como ayer / OPINIÓN

La Virgen del Carmen abandona el confinamiento

15/07/2021 - 

MURCIA. Si no hay nada que haga cambiar las cosas, la Virgen del Carmen, patrona del popular barrio al que da nombre, saldrá en procesión mañana, después de la misa de las siete de la tarde, reanudando la tradición de sacralizar las calles con la presencia de imágenes devocionales, que quedó interrumpida por la pandemia allá por el mes de marzo del pasado año.

"muchos aguardaban impacientes que llegara este momento"

No será la única, pues en cuanto se corrió la voz, otras localidades activaron los resortes precisos para honrar más allá de las puertas de los templos a la protectora de los hombres de la mar e intercesora por la salvación de las ánimas. Tampoco la primera, pues ya en algún lugar se han anticipado este tipo de manifestaciones, pero sí la más significativa para la capital y una de las más señaladas en la Región.

Eran muchos los que aguardaban con impaciencia que llegara este momento, que por tanto tiempo se dilató. Porque echaban de menos la ocasión de expresar públicamente su devoción, y porque la comparación con las autorizaciones a otras actividades, bastante menos ordenadas y de mayor concurrencia, desde hace meses, empezaba a resultar hiriente.

Habrá procesiones. Y se ajustarán a estrictas normas de conducta adecuadas a la situación sanitaria por la que atravesamos. Esa ha sido la norma de conducta absolutamente generalizada a lo largo de todos estos meses por parte de quienes han frecuentado las ceremonias litúrgicas, y estoy convencido que será la predominante por parte de quienes participen en el cortejo y asistan a su discurrir por el Barrio del Carmen.

Será, sin duda, emotivo, ver de nuevo a los carmelitanos congregados en torno a la Virgen del Carmen. En la novena primero; luego en la ofrenda floral; y llegado el día grande, la misa solemne y la procesión. Como debió serlo, sin duda alguna, cuando en enero de 1886 la patrona del barrio fue objeto de especial veneración tras darse por terminada la epidemia de cólera del año anterior y haberse aplazado las tradicionales fiestas de julio por tal motivo.

La jornada de aquél singular 3 de febrero la abrió el obispo diocesano Tomás Bryan Livermore por la mañana, oficiando la misa de comunión, y por la tarde hubo Te Deum, en acción de gracias por la finalización del terrible azote, causante de gran mortandad en la población. Y no fue esa fecha escogida al azar, ya que en esa fecha concreta se conmemoraba el tercer centenario de la inauguración del convento carmelita, desaparecido cincuenta años antes con la desamortización de los bienes eclesiásticos decretada por el ministro Mendizábal.

La epidemia acabó en el Barrio del Carmen con 189 personas en sólo cuatro meses, según los registros tenidos por oficiales, si bien de otras enfermedades, incluyendo las coleriformes, se registraron 309 defunciones en esas fechas, lo que da buena idea de la mortandad que se desatacó en aquellos aciagos días.

La ceremonia religiosa fue presidida por el arcediano de la Catedral, Félix Martínez, y se estrenó una misa, "de autor francés, de difícil ejecución, propiedad del eminente músico murciano don. Julián Calvo y dirigida por él", según reseña de la época. Y ese mismo día, valga como anécdota, llegó a la estación del Carmen el poeta José Zorrilla, a quien ya se dedicó un espacio en estas memorias del ayer.

Merecedoras de recuerdo debieron ser también las celebraciones carmelitanas del mes de julio de 1939, las primeras tras el prolongado y sangriento paréntesis de la Guerra Civil pudieron conmemorarse, aunque fuera aún en precario, usando como templo la antigua portería del convento carmelitano, reconvertida en la actualidad en lugar de veneración del Cristo de la Sangre.

Pero varios meses antes, y muy pocos días después del final de la contienda bélica, fue noticia la Virgen del Carmen al darse noticia de que había sido salvada de la destrucción, al permanecer oculta en un domicilio particular de la calle de Cartagena, y trasladada en breve pero emotiva procesión hasta su templo.

Sucedió el Sábado de Gloria, día 8 de abril, y fue a las seis de la tarde cuando partió el cortejo, "portando las andas destacadas personas del Barrio y acompañando a la Virgen gran número de señoras y caballeros, presidiendo la procesión el virtuoso párroco don Mariano Aroca. Asistió una banda de música. El paso por las calles de la venerada Imagen ha sido un triunfo de religiosidad y de fe… La imagen ha sido colocada en el camarín de la llamada Portería, donde seguirá por ahora recibiendo culto y adoración. Dirigió una sentida plática el señor Aroca".

Llegadas las fechas tradicionales, comenzó el novenario en honor de la Virgen, precediendo a la fiesta grande del 16 de julio, celebrándose por las mañanas, a las siete y media, rosario, misa y ejercicio de la novena, y por las tardes, desde las seis y media hasta las once de la noche, rosario y novena, con salve en la de las ocho. Los carmelitanos veteranos me hablaron muchas veces de estas novenas que se sucedían, una tras otra, en la capilla de la Portería, y que cuando la Virgen volvió a su lugar en el altar mayor, se rezaban ante otra imagen de la misma advocación, que hoy recibe culto en la parroquia de La Arboleja.

Y el día 15, tras los solemnes cultos, salió procesionalmente la Virgen del Carmen, recorriendo la Alameda de Colón, Hernández del Águila, calle de Cartagena, Martínez Anido (hoy Cuartel de Artillería), plaza Juan de la Cierva y calle de Floriblanca, acompañando a la Patrona, además de los niños de catequesis y de primera comunión, Acción Católica, Apostolado de la Oración, Congregación de Hijas de María, Damas y Congregación Carmelitana, Cofradía de la Preciosísima Sangre, Junta Parroquial, Caballeros Carmelitanos y Clero Parroquial, además de las autoridades civiles y militares.

Mañana, como en aquellas ocasiones anteriores, la Virgen del Carmen es aguardada con expectación, porque será la primera en Murcia que, de manera formal y oficial, abandone el largo confinamiento.

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