Imagen de Ana Martínez Vidal, exlíder de Ciudadanos en la Región de Murcia.MURCIA. De rozar con la punta de los dedos la Presidencia del Gobierno de la Región de Murcia a renunciar a su puesto como coordinadora de Ciudadanos. La sucesión de derrotas que ha sufrido desde que se alió con el PSOE para derrocar a López Miras ha acabado forzando a Martínez Vidal a recomponer sus prioridades y dar un paso atrás para ceder su puesto como líder de los liberales. Ahora, el partido naranja deberá recomponerse de la dimisión de su cabeza más visible con Isabel Franco, otra de las voces más potentes de la organización, expulsada del partido por aliarse con el Gobierno del Partido Popular.
La decisión, que ha sido hecha pública en la mañana de este domingo, viene causada por motivos personales, pues Ana Martínez Vidal asegura otorgar a su proyecto de familia la mayor de las prioridades. Sin embargo, no renunciará del todo a la vida política y seguirá en su escaño como miembro de Ciudadanos hasta el final de la legislatura, aunque sin ofrecer más datos sobre cuál será su papel en las próximas elecciones.
En cualquier caso, lo que no ha pasado desapercibido sobre el anuncio es el momento en el que ha decidido hacer pública la decisión. Al fin y al cabo, menos de 24 horas antes se encontraba liderando la convención anual del partido naranja en la que agradeció a todos aquellos afiliados que "se han mantenido firmes en un momento tan complicado en vez de salir corriendo".
Ya como portavoz del Gobierno regional y consejera de Empresa, su carrera política terminó de despegar cuando fue nombrada coordinadora autonómica de Ciudadanos en detrimento de la vicepresidenta, Isabel Franco. De esta forma, comenzaba una nueva etapa para el partido en la que pasaría a mostrarse más crítico con la administración de Miras, lo que alcanzó su punto álgido en febrero con el escándalo por la vacunación del entonces consejero de Salud, Manuel Villegas.
Poco después, en marzo, llegaría la sorpresa del acuerdo con el PSOE de Conesa para ser elegida ella misma como presidenta de la Comunidad. Ese sueño se tornó inalcanzable cuando tres miembros de su partido encabezados por Isabel Franco, a los que se acabaría uniendo un cuarto, renunciaron a la estrategia de los liberales para entrar a formar parte del Gobierno popular.
De esta forma, se encontró en minoría dentro de su propia formación con solo dos diputados, Vidal entre ellos, fieles a las ideas de la ejecutiva regional de los seis que comenzaron la legislatura. No obstante, la deriva de Ciudadanos en la Asamblea se encrudeció aún más tras perder el grupo parlamentario propio que se encuentra en manos de los expulsados y entrar a formar parte del Grupo Mixto.
Así pues, el partido naranja ha pasado de formar parte del Gobierno regional a la irrelevancia política, pues el PP de López Miras ha conseguido atar sus apoyos tras resistir la moción de censura. En consecuencia, Martínez Vidal ha impuesto una postura plenamente crítica con el Gobierno, al que acusa de "prácticas mafiosas y falta de moralidad" cada vez que encuentra la ocasión".
Por este motivo, el futuro sucesor se verá en la tesitura de reunificar la formación para volver a darle la imagen de partido de centro que puede pactar con ambos bandos del espectro político que siempre han buscado. Sin embargo, una candidatura poco prometedora bien podría suponer la desaparición del partido, tal y como sucedió en la Comunidad de Madrid.
Con la pérdida de varias de sus caras más visibles, como la vicepresidenta; Isabel Franco; o el presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, los naranjas se ven en la obligación de designar un líder capaz de recomponer la estrategia y hacer creer al votante que Ciudadanos aún tiene un papel que desempeñar en la política de la Región de Murcia.
Entre los candidatos a esta posición encontramos a Mario Gómez, vicealcalde de Murcia, que sí llevó a cabo la moción de censura en el municipio para acabar con el mando de José Ballesta. En caso de ser elegido, podemos esperar que continúe manteniendo una actitud beligerante con sus ex socios, pues ya en sus últimos días compartiendo Gobierno protagonizó un cruce de reproches que acabó con denuncias en ambos sentidos.
Por otra parte, encontrábamos a Juan José Molina, que habría sido una opción más que probable de no haber anunciado su renuncia al puesto que ostenta en la ejecutiva de Ciudadanos a primera hora de este lunes. Molina, único miembro de la Asamblea leal a Martínez Vidal, ha ejercido como portavoz de la formación naranja desde que comenzara la legislatura hasta que perdieron el grupo parlamentario. Ahora, dentro del Grupo Mixto, se encuentra negociando con Podemos una portavocía conjunta para continuar manteniéndose relevante.
Por el momento, el resto de partidos que componen la política regional se han abstenido de hacer comunicaciones oficiales sobre la dimisión de Martínez Vidal y la situación en la que esta decisión deja al partido naranja.
