La Región estrena 'nueva normalidad' con el toque de queda a las 12 y sin ningún municipio confinado

MURCIA. La luz se va abriendo en el largo túnel de pandemia para la Región de Murcia. Aunque la cuarta ola amenaza a parte del territorio español, acechando en lugares como Cantabria y País Vasco, la Comunidad murciana, en cambio, afronta el mejor de los escenarios en muchos meses. Tanto es así que Murcia es la primera, y única, autonomía en alcanzar la llamada 'nueva normalidad', un nivel de alerta que otorga el Ministerio de Sanidad por la mejoría epidemiológica y la baja ocupación de camas en los hospitales. Así las cosas, el Ejecutivo murciano comienza poco a poco a relajar las restricciones.

Ningún municipio queda ya confinado en la Región de Murcia, ya que Puerto Lumbreras, cerrado en las últimas tres semanas, saldrá el próximo miércoles del nivel de alerta extremo. La localidad, poblada por 15.000 vecinos, también podrá abrir el interior de los bares. Hay que remontarse a los tiempos previos a la segunda ola, es decir, al otoño, para encontrar un panorama similar, sin confinamientos locales. Desde noviembre que se implantaron los cuatro niveles de alerta (extremo, muy alto, medio-alto y bajo) es la primera vez que no hay ninguna localidad en extremo ni tampoco en muy alto. 

No obstante, el cierre del perímetro de la Comunidad con las provincias vecinas se mantiene, invariable. Esto significa que se puede circular con libertad por los 45 municipios murcianos, pero no se puede cruzar hasta Alicante ni Albacete ni Almería. Este límite seguirá así hasta, al menos, el 9 de mayo, el día en que decaerá -salvo sorpresa- el estado de alarma. Así, se da la circunstancia de que no se puede ir de Beniel a Orihuela, por ejemplo, pero sí se puede ir de Santomera a Águilas.

La otra gran novedad es el retraso por una hora más del toque de queda, cuyo horario pasa a ser de las doce de la noche hasta las seis de la mañana. La orden también entrará en vigor el miércoles, con la publicación en el Boletín Oficial regional (BORM). La otra gran medida acordada en el Comité de Seguimiento de la Covid, reunido en su habitual cita de los lunes, es la ampliación del número de asistentes para las ceremonias. Las celebraciones y eventos podrán albergar en exteriores un máximo de cien asistentes y siempre sentados en mesas de seis comensales.

El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, compareció tras el Comité para agradecer a toda la población su comportamiento y "su sacrificio", pues "no han podido llevar una vida normal". Especialmente dio las gracias a los sanitarios y los trabajadores de "primerísima línea". Fue un mensaje de celebración... pero también de advertencia. El jefe regional advirtió de que no se ha vencido al virus ni "se ha acabado" la pesadilla. "Aunque estamos más cerca", apostilló. "Vemos que es posible dejar atrás los tiempos más difíciles".

Miras abrió la puerta a seguir levantando las restricciones "si los datos siguen siendo positivos", pero al mismo tiempo reclamó "prudencia" en la desescalada. "Muchos querrían que desaparecieran las restricciones, nada sería más fácil y popular que quitarlas, pero sería irresponsable y temerario, pues mientras no haya inmunidad de grupo, corremos riesgo", señaló el presidente. 

El Ejecutivo regional todavía no las tiene todas consigo con el fin del estado de alarma, ya que consideran que se quedan sin herramientas jurídicas para establecer medidas drásticas si vuelven a repuntar los casos. "Y el virus es imprevisible, y se propaga con extrema rapidez", esgrimió Miras. Por eso, ante la pregunta de si se piensan abrir perimetralmente la Comunidad, contestó que hay que hacer "una burbuja de protección" y "abrirla a otras con incidencia superior entraña un riesgo evidente que todos pueden entender". De hecho, el presidente deslizó que la clave para flexibilizar las medidas, "más que la incidencia", será "la vacunación, la inmunidad de rebaño".