MURCIA. Imagínese que su jefe le obligase, durante sus vacaciones de verano, a hacer horas extra gratis, bajo la amenaza de reducirle el sueldo si no cumple, ¿no sería ilegal e injusto, además de una lerdez?
Amigo mío, son los deberes.
Así prepara el sistema educativo industrial para la obediencia obrera. ¡Tan siglo XIX!
—¡Cómo se atreve usted a tener vida propia! No sea vago y produzca.
—Oiga, pero yo tengo a mi amigo el Dynamico 365 que dice que los vagos son el activo más importante de cualquier empresa (que sepa gestionarlos adecuadamente) porque encuentran la forma más eficiente de hacer cualquier cosa en menos tiempo y con menos recursos.
—¡Eso son cosas de hippies del management! Los experimentos, con gaseosa.
—Pero es que ahora la tecnología y los avances científicos nos permiten hacerlo todo de forma más rápida sin tener que repetir y repetir la misma tarea para memorizarla.
—Si usted piensa, imagina o hace lo que le da la gana en su tiempo libre, solo puede caer en vicios o algo peor. ¡Es por su bien! ¡Hay que disciplinarse! Además, qué van a hacer esos padres que están trabajando hasta las 8 de la noche, con sus hijos, ¡les hacemos un favor! Que no molesten por la tarde. Que estén tres o cuatro horas más "currando".
O también se ha originado este fenómeno del padre o madre que hace los deberes y estudia con sus hijos, y que no pueden tomarse un café ni bajar al parque a hablar con alguien, hacen hasta los proyectos de arte, de ciencias, y batallan con sus hijos que, obviamente, dejan hacer.
"¿POR QUÉ COLABORA USTED INSISTIENDO EN QUE SU HIJO HAGA LOS DEBERES?"
¿Por qué colabora usted insistiendo en que su hijo haga los deberes? Quizá no ha pensado en la intromisión que supone en la gestión de su tiempo familiar que un autodenominado educador canibalice el tiempo libre de su familia mandando tareas que en sí mismas no benefician sino que envían el mensaje de que el trabajo, el esfuerzo y la obediencia son infinitos y que nuestro bienestar y equilibrio no son importantes. Que nuestra libertad es contraria a la productividad.
Y no el tipo de productividad creativa que ahorra tiempo, no, la repetitiva y aburrida. La de la fábrica. La que al eficiente le llama vago.
Bien mirado, no son solo los deberes. Todo el sistema educativo tradicional está planteado de forma repetitiva y aburrida. Los exámenes estandarizados, las recompensas y castigos, las notas, la segregación por año de nacimiento… Es un sistema industrial de producción de piezas para una maquinaria que ha dejado de ser viable hace décadas.
Lo he oído a muchos políticos y funcionarios de educación. Que quieren educar personas autónomas, con iniciativa emprendedora, capacidad de autogestión y libres. Entonces, para prepararles bien, les colocan profesores que mandan deberes, y que ponen ceros si no se hacen.
Negreros. Malos líderes incapaces de inspirar sin obligar. Los imaginarios jefes del primer párrafo.
"el esfuerzo y la disciplina son virtudes, pero no se pueden esgrimir como en los tiempos de la mili para obligar a la gente"
Los deberes que engargolan estos reyezuelos suelen ser repetitivos y poco imaginativos, porque no tienen tiempo y no están personalizados: fichas de una editorial, ejercicios 4, 5, 7, 9, 12 del libro, hojas estandarizadas, registros de lectura o tediosos proyectos dirigidos que los estudiantes pueden calificar, cuando menos, como poco atractivos o irrelevantes para sus intereses. Si el estudiante no ha comprendido la base de la tarea, no podrá realizarlo por sí mismo. Si ya lo sabe, pues se aburre y se desmotiva. No son eficaces a nivel de aprendizaje.
Hay muchos estudios que relacionan el ocio, el aburrimiento, y el descanso con la creatividad. Mientras paseamos, esperando en una cola o aburridos mirando un bote de champú, puede que surja la solución a alguna papeleta que estaba dando vueltas. Probar cosas que elegimos. Considerarnos dueños de nuestro tiempo. Decidir lo que hacemos (¡qué revolucionario!)
Usted posiblemente tenga una mente escolarizada, ya que ha pasado por el sistema educativo, y según usted mismo, "no está tan mal". Usted vivió los deberes como una forma de probar que tenía capacidad de sacrificio y de esfuerzo, en la época en que rebobinábamos las cintas de música con bolígrafos BIC. En que no podíamos hablar a las máquinas, ni existía internet. El médico fumaba en la consulta.
A ver, yo no niego que el esfuerzo y la disciplina son virtudes, pero no se pueden esgrimir como se hacía en los tiempos de la mili para obligar a la gente a sacrificar la libre disposición de su vida. Aquello acabó, afortunadamente. Tuvo sus insumisos, sus objetores. Quizá podamos seguir ese camino.
Yo animo a las familias que sufran asignación de deberes a que se declaren insumisas, y que utilicen ese tiempo veraniego para disfrutar y aprender de otra manera que a ellos les guste, haciendo lo que consideren libremente.
Mercedes Gil Hernández
Directora Montessori British School Murcia
Los tutores les envían diariamente cuentos, actividades para practicar los sentidos, canciones y ejercicios sobre lenguaje, entre otros