MURCIA. Existe la creencia errónea de que la inclusión laboral requieren grandes inversiones para la empresa. De hecho, genera beneficios y aumento de la productividad. Imaginemos que una persona sorda forma parte de la plantilla.
Algunas empresas no saben cómo integrar a las personas con pérdida auditiva dentro de su organización. Existe el temor de que sea costoso y/o complicado; sin embargo, este temor no representa la realidad. Los beneficios de emplear a una persona con discapacidad auditiva son muchos:
Está claro que la tecnología está transformando continuamente la comunicación entre personas sordas y oyentes en el ámbito laboral: correo electrónico, mensajería instantánea y videoconferencia nos facilitan estas tareas comunicativas.
Por otro lado, hay que hacer hincapié en las cualidades que tienen las personas sordas. Son muchos los hombres y las mujeres que alcanzan el éxito profesional sin que el hecho de no oír sea un obstáculo.
La comunidad sorda es una minoría lingüística y cultural conformada en torno a la lengua de signos, siendo ésta su rasgo identitario, y a una concepción visual del mundo.
Está formada por personas tanto sordas como oyentes que comparten objetivos e intereses comunes canalizados a través de las organizaciones de y para personas sordas, que se guían por la intención de salvaguarda de su lengua, cultura, valores o actitudes para poder desarrollarse plenamente y empoderarse como grupo.
(Confederación Estatal de Personas Sordas, CNSE)
Una cafetería en Melbourne, Australia, en la que el personal está formado por estudiantes sordos ha encontrado una nueva manera de favorecer la comunicación. La Tradeblock Café app enseña a los clientes la versión australiana de la lengua de signos, que se llama Auslan.
"Teníamos la posibilidad de haber hecho una app donde la gente podría hacer el pedido sin que hubiese ningún tipo de comunicación, pero no quise hacer eso porque no se habría conseguido nada. Quería abrir una ventana para que entraran en el mundo de la sordera", dice Joyce, la fundadora del café.
La app obliga a que se cambien los papeles. En este caso los clientes lo intentan y se les ayuda si es necesario, en vez de tener que ayudar a la persona sorda, que es lo que suele suceder. "Por lo general es la persona sorda la que tiene que intentar comunicarse con el mundo exterior. Nosotros pensamos en hacerlo al revés", explica Joyce.
Esta es mi propuesta, ¿por qué no intentar en las empresas españolas hacer las cosas ‘al revés’? Es decir, considerando normal, positivo y beneficioso el hecho de contratar a personas sordas porque pueden y deben demostrar su potencial en el ámbito laboral. Quizás con un poco de atención y algo de formación lograríamos empresas conscientes y productivas donde la plantilla esté formada por personas donde su talento no tenga límites.
Consultora de Recursos Humanos y Responsabilidad Social
www.anaconesa.com Cofundadora de Yohumanize