MURCIA. El incremento de los precios, que afecta especialmente a materiales como el hormigón o el ladrillo, ha tocado de lleno al sector de la construcción, acostumbrado constantemente a sus propios demonios pero que en este momento se enfrenta a varios retos que debe superar para seguir existiendo como uno de los grandes motores económicos de España. En la Región, los actores del sector inmobiliario no son ajenos a esta situación. Los permisos de obra no paran de aumentar, pero las obras van a un paso mucho más pausado del deseado. Los precios de las viviendas están al alza desde hace tiempo debido a la falta de oferta. El actual estado de inflación económica invita a muchos promotores a ralentizar las construcciones a la espera de que se puedan ofertas viviendas a un precio más asequible para muchas familias que viven con angustia para llegar a final de mes.
La falta de suelo es uno de los retos a los que se enfrenta el sector. Por primera vez en muchos años, el número de viviendas acabadas es superior a las iniciadas, lo que indica un problema evidente de oferta que empuja los precios al alza, dificultando el acceso a la vivienda de muchos sectores de población. Entre estos sectores la población joven es la principal perjudicada. "Debemos poner en marcha medidas para facilitar el acceso a este sector de población, que es el más demandante de vivienda, ya que son los jóvenes los que suelen lanzarse a la compra de vivienda para empezar su proyecto de vida", manifestó el consejero de Fomento, José Ramón Díez de Revenga durante la feria inmobiliaria 'Reside'.
La mano de obra cualificada es otro de los problemas estructurales que vive el sector. La paralización de la actividad durante la pandemia ha provocado que gran parte del sector de la población que se dedicaba a la construcción haya derivado hacia otro tipo de empleo. Una situación parecida a la que vive la hostelería. "Seguimos teniendo problemas. La única opción que hemos encontrado es formar a nuestros propios empleados con sesiones formativas semanales", apunta Ana María Díaz, de AZ 55 Arquitectura. "Simplemente, no hay trabajadores. Es un problema porque nadie quiere ser albañil. Y es algo que, me temo, se va a mantener en el tiempo", añade Diego Costa, otro empresario de reformas. Los distintos actores del sector tratan de formar a los empleados existentes para paliar la falta de mano de obra, que amenaza seriamente al futuro de la construcción.
Según los últimos datos facilitados por la Encuesta de Población Activa (EPA), el segundo trimestre del año finalizó con 35.400 trabajadores ocupados en el sector de la construcción en la Región. Esto supone una pérdida de 4.100 trabajadores respecto al trimestre pasado, y de 9.700 en el último año, lo que supone un retroceso del 21,5%, datos no vistos en el sector desde principios de 2018.
Salvo la construcción, el resto de los sectores ganan trabajadores. 11.900 en el sector servicios, 6.100 en la industria y 1.900 en agricultura. Esto determina que, en el último trimestre, la Región de Murcia haya incrementado en 15.800 el número de trabajadores, al pasar de los 643.300 del primer trimestre de 2022, a los 659.100 actuales.
A diferencia de lo que ha sucedido en el sector de la construcción en la Región de Murcia, a nivel nacional, el sector gana trabajadores este trimestre. En concreto, son 21.900 nuevos trabajadores los que se han incorporado a la construcción, aunque también se percibe cierta desaceleración pues en el último año el sector apenas ha ganado 13.400 trabajadores en toda España. La Región de Murcia es la tercera comunidad autónoma que más ocupados pierde (4.100), solo por detrás de Andalucía, con 7.300 ocupados menos y Canarias, con 6.000 ocupados menos.
Algunas empresas de la construcción de la Región están explorando la posibilidad de contratar albañiles de Latinoamérica tras la última reforma del Reglamento de extranjería. "Es una posibilidad", señalan desde FRECOM, la patronal de la construcción en la Región. La Federación Regional de Empresarios de la Construcción (FRECOM) sopesa esta posibilidad como una alternativa para reclutar a los trabajadores que las constructoras murcianas no logran encontrar en el mercado laboral. El Gobierno dio luz verde el pasado verano a un decreto que flexibiliza trámites para conceder autorizaciones de trabajo y que, como principal novedad, permitirá a inmigrantes sin papeles con dos años en España regularizar su situación si se forman en profesiones ‘particularmente deficitarias’, medida que busca cubrir puestos de trabajo que plantean más dificultades a las empresas. Según las estimaciones de FRECOM, las compañías murcianas del sector necesitan unos 3.500 profesionales cualificados en estos momentos.