatas y vendedores de crecepelos milagrosos. Nuestros referentes suelen responder a jóvenes exitosos de buen ver, hábiles con la palabra y voraz con los adversarios. Ni rastro del liderazgo participativo de equipo.

Con la cantidad de problemas que tenemos que solucionar, la cantidad de reformas que acometer, un futuro sostenible y justo que tenemos que planificar, la escenificación de este juego de bloques y narcisistas me parece una irresponsabilidad escandalosa.

Desde mi humilde portátil, defiendo el pragmatismo moderado, la visión a largo plazo, los razonamientos más complejos y la vida política sin exabruptos. Y quiero que me lidere una persona fea que sude, dude y me pregunte.

Y creo que arrasamos.

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