estudio murciano

Investigadores de la UMU y el IMIB hallan una proteína del espermatozoide que es esencial para la fecundación 

8/07/2020 - 

MURCIA. Una proteína del espermatozoide esencial sería esencial para la fecundación, según un estudio de investigadores de la UMU y el IMIB. Este estudio, publicado en la revista eLife, constata que una proteína de la cabeza del espermatozoide es esencial para garantizar la fecundación en el óvulo y que podría guardar relación con la fertilidad masculina. En concreto, los científicos de la Universidad de Murcia (UMU) y del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) han comprobado que ante la desaparición de la proteína TMEM95, los espermatozoides alcanzan el óvulo, pero no fecundan. Es decir, la falta de ésta provoca infertilidad.

Aunque el proceso se ha estudiado en ratones, este avance es aplicable al resto de mamíferos, incluido el ser humano. Este descubrimiento podría incorporarse en un futuro al desarrollo de nuevos estudios de fertilidad. “Al ser una proteína esencial para que ocurra la fecundación cualquier modificación o mutación puede causar problemas de infertilidad, poder diagnosticarlo y desarrollar posibles tratamientos”, relata la investigadora de la UMU y el IMIB María Jiménez Movilla.

La fecundación en las vacas

Hasta el momento se conocían únicamente dos proteínas masculinas implicadas en este proceso: IZUMO1 y SPACA6. Ahora, con este descubrimiento, TMEM95 se suma al proceso necesario de fecundación.

Pese a que se había asociado anteriormente con un déficit de fecundación en vacas, es la primera vez que se publica su relación directa con una infertilidad total. “La investigación se inició en la especie bovina con toros que presentaban baja fertilidad debido a una mutación detectada en esta proteína TMEM95. Sin embargo, al iniciar este estudio pudimos comprobar que animales con deficiencia de esta proteína presentan infertilidad total”, explica la también investigadora de la UMU/IMIB Julieta Hamzé Arauja.

Este proyecto se ha realizado con la colaboración del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria (INIA) de Madrid y la ayuda de miembros de la Universidad de Cambridge


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