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Gozos navideños (y sombras viarias)

21/12/2023 - 

MURCIA. Gozo ha producido al común de los ciudadanos conductores la decisión por parte del municipio de permitir la circulación por el carril bus desde la plaza Circular hasta el río, vía Constitución y Gran Vía, tratando de impedir así el diario atasco provocado por el hecho de que el Plan de Inmovilidad había determinado que los vehículos que antes disponían de dos carriles de circulación lo hicieran ahora por uno solo.

Sombras se ciernen, no obstante, sobre la medida, ya que los entusiastas de haber convertido la ciudad en una ratonera están dispuestos a ir con el cuento a Bruselas.

Y no menos sombras son las que derivan del hecho de que compartir carril con los autobuses y sus paradas, cuando la situación anterior a la actual era que los unos iban por su lado y los otros por los dos suyos, tampoco parece lo más adecuado. De donde se deduce que sobra un carril, y ese debería ser, al menos en la Gran Vía, el destinado a bicicletas y patinetes. Pero claro, cualquiera le pone semejante cascabel al felino.

Pero siendo gozoso que se intente arreglar el tremendo desaguisado del tráfico, aunque sea con dudoso acierto, el gozo al que yo venía a referirme es el de las misas propias de este tiempo prenavideño, entre las que destaca en Murcia la que viene celebrándose en la iglesia de San Nicolás desde el año 1977, cuando se enmarcó en la programación de la Semana de Música en la Navidad, que abordaba por entonces su sexta edición.

Aquel año intervinieron en la despierta, convocada en la plaza de la Cruz, y posteriormente en la misa de gozo, a medianoche en San Nicolás, las campanas de auroros del Carmen y del Rosario de Rincón de Seca y la cuadrilla o rondalla de la Peña de la Panocha, una de las pioneras de este movimiento asociativo, que se inició por entonces.

El pasado año fueron nueve los grupos que se congregaron para interpretar sus coplas, entre los que se siguen contando las dos hermandades de Rincón de Seca, y junto a ellas la de las Benditas Ánimas de Patiño, la Purísima de La Copa de Bullas, los Auroros de Javalí Viejo y Javalí Nuevo, del Palmar y de Las Torres de Cotillas, y la Hermandad del Rosario de Santa Cruz.

Uno recuerda haber visto pasar por San Nicolás, en la medianoche del sábado anterior a Nochebuena, a algunos históricos auroros y troveros ya desaparecidos, como Gambín, el Patiñero, el Repuntín o el Tío Juan Rita; como recuerda que tras la celebración, se prolongaba la velada en la plaza de la iglesia a base de dulces navideños y mistela.

Aunque se han celebrado en otras fechas, parece que en rigor las misas de gozo han de oficiarse y cantarse durante los días 15 al 23 de diciembre, o lo que es igual, a lo largo de 9 días, como 9 son los meses que dura un embarazo, y concluyen con la misa de Gallo, primera de las que conmemoran la Natividad.

La misma Peña de la Panocha ya había cantado una de estas misas en diciembre de 1976, pero fue el día 30, penúltimo del año, y el escenario se trasladó al convento del Corpus Christi o de las agustinas, y en horario vespertino, haciendo luego el camino a la inversa para cantar frente al belén municipal, instalado entonces en la Glorieta, y del que desaparecieron algunas figuras ese mismo año.

Y también la capilla del colegio de la Senda de Enmedio de Jesús-María acogió el sábado anterior a Nochebuena, en la fecha que ocupan hoy las misas de gozo de San Nicolás, una celebración de este tipo cantada por lo que denominó la prensa “el conjunto musical huertano de Patiño”, con el ya célebre Manuel Cárceles ‘El Patiñero’ como aguilandero.

Contaba Luis Esteve por ese tiempo, haciendo historia de las tradiciones de la Navidad murciana, que "los ciegos de la Presentación, Virgen titular de su Cofradía, que se veneraba en la parroquia de San Pedro, recorrían las calles de Murcia, con la ayuda de lazarillos postulantes, y formaban una numerosa cuadrilla con guitarras, bandurrias, panderetas, zambombas y otros instrumentos pastoriles". 

Después de la Misa de Gozo celebrada en la iglesia de San Pedro, "precedidos del estandarte de la Cofradía -de damasco encamado, con la imagen de la Virgen titular- cantaban sus .primeras coplas ante el nicho de la Purísima", que hubo sobre una de las puertas de la Carnicería, edificio que ocupaba el centro de la actual plaza de las Flores". Y luego recorrían la población "lanzando al viento los alegres sones de la tradicional música navideña, intercalada con las coplas de aguinaldo".

El recorrido por las calles de los ciegos de la presentación, cantando villancicos hasta el día de Reyes, "era acogido con simpatía por la gente, y muchos les seguían ávidos de escuchar sus coplas y música", depositando luego limosnas a beneficio de aquella antigua hermandad en las bandejas que llevaban los chicos postulantes.

Dejemos constancia de que la cofradía de los ciegos copleros de Murcia fue establecida en 1588 y continuó su existencia hasta entrado el siglo XIX.

Como habrá que dejar también constancia de que en materia de gozos y sombras relacionados con el tráfico viario de la ciudad, no hay mayor ciego que el que no quiere ver.

Feliz Navidad, estimados lectores.

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