MURCIA. Una de las principales competencias de los ayuntamientos es el abastecimiento de agua potable a la población. Sin embargo, esta cuestión tan básica, en muchas ocasiones es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los municipios, bien por falta de agua o porque los sistemas de distribución son deficientes.
La ausencia de infraestructuras hidráulicas que permitan almacenar agua para periodos de sequia o regular los caudales de los ríos provoca incertidumbre e inestabilidad en muchos municipios que no pueden asegurar el suministro de agua a los ciudadanos por lo que periódicamente sufren restricciones.
Precisamente, la necesidad de garantizar el suministro a la población para satisfacer sus necesidades básicas de agua, fue lo que unió al conjunto de fuerzas políticas españolas de ámbito municipal en el año 2000, para apoyar el plan hidrológico nacional y la transferencia de agua de zonas excedentarias a deficitarias
El acceso al agua ha sido siempre un constante desafío para los municipios y su resolución requiere conocimiento, tecnología y buena gestión. Se precisa poner en marcha soluciones sostenibles que garanticen suministro de agua para usos urbanos, industriales y agrícolas y permitan hacer frente a condiciones meteorológicas extremas.
En la Región de Murcia a partir de los años 90 se desarrolló la colaboración pública-privada para mejorar la gestión urbana del agua. Murcia lideró esta forma de gestión del servicio municipal de agua mediante la creación de la empresa mixta (Ayuntamiento-Agbar). En el período 1995-2005 la mayoría de municipios incorporaron este sistema de gestión para modernizar y garantizar un servicio de calidad las 24 horas del día todos los días del año.
Los municipios murcianos se adelantaban por entonces a lo que posteriormente estableció la ONU como objetivo 17 de los ODS 2030 'Alianza para lograr los objetivos: Fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y las estrategias de obtención de recursos de las alianzas'.
La incorporación del sector privado en la gestión del servicio de titularidad pública supuso una importante mejora de su eficiencia y sobre todo de la calidad del mismo, sin merma de la competencia municipal. Se pasó de los periódicos cortes de agua por el deficiente diseño de la red a conseguir un suministro estable y de calidad. Se sanearon las cuentas públicas de los servicios y se transformó el concepto de suministro por el de servicio.
En el caso de Murcia, la gestión experta del socio privado redujo en más del 50% las pérdidas de agua y el número de averías, se renovaron y ampliaron las redes de saneamiento y abastecimiento, se mejoró la calidad del agua, se redujo la dependencia energética o se generó energía aprovechando la presión de la red y todo con tarifas sociales y asequibles. La digitalización y modernización del servicio situaron a Murcia como referente internacional de servicio público de calidad, excelencia y transparencia.
La colaboración pública-privada posibilitó que en 1999 el Ayuntamiento de Murcia fuera pionero en establecer un Plan de Acción Ambiental, con el objetivo de desarrollar acciones para mitigar los efectos ambientales de las acciones humanas. Iniciativa seleccionada y catalogada en 2004 como GOOD en el Concurso de Buenas Prácticas dentro de las iniciativas Hábitat de la ONU.
La incorporación de la tecnología y el buen hacer de las empresas del sector del agua y la acertada infraestructura hídrica construida en el pasado, está posibilitando que mientras buena parte de España sufre restricciones, en la región mantengamos un aceptable nivel de seguridad en el abastecimiento urbano, llegando incluso a generarse en nuestros ayuntamientos polos de innovación ambiental en torno al agua.
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia
