MURCIA. En septiembre del año 2015, 193 países aprobaron en la ONU los objetivos de Desarrollo Sostenible que conforman la llamada AGENDA 2030.
Uno de los objetivos de dicha agenda consiste en "erradicar la pobreza extrema, y el hambre, combatir la desigualdad, y el cambio climático". Si ese es el objetivo, las consecuencias actuales han sido totalmente diferentes.
En España el extremismo ecológico está cometiendo acciones sin calcular sus consecuencias. Tales posiciones, nos están llevando al desabastecimiento alimentario y a la dependencia energética de terceros países. Se están desarrollando leyes y directrices que van en contra de los ciudadanos, y de los propios intereses nacionales.
He aquí algunos ejemplos:
Muchos agricultores, antes de que saliera está ley, estaban regando sus tierras desde hace más de 10 años. Hoy con esta nueva ley se ha dejado de regar más de 3.000 hectáreas, lo que ha provocado unos 5.000 despidos.
No entiendo cómo pueden dejar secar plantaciones enteras de cítricos en producción, por una ley de nefastas consecuencias. Estas plantaciones evitan la desertización, las correntias de aguas y dan trabajo a innumerables familias, que actualmente, han quedado en un estado muy precario.
Esta medida supone una disminución importante del agua trasvasada, lo que limita y dificulta mucho más el riego de nuestra agricultura.
Ya podemos imaginar que este desplazamiento supone una pérdida considerable de empleo y riqueza.
Supone gravar con unos costes altísimos los acondicionamientos de las instalaciones, tanto en granjas como en transporte animal. Si a todo esto le sumamos los altos precios de los piensos, electricidad, combustibles… hacen prácticamente inviable el mantenimiento y desarrollo del sector ganadero.
Reflexionemos sobre el daño irreparable que estas leyes están haciendo a nuestra agricultura y ganadería. Debemos defender, explorar y compartir nuestros recursos propios: agua, combustibles, energías… para no depender de terceros países. No caer en extremismos, que solo provocan pobreza y desigualdad.
José García Martínez
Coordinador en Vox Murcia