CARTAGENA. La Asociación de hosteleros de Cartagena Hostecar convocará a la parte social a una reunión para informarles de la situación crítica que afronta el sector, habida cuenta de las últimas restricciones impuestas por el Estado de la Nación y la Comunidad Autónoma. Desde el colectivo que reúne a los empresarios del sector estiman que se pueden llegar a perder alrededor de 12.000 puestos de trabajo con el estado de alarma, ya que la facturación está por debajo del 50%.
Hostecar convocará a CCOO y UGT a una reunión para informarles de la situación crítica en la que se encuentra el sector donde se augura un cierre masivo de empresas y el consiguiente despido de trabajadores de no flexibilizar las restricciones implantadas hasta el próximo día 9 de noviembre una vez finalicen las limitaciones de movilidad ligadas al estado de alarma y las Ordenadas por la Consejería de Sanidad las cuales limitan la movilidad de los ciudadanos a las 23:00 horas y la libre circulación entre municipios de la Región, "la situación es insostenible y esta crisis sanitaria no distingue entre empresarios y trabajadores, manifiesta Juan Jose López Presidente de Hostecar".
"La situación es insostenible y esta crisis sanitaria no distingue entre empresarios y trabajadores, manifiesta Juan Jose López Presidente de Hostecar.
"La situación del sector es insostenible debido a la limitación de la actividad empresarial a la que nos vemos continuamente sometidos y que afecta directamente a la facturación del sector que debe de afrontar la totalidad de los gastos derivados de la actividad como antes de la pandemia", añade el mandatario. La limitación de aforo interior y el cierre de barras "está avocando al cierre de aquellos establecimientos que no disponen de terrazas y a aquellos que disponen de ellas, ya que una vez entre el frío y con las limitaciones impuestas, también podrán con ellos".
Estas medidas impuestas están acabando con el turismo del que subsisten muchas empresas afectando directamente a los hoteles y alojamientos rurales que ven reducir drásticamente su ocupación y por consiguiente sus ingresos, así como, los establecimientos de restauración que se ubican en las zonas costeras donde gran parte de sus clientes tienen ubicada su segunda residencia no pudiendo desplazarse debido a que su domicilio habitual se encuentra en otros municipios y comunidades.